Si no tuvieron bastante con el parto complicado del pleno de organización para alumbrar la criatura de la nueva estructura municipal, las hostilidades han vuelto de nuevo cuando tocaba algo que no afecta al funcionamiento del Ayuntamiento pero que ha provocado la oposición frontal del Partido Popular, el reparto de los despachos para cada uno de los grupos municipales. Y es que al final, y en el mes y medio de mandato que se lleva, se puede ver que hasta para la compra de un bolígrafo va a haber discusiones.

El alcalde, José María González, convocó ayer la Junta de Portavoces para discutir este asunto y tratar de llegar a un consenso y para ello llevó una propuesta a esta mesa: un despacho para cada uno de los grupos en la zona en la que tradicionalmente han estado ubicados en el pasillo de la primera planta, salvo para Por Cádiz sí se Puede, que ocuparía uno que se encuentra dentro del Área de Presidencia.

El alcalde explicó que en el caso que tengan que tener reuniones con colectivos o de los propios grupos en sí pueden utilizar el resto de dependencias municipales como el Salón Isabelino o el de la Junta de Gobierno Local.

González entiende que su propuesta defiende "un principio de igualdad para todos los grupos" y se les dota de todos los medios necesarios "para favorecer el trabajo de la oposición" y además se consigue que todos se encuentren ubicados dentro del edificio consistorial.

El reparto de los despachos no tiene que ser aprobado por el Pleno, sino que la decisión depende de él en última instancia mediante un decreto de Alcaldía, que se dictará de manera inminente.

Mientras que el resto de los grupos destacaron positivamente que el asunto se llevara a la junta de portavoces, para el Partido Popular fue "un paripé" ya que la reunión "duró sólo cinco minutos y ha querido disfrazarla de negociación cuando la decisión ya estaba tomada".

El actual portavoz de esta formación en el Ayuntamiento de Cádiz, Ignacio Romaní, llegó incluso a calificar de "dictatorial" la actitud del alcalde y lo acusó de "intentar anular la labor de oposición del principal grupo municipal que recibió más respaldo de los gaditanos".

La actitud beligerante de los populares tenía como objetivo el mantenimiento de los dos despachos que tiene actualmente, uno de los cuales se le quitó al PSOE en el anterior mandato. En su época de Gobierno para sus 17 concejales contaban con estos dos, más uno que está junto al despacho de Alcaldía y tenían otro que estaba en Presidencia para reuniones de los concejales.

De este modo, Romaní se queja de que el alcalde de Por Cádiz sí se Puede ha dado "el mismo trato a un grupo municipal que, como mayoritario cuenta con diez concejales, a los que sólo tienen dos concejales". El alcalde mientras tanto cuestiona el que "un grupo tenga que tener más despachos que otro".

La fórmula que plantea el Partido Popular es que ellos sigan teniendo los dos habitáculos en el mismo sitio que actualmente y junto a ellos el PSOE y Ciudadanos, mientras que Por Cádiz sí se Puede y Ganar Cádiz en Común, que conforman entre los dos el equipo de Gobierno, pasen a otros lugares "que conocemos" en el edificio consistorial.

Romaní también fue muy crítico con el portavoz del grupo municipal socialista, Fran González, "porque la única oposición real es la del PP porque el PSOE está orillado a ser la muletilla de Podemos", una expresión que también es usada dentro de su partido entre los líderes nacionales hacia el jefe de los socialistas, Pedro Sánchez.

González considera que el tema de los despachos es "un asunto menor" y señaló que el objetivo era no salir de la casa consistorial y que no va a entrar en la pelea entre Podemos y el PSOE.

Por su parte, la número 2 de Ciudadanos, María Fernández-Trujillo Raposo, señaló que su grupo necesita un lugar donde poder empezar a trabajar ya que actualmente están sentados en los pasillos y dice que lo importante es estar ubicados en el mismo lugar que el resto de los grupos.