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Provincia de Cádiz

Un Cádiz espectacular

  • Un gentío abraza a la Vuelta a España en su regreso a la provincia un año después La etapa deja imágenes impactantes, como el paso por el segundo puente o la subida a Vejer

A primera hora de la tarde de hoy el pelotón saldrá de Trebujena en dirección hacia Sevilla y nadie sabe cuánto tiempo tardará la Vuelta Ciclista a España en volver a la provincia de Cádiz. Pero, mientras eso sucede,  aficionados a las bicicletas, público en general, turistas y gaditanos guardarán en su memoria las imágenes imborrables que dejó la etapa de ayer, superiores incluso en espectacularidad a las que ya se vivieron el año pasado. Un Cádiz único en un día único. Desde el azul del mar junto a la playa Victoria al blanco impoluto de Vejer; desde los flamencos del Parque Natural de la Bahía, al ganado retinto de La Janda; desde la modernidad de un segundo puente que debería ser la envidia de media Europa, al gentío que llenó cada calle, cada pueblo, cada rincón gaditano. Y todo eso aderezado con un esfuerzo titánico del pelotón subiendo la cuesta de Vejer, y con la visita de un Poniente que hizo más liviana la espera de unos y el pedaleo de otros, y con un océano, y la Bahía, y las salinas, y las marismas... Lo dicho, un Cádiz espectacular que ayer quedó en la retina de medio mundo.

 

Cádiz

Era el mayor atractivo de la etapa junto con la subida a Vejer. El Puente de la Constitución de 1812 quedaba inaugurado ayer por la Vuelta. La expectación era máxima por la importancia del momento. El espectáculo trascendía lo deportivo, ya que el paso por la capital se realizaba cuando todavía faltaban 58 kilómetros para la meta. Lo normal hubiera sido que, sin el puente, se hubiera congregado mucho menos público en este punto del recorrido, distribuyéndose por toda la ciudad. Pero era el momento del estreno y no se podía faltar. La buena nueva de la inauguración. Un momento para retratarlo y guardarlo. O subirlo a Youtube o a las redes sociales. La vista estaba puesta en los teléfonos móviles y en la carretera casi a partes iguales para poder decir que "yo estuve el día en el que los corredores cruzaron el puente por primera vez".  

 

Desde algo más de una hora antes de la llegada del primer ciclista, que se produjo sobre las 16.20 horas, el público ya se agolpaba a las puertas de El Corte Inglés, ante la nueva rotonda de acceso a la ciudad. La sombra del edificio y el aire acondicionado que salía a la calle desde el centro comercial cada vez que se abrían las puertas daban un pequeño respiro a los espectadores para aliviarse de un calor que no llegó a apretar.

 

Operarios del puente, seguridad privada, Policía Nacional y Policía Local se apostaban ante el puente para dar paso a los vehículos de la organización y evitar que los curiosos se acercaran a él. Porque curiosos hubo muchos que, cuando pudieron, intentaron ver el puente lo más cerca posible.

 

La estampa impresionaba y el reclamo era indiscutible. No solo para los autóctonos, sino también para los foráneos. Familias enteras para ver la serpiente multicolor. Bocadillos para calmar el apetito e, incluso, hasta sombrillas para tener una sombra en la que cobijarse. Los más avispados se hicieron con un hueco en el paseo superior de El Corte Inglés. Incluso la cristalera de la zona de cafetería del centro comercial se convirtió en un espacio codiciado para ver el descenso por el segundo puente. Una panorámica magnífica de la bajada.

 

Poco antes de las 15.30 horas, los espectadores comenzaron a invadir la rotonda para coger la posición más privilegiada e intentar ver a los ciclistas. Solo intentarlo, porque el paso fue fugaz. Los vecinos de los edificios de Astilleros se agolpaban en las ventanas. Banderas de España y del Cádiz por doquier. Todo para arropar a los ciclistas.

Había ganas de ciclismo... y de puente. La primera ovación de la tarde se la llevó la comitiva de la Guardia Civil de Tráfico cuando apenas quedaban cinco minutos para llegar a las cuatro de la tarde. El primer ciclista que probó la dureza del asfalto del puente fue el colombiano Leonardo Duque, del Team Colombia, que se cayó al ingresar en él. A las 16.20 horas, una fuga de seis ciclistas entraba en la capital gaditana. Eran los más afortunados por cruzarlo por primera vez. Tras ellos, el pelotón llegó unos cuatro minutos después. Fue un visto y no visto. El segundo puente ya era una realidad y los corredores se marchaban para seguir con su trayecto hasta Vejer. Cádiz -y el Gobierno- había vendido la imagen del nuevo puente. Y los ciudadanos lo habían disfrutado.

 

La Janda

La comarca de La Janda, y en especial Alcalá de los Gazules, Paterna de Rivera, El Colorado y Vejer, fueron los puntos más beneficiados por el paso de la serpiente multicolor que atravesó gran parte de la provincia, siendo las notas características el calor reinante y la masiva presencia de aficionados en las calles y carreteras. A La Janda llegó el pelotón después de salir de la localidad malagueña de Estepona y transitar por suelo de San Roque y Los Barrios en dirección hacia a la autovía A-381. El pelotón pasó por el interior de la comarca buscando Puerto Real y Cádiz. Y tanto en Alcalá de los Gazules como en Paterna fue un paso relámpago, al igual que sucedería casi dos horas después en suelo conileño -El Colorado y la Casa de Postas- donde, además, el pelotón circuló a más velocidad aún debido a la cercanía de la meta.

Pero donde La Vuelta tuvo un mayor impacto económico y promocional fue en Vejer. Durante toda la mañana cientos de vehículos llegaban cargados de personas que pretendían conocer el lugar dónde se ubicaba la meta, situada junto al mirador de la plaza Nelson Mandela, desde el que se divisa el casco antiguo e histórico de esta población.

 

Lo más complicado fue vaciar las principales calles y avenidas de la localidad de los vehículos estacionados. El Ayuntamiento pudo habilitar varias bolsas de estacionamientos junto a la carretera de los militares, el camino de la Oliva, el recinto ferial y algunos campos libres de cultivos que permitieron absorber tanto los coches de los vejeriegos que fueron retirados de las calles Retiro, La Corredera, avenidas de los Remedios, Andalucía, Buenavista y San Miguel.

 

Los preparativos de este final de la cuarta etapa generó los primeros ingresos en los bares de la barriada San Miguel, cuyas terrazas ya empezaban a registrar un lleno completo antes del mediodía. Así se mantuvieron estos establecimientos, y todos los demás que se repartían a lo largo del recorrido urbano, durante todo el día.

La Policía Local jugó ayer un papel fundamental para que no se produjesen problemas de tráfico, además de que no se ocuparan los aparcamientos por los que la carrera debía pasar. Su ubicación en cruces y calles próximas al final de la etapa permitió dar fluidez durante las horas previas a la llegada de la etapa.

La otra repercusión de esta prueba comenzará a notarse en unos días, y también en los próximos periodos vacacionales, ya que los últimos minutos de la conexión con la prueba desde la primera cadena de Televisión Española y Eurosport, y posteriormente Teledeporte, emitieron imágenes aéreas de la localidad vejeriega, e incluso de las vecinas de Barbate, Conil y el faro de Trafalgar, además del Parque Natural de la Breña y las costas de Los Caños, Zahora, El Palmar y Conil.

 

Bahía de Cádiz

Hay ciclistas del pelotón que ya se  saben de memoria cuántos kilómetros separan Cádiz de San Fernando por la autovía CA-33 y cómo se llega a Chiclana por la A-48. Y es que ayer volvieron a transitar por ambas carreteras, al igual que hicieran hace un año. Porque Puerto Real, San Fernando y Chiclana volvieron a sumarse una vez más a la fiesta de la bicicleta y en los tres puntos con una respuesta masiva de público.

 

La novedad en Puerto Real estuvo ayer en que el pelotón accedió al núcleo urbano por la zona de Las Canteras, así como que cruzó por primera vez por el soterramiento de la vía del tren, que el año pasado estaba aún en obras.

 

En San Fernando unas 70 personas, entre agentes de Policía Local, y miembros y voluntarios de Protección Civil, se encargaron de la seguridad a lo largo del trazado que recorrieron los ciclistas por la ciudad, en el que en ningún momento estuvieron solos. El público animó a una margen y otra de la carretera, desde la Fuente Tusquets hasta las inmediaciones de la Venta de Vargas, donde se concentró un mayor número de personas. "Cuando ha pasado la caravana, después de las tres de la tarde, no había mucha gente", reconocía una mujer, que se había llevado la sombrilla para resguardarse del sol, intenso, mientras esperaba a los ciclistas en la rotonda de la pirámide. Uno de los chicos de la familia había conseguido hacerse con una gorra que desde uno de los vehículos lanzaron en esos momentos. Poco a poco, y a medida que la hora de paso se hacía inminente, los ciudadanos acudieron al encuentro de la Vuelta. 

 

Y en Chiclana el accidentado paso de la ronda tuvo en la caída que sufrieron algunos de los hombres del pelotón uno de los momentos más tensos, ya que se trataba de un punto en el que la estrechez de la carretera por la que discurría la carrera en ese momento y la presencia cercana de las obras del tramo urbano del tranvía, además del numeroso público que se concentraba, hicieron que se vivieran momentos delicados. No obstante, todo se saldó sin mayores incidencias y la serpiente multicolor discurrió a un muy buen ritmo por la ciudad, desde la Avenida del Mueble hasta la antigua travesía de la N-340.

 

El recorrido, eso sí, estuvo marcado por las obras del tranvía, circunstancia que motivó algunos estrechamientos de la vía, como el que provocó la mencionada caída, justo a la entrada de la Avenida Reyes Católicos y después de una rotonda a la que los ciclistas llegaban a gran velocidad. Durante unos minutos, en los instantes posteriores a la montonera, público y corredores se entremezclaban, e incluso un aficionado se atrevió a subirse a la bicicleta de uno de los accidentados, mientras éste se recuperaba de la caída. ¿Un intento de robo o una simple gracia? Difícil adivinarlo.

 

Fue en todo caso la anécdota curiosa de una jornada en la que diez municipios gaditanos, desde San Roque a Vejer, disfrutaron de un evento deportivo de primer orden y en la que, sobre todo, la provincia de Cádiz vendió al mundo entero una parte -pequeña pero espectacular- de toda la riqueza que encierra.  

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