El peatón será el primer usuario del nuevo puente, una vez que esté completamente terminado. La alcaldesa de la ciudad adelantó ayer que se está planteando abrir al público la infraestructura durante varios días antes de que empiece a rodar por ella la circulación, como forma de celebración del final de las obras y la puesta en funcionamiento del equipamiento. "Vamos a ver Cádiz desde otra fachada. El puente, de noche y de día, es una cosa muy atractiva", indicaba ayer Teófila Martínez.

Y es que las administraciones ya miran al futuro y empiezan a imaginar cómo será la puesta del largo de un equipamiento que en las próximas semanas tendrá un impulso casi definitivo en su cuenta atrás para la finalización. De hecho, se está a la espera de que el lunes, en principio, pueda izarse finalmente el tramo móvil. Una complicada operación que ayer seguía preparándose con el pretensado de los cables y otras actuaciones previas al levantamiento de este tramo de 150 metros de longitud y 4.000 toneladas de peso, para lo que se necesita unas correctas condiciones meteorológicas durante una serie de horas.

Tras este tramo móvil y otro tramo pendiente en el lado de Puerto Real, llegará el momento de la dovela clave que unirá ambos lados del puente. Una actuación que la alcaldesa confesaba ayer estar esperando "como agua de mayo". "Para mí cada vez que se sube una dovela es una fiesta. He soñado tanto y he peleado tanto por este puente, que para mí va a ser muy especial", confesaba Martínez a los periodistas que preguntaban ayer por ese posible acto de celebración de la finalización del puente.

Y en medio del optimismo, la alcaldesa tuvo tiempo también para mostrarse confiada en que la enorme infraestructura que cruza la bahía estará lista para que el pelotón de la Vuelta Ciclista a España pueda rodar por ella a finales del próximo verano.