Cádiz

El Cádiz más solidario

  • Organizaciones gaditanas llevan años ocupándose de ayudar a inmigrantes que llegan a la ciudad

La provincia de Cádiz, frontera Sur de Europa, conoce de primera mano el drama de la inmigración desde hace décadas. La solidaridad de esta tierra nunca ha estado en entredicho, ni siquiera en los momentos en que la crisis se ha dejado notar con mayor rudeza. La solidaridad siempre ha estado en el ADN de muchos gaditanos, que esta semana han demostrado su sensibilidad con un problema ante el que no se debe mirar para otro lado.

El éxodo masivo de refugiados que huyen de los conflictos bélicos en Oriente Próximo ha conseguido remover las conciencias de los países del viejo continente, pero aquí en el Sur hay asociaciones que llevan mucho tiempo dedicándose a ayudar a las personas que llegan a esta tierra solidaria. En estos días en que la sociedad gaditana se moviliza en busca de soluciones para acoger a parte de esa cuota de 15.000 refugiados que España se ha comprometido a aceptar, conviene recordar la labor que asociaciones como Tierra de Todos o Cardjin vienen haciendo de manera regular con estas personas con el fin no sólo de ayudarlas a dar sus primeros pasos en un país extraño sino de integrarlas en la sociedad. Los programas puestos en marcha por ambas ayudaron el pasado año a 3.536 personas. A los recién llegados les ofrecen cursos para aprender la lengua castellana o primeros auxilios, y una vez que se integran en la sociedad incluso facilitan su entrada al sector laboral, sobre todo en la rama de la construcción, a pesar de que tras el boom inmobiliario la crisis se ha dejado notar con fuerza en la creación de empleo.

La Fundación Tierra de Todos, que se inauguró en octubre de 2006, está presidida por el obispo Rafael Zornoza y dirigida por el sacerdote Gabriel Delgado, responsable también del Secretariado Diocesano de Migraciones, que, como la propia fundación, también tiene su sede en la antigua Casa del Obispo de la plaza Fray Félix. Este organismo se divide en tres áreas de trabajo: inmigración, juventud y nuevas tecnologías, y empleo. Durante el último año atendieron a inmigrantes de 41 nacionalidades diferentes, sobre todo de Marruecos y Bolivia, y el padre Delgado recalca que "los inmigrantes son personas que tienen la misma dignidad y derechos que cualquiera de nosotros".

Tierra de Todos dispone incluso de un servicio jurídico que gestiona documentos, permisos, autorizaciones, visados, expedientes de arraigo, nacionalidad, expulsión y defensa. Santiago Yerga, abogado que trabaja con la asociación, considera que este tipo de servicios resultan "esenciales" para impedir que se abra más la brecha de la integración. Yerga viaja con cierta regularidad al Centro de Acogida de Tarifa, donde ha comprobado que ya los inmigrantes no están llegando a España en busca de una vida mejor como era tradicional, sino que simplemente se juegan el todo por el todo cruzando el Estrecho para intentar salvarla, escapando de guerras y de violaciones flagrantes de los Derechos Humanos que no son condenados con la dureza que se requiere por la comunidad internacional.

La labor de Tierra de Todos y Cardijn en estos momentos se antoja esencial para la integración de estas personas. La primera de ellas cuenta con un programa de búsqueda de empleo a través de internet y una bolsa de empleo en la que la Fundación ejerce de mediación. Incluso ofrece servicio de ludoteca para que los pequeños estén atendidos mientras los padres asisten a los cursos.

Además de lecciones de introducción a la informática y de búsqueda de empleo por internet, se ofrecen otros cursos de comercio, primeros auxilios, nuevas tecnologías, atención al público, inglés turístico, reparación de electrodomésticos o electricidad. Estos son impartidos por voluntarios que colaboran con la asociación.

Gabriel Delgado comentaba igualmente que la Fundación que dirige cuenta con un programa de cooperación con el Norte de Marruecos que tiene como objetivo sensibilizar a los jóvenes e implicarlos en un compromiso social a través de la colaboración con entidades que trabajan con los llamados Niños de la Calle, discapacitados físicos y psíquicos.

El padre Delgado destaca la labor importantísima de la Iglesia en estos momentos de necesidad, "haciendo un gran esfuerzo por financiar parte de esta obra social. Sin su colaboración y la apuesta del actual obispo y del anterior, Antonio Ceballos, que fue quien apostó por iniciar esta obra y puso en marcha un convenio para garantizarla, todo se vendría abajo", aseguró.

Por su parte la Asociación Cardijn, ubicada en el Centro Tartessos, nació en Cádiz en 1993 con el objetivo de trabajar por los sectores más desfavorecidos de la sociedad, teniendo como colectivos preferentes de actuación a los jóvenes de ambientes populares y a los inmigrantes. Según explican en su página web, sus fines prioritarios son la promoción integral de todas las personas procedentes de ambientes obreros y populares; la atención, información, orientación, asesoramiento, acogida, formación y promoción de los inmigrantes y especialmente de aquellas en situación de mayor vulnerabilidad; la información, orientación, formación y promoción laboral y profesional, así como la ayuda a la búsqueda de empleo tanto de españoles como de extranjeros; y por último, la colaboración con las distintas administraciones públicas o privadas que intervengan o se interesen por los mismos fines señalados.

De momento el Gobierno no ha decidido el reparto de refugiados por comunidades, aunque desde Cádiz, organizaciones como la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía ya ha explicado que no se trata de coger a los refugiados y dejarlos arrumbados en una vivienda como si fueran bultos. "Hay que cuidar de ellos y ayudarlos para que se integren en la sociedad", decía Rafael Lara, portavoz de APDHA.

Algunos partidos políticos, como el PP, han propuesto que inmuebles con escaso uso de la ciudad, como el Centro Náutico Elcano, sean destinados para acoger a los refugiados que vayan llegando una vez que el Estado concrete el reparto. Otros ciudadanos proponían la Residencia de Tiempo Libre o Valcárcel, aunque en ambos casos la remodelación que sería necesaria prácticamente descarta esta idea.

El Ayuntamiento de Cádiz también se reunió en la tarde del viernes con las organizaciones implicadas en la ayuda a los refugiados, y la Diócesis de Cádiz ha creado una Mesa de Ayuda a estas personas que ya ha comenzado a realizar sus primeras iniciativas, como abrir una cuenta de emergencia de ayuda en el BBVA y que es la siguiente: ES53 0182 1600 2002 0171 2587.

Cruz Roja también está realizando en toda Europa y en España una labor impresionante en favor de los refugiados que huyen de la guerra de Siria. Porque un poco de cada uno acaba siendo mucho, y hasta en una ciudad como Cádiz, con sus problemas, hay espacio para que estas personas encuentren un poco de paz.

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