La contrarreunión. La foto de los llamados "alcaldes del cambio" recibió ayer la réplica del PP. El Parador Hotel Atlántico acogió el encuentro entre los portavoces populares de Cádiz, A Coruña, Badalona, Barcelona, Madrid, Pamplona, Santiago de Compostela, Valencia y Zaragoza para analizar los 100 primeros días de los nuevos gobiernos municipales. El título no pudo ser más clarificador: 'Las malas prácticas de los alcaldes radicales aupados por el PSOE'.

La puesta en común tenía el objetivo de exponer "las graves consecuencias para los ciudadanos" -tal y como definió el vicesecretario de Autonomías y Ayuntamientos del PP, Javier Arenas- de los cambios al frente de los consistorios a partir de los diferentes pactos que se suscribieron tras las elecciones del 24 de mayo. Acuerdos en los que, en su gran mayoría, el principal perjudicado fue el PP al ser la lista más votada en buena parte de estos municipios. Una conjura contra el populismo, la radicalidad y el extremismo que sirvió para enfilar la carrera electoral del 20 de diciembre.

Un camino que será duro y enfangado porque el análisis se convirtió en un reparto de palos a diestro y siniestro. Recibieron todos. PSOE, Ciudadanos y Podemos. Pedro Sánchez y Albert Rivera. Pablo Iglesias se salvó de ser nombrado explícitamente en cada uno de los discursos, aunque su formación también fue blanco de las críticas. Una toma de impulso de cara a los comicios "más importantes desde que tenemos Constitución en España", según Javier Arenas. Muchas críticas y muy poca autocrítica. La unión en la mesa presidencial de tres pesos pesados del PP a nivel municipal como Teófila Martínez, Esperanza Aguirre y Xavier García Albiol simbolizó el resultado de los pasados comicios locales.

En primer lugar, Arenas desgranó en cinco puntos las prácticas de estos gobiernos locales: el ataque a los símbolos nacionales, la falsedad en su campaña contra los desahucios, la mala gestión y el desprestigio de las instituciones, el déficit democrático y el sectarismo. Todo esto bajo la idea de "marginar al PP" en las ciudades que gobernaba.

La exalcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, centró su discurso en lo ocurrido en la capital gaditana. Primero culpabilizó al PSOE de tener "una actitud mezquina" al darle el Gobierno local a Por Cádiz sí se puede y Ganar Cádiz en Común para "sacarse la espina de haber sido incapaces de ganar al PP durante seis convocatorias".

En términos generales, señaló que todas las ciudades que estuvieron representadas ayer se estaban convirtiendo en "unos tubos de ensayo donde poner en marcha políticas, supuestamente, para cambiar la sociedad, pero que no saben ni qué ingredientes tienen que poner ni qué cantidades para obtener una solución".

En el terreno gaditano, Martínez llegó a hablar de que se llegó a "manipular hasta la extenuación" a los ciudadanos con promesas como la vivienda o el empleo. Asimismo, acusó al equipo de Gobierno gaditano de no tener "un proyecto de ciudad".

El vicesecretario de Organización y Electoral del PP, Fernando Martínez-Maíllo, devolvió el análisis a la precampaña de las generales. Le tocó a Albert Rivera por enterrar "la regeneración" al PSOE en Andalucía, mientras que de Pedro Sánchez dijo que tiene que "pactar con quien sea" para salvar su "futuro político". Una ronda de discursos cerrada por el presidente del PP Andaluz, Juanma Moreno, para alentar a los populares en este largo trayecto hasta las elecciones generales. De fondo, los avisos a su electorado y el miedo a que se vuelvan a repetir los resultados de los pasados comicios locales.