Cádiz

Pureza y contradicciones en el equipo de Gobierno

  • Por Cádiz sí se Puede y Ganar Cádiz son socios de Gobierno pero en estos poco más de cien días muestran distintas maneras al abordar la política municipal

Por Cádiz sí se Puede tiene el bastón de mando. Ganar Cádiz se limita a ser un socio de Gobierno pero con responsabilidades tan importantes como el urbanismo, la vivienda y la cultura de la ciudad. El primero tiene la conexión con la ciudadanía que le permitió tener ocho concejales pese a tener un programa electoral lleno de intenciones genéricas y con poco contenido. Los segundos no consiguieron el feeling que esperaban como demostraron al sacar dos ediles y eso que las medidas que integraban su oferta a la ciudadanía estaban muy bien trabajadas. Uno se ha aprovechado de una marca que en el mes de mayo estaba en pleno ascenso. El otro se ha enfrentado a las dificultades de una que acababa de nacer.

Por Cádiz sí se Puede y Ganar Cádiz en Común se han encontrado en el camino del Gobierno municipal después de que en los meses anteriores a las elecciones municipales llevaran trayectorias tan paralelas por conceptos e ideología pero que nunca pudieron encontrarse hasta que en el pasado 24 de mayo se produjo un auténtico vuelco electoral.

Los dos tienen un carácter asambleario pero mientras que en la marca de Podemos predominan más los individuos, en el de Ganar Cádiz están los colectivos ciudadanos y sociales, aunque hay de unos y otros en cada una de las formaciones.

En muchos aspectos como la transparencia, la participación ciudadana y otros muchos coinciden pero la manera de desenvolverse y enfrentarse a las contradicciones de las que tanto habla el alcalde, José María González, varía mucho.

Por Cádiz sí se Puede es mucho más flexible y camaleónico a la hora de abordar las situaciones que le pone la gestión diaria del gobierno municipal. Eso que es un elemento positivo puede suponer todo lo contrario porque les hace tomar decisiones que son contrarias a lo que ellos mismo han pregonado siempre.

Ganar Cádiz en ese aspecto es mucho más fiel a su ideario y entiende que lo que lleva planteado en su programa y, sobre todo, su sustrato ideológico es irrenunciable.

Esto se ha podido ver en asuntos como la recepción de la medalla del Nazareno, las barbacoas o la creación de la figura del Dios del Carnaval, aspectos por los que Ganar Cádiz no ha dudado en criticar a su socio de Gobierno.

"Programa, programa, programa", aquella expresión que tanto repitió el antiguo líder de Izquierda Unida Julio Anguita es la que guía hoy a Ganar Cádiz, formación en la que precisamente se integra IU. Representan la pureza y la fidelidad a un contrato con la ciudadanía.

Su posición también es mucho más fácil que la de Podemos, ya que la figura de la Alcaldía no recae en ellos y, por lo tanto, no son los que sostienen en gran parte el Gobierno municipal.

Por Cádiz sí se Puede se mueve más en el terreno de los impulsos, de lo que puede ser conveniente en un momento dado, de lo que se mueve en la opinión pública y en ese patio de vecinos mundial que son las redes sociales, donde lo mismo opina de un bordillo en la calle Cervantes un ciudadano de Cádiz que uno de Cuenca. Y si hay que ponerse una medalla del Nazareno para no cabrear a los vecinos de Santa María, se la pone pese a decir que es ateo. Y si hay que dejar las barbacoas e incluso ampliarlas "porque hay una demanda ciudadana", se hace pese a pregonar que uno es ecologista. Y si hay que crear la figura del Dios del Carnaval por un concepto mal entendido de igualdad, se hace y ya está. Todo esto se produce bajo el manto de esas dudas, las piedras que van surgiendo en el camino o, más claramente, los golpes de realidad.

En esa lucha diaria entre lo que quieres ser y lo que tienes que hacer se debate en un mar de contradicciones que les puede llevar a decepcionar a muchos de los que le han votado, que son de muy distinto pelaje y espectro ideológico. Cuando uno toma decisiones es muy complicado contentar a todos o, mejor dicho, imposible.

Tanto el líder de una formación como de la otra se toman con naturalidad estos tirones de oreja y creen que debería ser lo habitual después de tantos años de mayoría absoluta. En el futuro ya se verá.

Eso sí, aunque que cada uno afronta las cosas de una manera, los dos tienen muy claro que tienen que trabajar en equipo y así lo están haciendo. Esta no es una sociedad de Gobierno donde uno no rinde cuentas al otro de sus respectivas responsabilidades, pese a que unos tiran por la pureza y el otro caiga en las contradicciones.

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