Hace casi cuatro años, el PP aprovechó la campaña electoral municipal para vender el despegue del polígono exterior de la Zona Franca, con inversiones millonaria y un plan de creación de 5.000 empleos en el periodo de diez años. Agotado el primer tercio de esta década, el avance en esta operación se ha centrado fundamentalmente en trámites burocráticos y, sobre todo, en la compra de suelo del polígono que estaba en manos privadas.

Ahora, al borde de una nueva campaña para las municipales, el Consorcio inicia el proceso físico de la remodelación, lo que no significa que la creación de empleo vaya a ser inminente pues todo dependerá de la respuesta de los inversores privados. Sólo la operación en el suelo de Altadis, incluido en la Zona Franca fiscal, tiene visos de ejecutarse a corto y medio plazo, con una previsión de creación de entre 500 y 600 empleos directos.

La intención del Consorcio, según los datos aportados por el delegado del Gobierno Jorge Ramos, es "comenzar este mismo año un macroproyecto de demolición de todas las naves y dependencias que se encuentran obsoletas y sin uso alguno y que ya forman parte del patrimonio público". La compra de este suelo ha supuesto que entre el Ayuntamiento y la propia Zona Franca se cuente ya con la propiedad del 49% de todas las dependencias del polígono industrial, lo que facilita el cierre de operaciones. "Nosotros hemos hecho los deberes en tiempo de crisis", afirma el delegado del Consorcio. La primera operación se iniciará en las antiguas dependencias de Ibérica Aga (aunque las oficinas centrales están protegidas por Cultura), en la calle Gibraltar.

Con esta operación de demolición se quiere visualizar los grandes espacios que están ya disponibles para la reordenación y ubicación de nuevas industrias. En todo caso, Ramos deja claro que no será la Zona Franca la que construya, "pues sería repetir errores del pasado. Lo que pretendemos es poner el suelo en manos de operadores privados".

Ramos confía en que ahora se active la inversión privada, tras el inicio de la recuperación económica, por lo menos la 'macro'. "La mejora en sectores como la distribución y la construcción es incipiente, por lo que espero que en el segundo semestre habrá más oportunidades de desarrollo privado", considera el delegado.

A la vez que se abren nuevas parcelas, este mismo 2015 la Zona Franca va a iniciar el proceso para la ampliación de la calle Algeciras, la puerta de entrada al polígono para quienes acceden desde el puente Carranza. El planeamiento urbanístico aprobado por el Ayuntamiento promueve el ensanche del viario y la apertura de espacios urbanos en todo el polígono.

En manos de la iniciativa privada queda también la ejecución más o menos rápida del hito que se pretende levantar en el suelo hoy ocupado por los antiguos Talleres Faro (que se derribarán) y el antiguo Supersol, entre otros equipamientos. Aquí va un edificio en altura para oficinas y comercios. La propiedad privada en este caso supera el 50% del suelo.

Queda también pendiente la compra del solar de Navalips, derribado hace ya tiempo, de propiedad estatal. Aunque Ramos afirma que el acuerdo es inminente lo cierto es que las negociaciones se iniciaron ya con el anterior equipo directivo del Consorcio.

Más allá del suelo del polígono exterior, también se están dando los pasos para poner el cartel de lleno en el recinto fiscal de la Zona Franca, hoy ocupado en más de un 90%. El suelo que estaba destinado a la fábrica de Carbures, cuyo proyecto se ha paralizado, está ya liberado para un nuevo ocupante, que probablemente será una empresa de distribución; igualmente, el cierre de Procosur (en concurso de acreedores y con una deuda de un millón al propio Consorcio) ha llevado a la búsqueda de una nueva empresa relacionada con el sector de la alimentación, con el objetivo del retorno a sus puestos de los trabajadores de la antigua firma. También se ultima el contrato para la última parcela que estaba libre en el recinto fiscal.