Cádiz

Medio kilómetro para terminar el tablero

  • Tras instalarse el tramo desmontable, el puente inicia su última fase para abrir antes de final de año

Una vez colocado el tramo desmontable del segundo puente, el horizonte del final de la obra civil más importante de las que se realizan en España actualmente parece más cercano. El objetivo que se marcó el Ministerio de Fomento desde el pasado año fue que los trabajos concluyeran en la primavera de 2015, y si el ritmo no decae es probable que en mayo puedan colocarse las últimas dovelas que culminarán lo que es el cuerpo del viaducto. Luego vendrán otras tareas necesarias antes de su apertura al tráfico rodado, como asfaltado, colocación de los pórticos para las señales de tráfico y los paneles de dos metros de altura que intentarán paliar en la medida de lo posible la fuerza con la que el viento combate a nada menos que 69 metros de altura.

Después de que se colocara el tramo desmontable que conectó las pilas 9 y 10, de 150 metros de longitud y más de 4.000 toneladas de peso, actualmente al tramo atirantado le quedan aproximadamente 160 metros de tablero para cerrarse, mientras que al tramo de hormigón que se levante en la orilla puertorrealeña del puente le restan unos 400 metros. En suma, poco más de medio kilómetro faltaría para que Cádiz cuente con su tercer acceso, algo que hace unos años parecía un sueño y que por fin se verá hecho realidad a lo largo de 2015.

Para que quede conectado el tablero atirantado que une las dos pilas centrales apenas quedan dos dovelas pequeñas más la clave, con la que se ajustará. Para la colocación de estas últimas piezas será necesario antes desmontar uno de los dos carros de izado, ya que en caso contrario molestaría para la soldadura de las dovelas.

También faltan un par de dovelas para que la pila 11 se encuentre con la 10, donde ya reposa el tramo desmontable, en una complejísima operación que se llevó a cabo durante el lunes y el martes de la pasada semana.

En el tramo donde también se trabaja con más intensidad es en el puertorrealeño. Un gigantesco carro de hormigonado se esfuerza por ir construyendo los voladizos al tablero ya instalado. Avanza por unos carriles y trabaja en varios turnos para conseguir el objetivo marcado por el Gobierno de ver coches pasando por el segundo puente de la Bahía de Cádiz antes de que finalice el año. Antes se abrirá varios días a los peatones para que visiten la obra, según la propuesta realizada por el Ayuntamiento y ya aceptada por la ministra de Fomento, Ana Pastor.

Lo cierto es que tras la ralentización que se produjo en la obra durante el pasado verano, aunque se siguió trabajando en varios tajos y se siguieron instalando dovelas en el tramo atirantado, en las últimas semanas el ritmo de la obra se ha acelerado hasta el punto que, si no se tuercen los planes de trabajo, el puente podría estar terminado incluso antes de las elecciones generales que, presumiblemente, se celebrarán a lo largo del próximo mes de noviembre.

De cara a las elecciones municipales de mayo, por esta fecha estará listo todo el trazado, con 3 kilómetros de longitud, del puente aunque al mismo aún le quedarán varios meses de trabajo antes de su inauguración, pues a partir de ese momento se instalarán todos los servicios que facilitarán el funcionamiento de esta enorme infraestructura: red de suministro de agua, puntos de luz, sistemas informáticos, las pantallas de seguridad, la señalización vertical, además de las capas de asfaltado y las obligadas pruebas de carga. No se podrá abrir, por ello, como señuelo electoral.

En suelo gaditano se encuentra también muy avanzada la obra de la rotonda de acceso del puente a la ciudad. Se ha tenido que elevar el terreno hasta llegar al nivel del puente, a la vez que se han removido todos los servicios urbanos subterráneos. Esta zona se complementará con un área ajardinada. La altura alcanzada ha provocado quejas entre los vecinos de los edificios más cercanos.

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