A primera vista, parece un hombre serio, pero en cuanto comenzamos a hablar con él, nos damos cuenta de su amabilidad y la implicación con sus pacientes.

-¿Cuándo descubrió que quería ser médico?

-Cuando empecé Medicina, digamos que esa era la carrera más importante que se podía hacer en Cádiz y por las condiciones socioeconómicas de mis padres, yo no podía trasladarme a otra ciudad. Pero aparte de eso, a mí la medicina siempre me ha gustado. No es que yo haya caído en medicina porque no había otra cosa, pero favorecía que estaba aquí en Cádiz.

-¿Por qué decidió especializarse en cardiología?

-Al principio, yo estaba en el Hospital de Mora en la cátedra del entonces profesor Venero e hice dos años en medicina interna. Y después hice cardiología dos años más, porque dentro de medicina interna siempre lo que más me gustaba era la cardiología. En aquel entonces, me nombraron profesor ayudante de clases prácticas y dentro de lo que era la cátedra de medicina interna, la cardiología un poco la llevaba yo. De ahí surgió la posibilidad de irme a EEUU y me fui a Dallas, donde estuve un tiempo en un hospital y allí ya me reafirmé en la cardiología. Esto estamos hablando del año 84-85.

-¿Se dedica exclusivamente a la sanidad pública o la compagina con la privada?

-Yo básicamente estuve siempre en la pública, pero durante un periodo de unos cinco años ejercí la medicina privada. Pero ahora mismo no, me dedico de lleno a la medicina pública.

-¿Por qué?

-Quizás porque me siento más realizado en lo que estoy haciendo actualmente, que es la prevención y rehabilitación cardíaca, mientras que hacer cardiología en la privada es cardiología general. Esto es más específico. Claro, como es también una tarea muy absorbente, decidí dedicarme plenamente a lo que estoy haciendo ahora.

-¿Cómo ve la sanidad pública?

-Vamos a ver, desde el año 2007 que empezó la crisis hasta ahora, hemos retrocedido un poco. Fundamentalmente porque los recortes han afectado no sólo al personal sanitario sino también a aquellas personas que tienen que vivir de su pensión los nietos, los hijos y evidentemente, a veces no pueden cubrir las medicinas. Como consecuencia de ello, estamos viendo un repunte de los reingresos porque no pueden cumplir con el tratamiento que nosotros damos.

-¿Y las listas de espera?

-Eso ha aumentado, se ha visto que hay un repunte en las listas de espera.

-Usted coordina la Unidad de Prevención y Rehabilitación Cardíaca del Hospital Puerta del Mar, ¿Qué pacientes trata en esta unidad?

-Yo trato todos los pacientes que tienen un evento cardiológico. Es decir, pacientes que han tenido un infarto, una angina de pecho, que han sido operados de bypass, que se les ha puesto estent o una válvula nueva, que tienen puesto un marcapasos, que tienen insuficiencia cardíaca... Nosotros aceptamos a todos los pacientes. De lo que se trata en Rehabilitación Cardíaca es intentar que el paciente vuelva a la normalidad dentro de su patología. Es un programa donde trabajamos muchas especialidades. Intervenimos muchos especialistas, lo que pasa es que yo soy el que lo coordino. El equipo está formado por un médico rehabilitador, una enfermera específica de cardiología, un fisioterapeuta y después, en las distintas especialidades, intervienen endocrino, medicina nuclear, salud mental y urología, porque es muy importante la disfunción erectil en estos pacientes. Entonces, contamos con la ayuda inestimable del doctor García Vaquero, que es un urólogo que a nuestro pacientes les hace un seguimiento especial.

-¿Qué papel juega salud mental?

-El equipo de salud mental atiende a los pacientes de forma específica porque el primer problema con el que nos encontramos es el miedo. Muchos de estos pacientes tienen miedo. Nosotros tenemos algunos casos de pacientes que no dormían por la noche, estaban sentados en el sofá o en la silla por el miedo a no despertarse. Y está demostrado que los pacientes con estas características son los que peor pronóstico tienen. Por eso es muy importante contar con salud mental.

-¿Es verdad que cada vez se encuentran con pacientes más jóvenes por el consumo de determinadas sustancias?

-Sí. desgraciadamente, por debajo de 45 años estamos teniendo una alta prevalencia de síndromes coronarios agudos. Es decir, por angina de pecho o infarto de miocardio. Eso está muy relacionado primero con los estilos de vida y segundo también por el consumo de ciertas sustancias, por ejemplo, cocaína y también sustancias anabolizantes y las barbaridades que se hacen muchas veces para tener un cuerpo musculoso.

-Usted colabora activamente con la asociación Trébol de Corazones, formada por enfermos cardíacos.

-Son pacientes que han hecho rehabilitación cardíaca, que se constituyen en una asociación y nosotros estamos apoyándolos porque, claro, todos han pasado por nuestras manos y siempre colaboramos de una forma activa toda la unidad.

-Una de las actividades que organizan es realizar el Camino de Santiago cada año y usted va con ellos. ¿Qué beneficios tiene?

-Primero, lo más importante es que hay que tener en cuenta que son etapas de 20, 25, 28 kilómetros. El total que hemos hecho este año son 125 kilómetros andado por caminos, y ha habido una etapa muy fuerte, que ha sido la de Pontedeume a Betanzos, que ha sido una auténtica rompepierna porque había que subir y bajar muchas cuestas. Yo me he quedado sorprendido porque ningún paciente ha tenido ningún problema. Y también es muy emotivo cuando se llega a la plaza de Santiago y empiezan a llorar porque algunos no han hecho ni 120 kilómetros cuando estaban sanos y se emocionaban por haber podido terminar el camino sin problemas. Y eso es muy satisfactorio. Eso es la confirmación de que cambiando el estilo de vida y haciendo ejercicio adecuadamente, el pronóstico de la enfermedad es bastante bueno.

-Se ve que se siente muy cerca de sus pacientes.

-Hombre, no es que me sienta, es que quiero estar cerca de ellos.

-¿Qué recomienda para tener una buena salud cardíaca?

-Lo primero, hay que tener en cuenta los factores de riesgo cardiovascular que ya todo el mundo conoce: tabaco, colesterol, hipertensión, diabetes y sedentarismo. Afortunadamente ya la gente está muy concienciada con lo que es el colesterol y con el tabaco, pero estamos viendo que hay una auténtica epidemia de obesidad, diabetes e hipertensión. Respecto a la obesidad, en Andalucía hay un último estudio de la Revista Española de Cardiología de 2014 donde comparan los niveles de obesidad e hipertensión de Andalucía con el resto de España. Un tercio de los andaluces son obesos.

-La obesidad se puede controlar, ¿y la hipertensión?

-También se puede controlar. Porque aquí se toma muchas sal, es decir, toda la salazón, todos los embutidos... Si lo normal es que se consuma unos 5 gramos de sal al día, aquí se están consumiendo entre 15 y 20 gramos de sal al día. Todo eso incide en la aparición de la hipertensión. La hipertensión da miedo aquí, hay mucha gente. Además, como no da síntomas, cuando verdaderamente aparecen síntomas, sea por una hemorragia cerebral o por un infarto, ya poco podemos hacer. Entonces, ¿qué es lo que tenemos que hacer? Pues campañas contra la obesidad, contra la diabetes, contra la hipertensión y contra el sedentarismo. Aquí, desgraciadamente, no se anda lo que hay que andar. Pero yo estoy muy esperanzado porque cada vez se ven más personas andando y corriendo por el paseo marítimo y por el paseo de la barriada de La Paz. Entonces, por favor, hay que controlar el peso, comer adecuadamente; tampoco digo yo que sea un mártir de la comida, pero no comer lo que no se debe; controlar la ingesta de sal y caminar. Es muy importante que se camine.

-Fue unos años concejal del Ayuntamiento de Cádiz con el PSOE, ¿cómo fue su experiencia en la política?

-Con muchos claroscuros. Hubo dos hechos que fueron dramáticos: el atentado en los trenes de Madrid de los yihadistas y el accidente que hubo en el Campo de las Balas que murieron dos jóvenes. Para mí fueron dos hechos que me marcaron, como creo que a cualquier persona. Pero bueno, como estábamos en primera línea... Y después, nos tocó una época difícil porque como había mayoría absoluta del PP, todas las propuestas que nosotros hacíamos, todas, eran echadas atrás. Menos una mía. Porque yo propuse que el Ayuntamiento fuese un espacio libre de humos antes de que saliera la ley antitabaco. Esa sí la aprobaron. Pero, por ejemplo, yo propuse que se comprara un desfibrilador semiautomático para el pabellón de la entrada de Cádiz y no me hicieron caso, afortunadamente ahora lo han puesto, pero han pasado ocho años.

-Por lo que he oído, salió un poco desencantado de la política.

-Hombre, yo tenía claro que mi paso por la política era una cosa circunstancial. Llegó un momento que me pidieron que fuera en las listas, y mi compromiso con el Partido Socialista está claro, y yo me ofrecí y estuve ahí; y cuando se terminó la legislatura dijeron que no contaban conmigo y yo me volví a mi profesión. Afortunadamente yo nunca dejé la profesión, es decir, estuve en la política activa pero sin dejar la profesión. Esto me llevó siempre a una dicotomía porque los políticos consideraban que yo era un profesional y los profesionales consideraban que yo era un político. Entonces, cuando se decidió que yo no siguiera, evidentemente yo me dediqué a mi profesión y, bueno, aquí estoy.

-¿Cree que hay políticos de buen corazón?

-¡Claro que los hay! Seguro que sí. Creo que los casos puntuales que hay de corrupción no deslegitiman al resto de los políticos que se dedican en cuerpo y alma a esta labor. Es decir, lo que llama la atención siempre son los casos de corrupción pero el día a día de las personas que trabajan por su ciudad, por su región, por su país, etcétera, etcétera, eso es de encomio porque están sujetos a la crítica continua y, bueno, hay que tener cierta fortaleza y un corazón muy sano para soportar todo lo que viene externamente en el tema de la política.