Cádiz

El mirador no es visto con buenos ojos

  • La pérgola de Santa Bárbara recibe críticas por parte de sus primeros usuarios, que se quejan de la estructura y de su acabado Hay quienes la consideran "innecesaria"

Pues hay gente que no lo entiende. Hay gente que no comparte la opinión de la alcaldesa, que el pasado viernes, durante la inauguración de la pérgola-mirador de Santa Bárbara, afirmó que los ciudadanos entenderían este nuevo espacio tras disfrutarlo.

Antonio y María José lo han visitado ya dos veces, el sábado por la noche y ayer por la mañana, y sigue sin convencerles. "Me parece fatal esta estructura. Parece que la han hecho en Astilleros. Contrasta tanto con la balaustrada, las garitas y el entorno... Habría sido mejor hacerla de cristal, causaría menos impacto visual y permitiría a los usuarios contemplar realmente las vistas, pues el muro es alto y te obliga a asomarte". "Esto es claramente una obra de elecciones -prosigue el gaditano-. ¿Hacía falta gastarse dos millones de euros en esto?". No han sido dos, sino 20 los que se han invertido en construir la plataforma y remodelar toda la zona. "¿20 millones? Pero si este espacio es innecesario... ¿Y por qué no han terminado antes el Teatro Pemán, que hacía más falta que esto?", espeta con cierta indignación mientras dirige la mirada hacia el esqueleto del cercano espacio cultural.

Su esposa señala hacia las barras luminosas incrustadas a lo largo de toda la infraestructura. Están encendidas, derrochando una inapreciable luz. "Estas luces nos cegaron el sábado por la noche. Resultan incómodas a la vista porque están colocadas muy arriba, molestan. Y si te asomas para mirar el mar, te deslumbran las luces de las farolas".

"Muchas luces mientras Cádiz se va apagando...", le interrumpe su marido. "Este mamotreto no dura más de cuatro o cinco años. Es una obra de elecciones", reitera.

El matrimonio prosigue su recorrido escudriñando la pérgola, al igual que hacen otros ciudadanos con los que se van cruzando. "Esto está roto, abuelo", indica una pequeña señalando hacia una de las rendijas de evacuación del agua, está hundida. "Lo acaban de inaugurar y ya se aprecian manchas de óxido", comenta un hombre a su acompañante. "Se han gastado un dineral y al final se ve lo mismo pero desde más altura. No nos descubre nada nuevo", se queja un ciclista. "En cuestión de días esto se convertirá en una pista de skate, ya verás", augura un señor. "Entiendo que aún deben seguir trabajando los operarios porque hay juntas que no están cerradas. No creo que hayan dado ya por terminado los trabajos aquí arriba. El mirador no está bien acabado", comparte con su pareja un joven. "No hay ni una sola papelera a lo largo de todo el recorrido", se queja una señora. Son 350 metros de paseo y no hay ni una papelera, ni un banco ni una zona de sombra.

A estas críticas, el gaditano José Antonio Campoy suma otra: la "endeblez" de los materiales empleados. "La chapa que cubre la estructura es de hierro y tiene una protección de zinc para evitar que se oxide, aunque algo se oxidará. Habría sido mejor emplear acero inoxidable en un ambiente tan expuesto a la corrosión marina como es esta zona de la ciudad. Pero claro, ese material es más caro", sonríe.

Su esposa prefiere destacar las nuevas vistas que proporciona el equipamiento desde sus 5,45 metros de altura, y también aplaude su innovador diseño. "A mí me gusta. Lo veo muy moderno y es llamativo el contraste que produce en el entorno. Además, ofrece unas vistas espectaculares a ambos lados, tanto del parque Genovés como del mar".

Vistas que pueden apreciar los adultos, pero no los niños, que durante todo el recorrido sólo ven el gris de la estructura metálica. Un abuelo coge en brazos a su nieta para que, por unos segundos, aprecie el azul del mar y el verde del parque. "Deberían haberlo hecho de cristal. Los niños no pueden disfrutar de las vistas y los mayores debemos pegarnos a los laterales para poder ver. No veo que este espacio cumpla del todo con la función de mirador", mantiene el abuelo.

La misma opinión comparten las hermanas María Luisa y María Dolores Parra, que aseguran que nada más acceder a la pérgola -por la entrada próxima al Mentidero- han tenido la sensación de estar en un túnel. "En la pendiente de acceso no se ve nada porque las paredes son altas y nosotras medimos 1,60. Nos ha parecido estar atuneladas". Además, ambas consideran "innecesario" este mirador, "porque el mar ya se observa perfectamente desde abajo. Y encima han construido un mamotreto de chapa. Si al menos fuera de cristal...".

El equipamiento ya está abierto al público, aunque sólo el paseo superior. La zona baja contará con una oficina para la Delegación de Medio Ambiente, una cafetería, una estancia de lectura y exposiciones y aseos, pero por el momento esas dependencias no están habilitadas ni hay fecha prevista. Quizás, cuando se pueda disfrutar de la infraestructura en su integridad, la entienda más gente. O no.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios