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Cádiz

El maná del hachís llega a Cortadura

  • La Policía Nacional recupera diez fardos de droga en playas de la capital y de localidades de la bahía Los busquimanos han empezado a rastrear la zona incluso en motos acuáticas

De vez en cuando, el mar de Cádiz vomita hachís. Fardos de droga mareada pero que aún tiene suficiente valor como para que los busquimanos se jueguen pasar un tiempo a la sombra si son sorprendidos transportando el hallazgo para su venta. Estos días el maná chocolatero ha vuelto a las playas gaditanas. La Policía Nacional ha confirmado la aparición de diez fardos en los arenales de Cádiz, San Fernando, Chiclana y El Puerto de Santa María, todos ellos procedentes de un alijo fallido llevado a cabo en la madrugada del martes, cuando una goma que partió desde el moro cargada con fardos de 30 kilos de hachís fue detectada por el SIVE. La alerta no se hizo esperar y se emprendió una persecución por parte de una patrullera de la Guardia Civil. En su huída los narcos fueron lanzando al mar su preciada carga, que la marea ha ido empujando hacia Cortadura, Torregorda, Camposoto, La Barrosa o la playa portuense de El Buzo.

Los primeros fardos aparecieron el martes frente al Ventorrillo del Chato y Torregorda. El boca a boca funciona rápidamente en estos casos y ayer mismo ya habían busquimanos patrullando la orilla en busca de la tableta o -mejor aún- ese fardo por el que poder sacar hasta 30.000 euros en Sanlúcar.

De momento no se han producido detenciones de los busquimanos que peinan las playas estos días. Y eso que algunos no se cortan. De hecho, uno de los fardos aparecidos en Torregorda fue recuperado por un agente de la Policía Nacional que estaba fuera de servicio. Cuando un conocido delincuente de La Isla que, casualidades de la vida, paseaba por la playa en esos momentos se dio cuenta de que se llevaba la droga llegó a acercársele para solicitarle, amablemente eso sí, que le dejara a él la mercancía porque sabría darle buena utilidad. Al conocer la profesión del rescatador del fardo prefirió dar la callada por respuesta y esperar una mejor ocasión para dedicarse al marisqueo.

Todos los fardos vienen bien envueltos, con arpillera verde, y tienen una misma marca que identifica al propietario. La Policía ha localizado hasta el momento una decena, pero tampoco es descartable que hayan llegado más y que hayan sido pescados por estos buscadores de tesoros marroquíes. De hecho, fuentes policiales confirmaban a este diario que en varias zonas están advirtiendo la proliferación de motos acuáticas rastreando la zona. Estas personas que buscan el hachís perdido en una operación fallida no sólo se arriesgan a pasar cuatro años en la cárcel sino también a las iras del propietario de la droga, que en un futuro puede reclamar lo que le pertenece.

El 29 de noviembre del pasado año el naufragio de tres semirrígidas en las costas de Chiclana no sólo provocó la muerte de dos de sus seis tripulantes (otros tres fueron detenidos y del restante nunca se supo su destino) sino que pobló los arenales chiclaneros de decenas de busquimanos en busca de hachís. En aquella ocasión la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Policía Local de Chiclana llegaron a detener a unas 70 personas, lo que obligó a cerrar un módulo de Puerto II sólo para que permanecieran unos días en prisión preventiva.

En este nuevo alijo fallido todo hace indicar que aparecerán más fardos en las playas gaditanas. Y más busquimanos.

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