La llama del pebetero instalado en la plaza de España, ante el monumento dedicado a las Cortes de Cádiz, dejará de ser permanente. De hecho, la semana pasada estaba apagada. Desde el 19 de marzo de 2006, cuando se inauguró este símbolo, el fuego venía recordando el trabajo que realizaron los diputados que redactaron la Constitución de 1812 y servía también para 'alumbrar' el camino que restaba hasta la celebración del Bicentenario, en 2012. No obstante, el Gobierno local ha decidido no renovar el contrato -que vence en estos días- a la empresa encargada de suministrar el gas natural al pebetero, ni tampoco hay intención de sacarlo a concurso. Y ello, por una cuestión de ahorro económico a las arcas municipales.

Mantener la llama liberal durante todo un año supone un desembolso de 13.000 euros, y el equipo de gobierno entiende que hay gastos más urgentes y necesarios que afrontar.

Sin ir más lejos, la semana pasada el Ayuntamiento aprobó nuevas ayudas de emergencia social para pagar los recibos de luz y agua a familias gaditanas por un montante total de 14.612 euros. En concreto, de estas ayudas se han beneficiado 116 familias: se les ha pagado la luz a 86, lo que ha supuesto una partida económica de 7.917 euros; y el recibo del agua a 80, que se traduce en 6.695 euros.

El gobierno municipal considera que es más perentorio destinar dinero a servicios sociales que a mantener una llama simbólica. De ahí la decisión, que será aprobada en los próximos días.

Sin embargo, esta medida no lleva pareja la eliminación del pebetero. Desde el equipo de gobierno aclaran que la intención es encenderlo en fechas puntuales, como la del 19 de marzo. Para tales ocasiones, el Ayuntamiento realizará los trámites oportunos para que el fuego vuelva a prender ante el monumento a la Constitución de 1812.

Mantener el fuego perpetuo supone un gasto de 13.000 euros anuales y son nueve los años que lleva encendido, por lo que se deduce que este símbolo del liberalismo y el constitucionalismo ha supuesto hasta el momento una inversión de 117.000 euros, sin contar el coste del propio pebetero.

A los tres meses de prenderse por primera vez la llama, el pebetero dejó de funcionar y así estuvo durante algo más de tres meses. En un principio, el Ayuntamiento explicó que se iban a realizar labores de mantenimiento en el dispositivo durante unos días, pero lo cierto es que la interrupción superó los 90 días. También hay que recordar que el recipiente de la simbólica llama ha sido atacado por vándalos en varias ocasiones.