Después de 50.000 números, Diario de Cádiz, el Diario, no solo ha calado en la vida de toda una ciudad, en el alma de muchos gaditanos; también se ha aferrado a las paredes de muchos bares y establecimientos de hostelería de la ciudad. Algunas de las pequeñas historias que una vez se publicaron en estas páginas se perpetúan en estos negocios, como queriendo recordar cada día eso que una vez se escribió y que ahora luce enmarcado tras un mostrador o encima de una mesa.

Recortes de la historia del Diario lucen en las paredes del bar El Liba, recordando también la historia del propio negocio. Y es que cuando el establecimiento de la calle Ancha cumplió 50 años (hace ahora 25), Diario de Cádiz dedicó una página completa que Carlos López sigue conservando intacta en el local. "Lo pusimos ahí para que la gente conociera la historia del negocio", explica el actual propietario de El Liba, que tiene otros recortes del periódico colgados y otros pendientes de enmarcar. En El Liba se compra el Diario cada mañana, ya que es un reclamo para la clientela que acude a tomar el café y el desayuno. "La gente lo reclama; y hay veces que se forma cola para leer el Diario. Hasta miradas asesinas veo desde aquí, de uno esperando a ver si el otro suelta el Diario", ríe Carlos López.

Otro aniversario de la hostelería más gaditana se reflejó un día en las páginas de Diario de Cádiz y desde entonces luce en el local. Se trata del primer cuarto de siglo que cumplió Joselito, cuyo actual propietario se llevó los recortes del periódico del anterior local en la calle San Francisco al nuevo abierto recientemente en Cristóbal Colón. Jesús Álvarez muestra también los recortes de cuando su padre se jubiló y asegura que en su casa guarda "un montón de artículos, de cartas al director y de anécdotas" que de alguna forma han unido el camino de las dos empresas. "Pero estos dos son los artículos más emblemáticos para la familia", reconoce Álvarez, que se muestra muy unido al Diario y a la gente que ha pasado por él en estos años. "Desde siempre han parado por aquí los dueños y los trabajadores. Balbontín, los Joly, Perea, Pérez Sauci... Y todavía hoy se mantiene esa relación, con Tomás Valiente, Ildefonso Marqués o Emilio López", repasa el sucesor de Joselito, que concluye que la gente pidiendo el Diario en su bar para leer alguna información "no se perderá en la vida".

Páginas y recortes de Diario de Cádiz se leen también en las paredes del Pay Pay. Allí luce enmarcada la primera noticia que se publicó, firmada por Juan José Téllez, sobre el proyecto de reapertura del local, a finales de los 90; o una página completa sobre poesía y Cádiz; un recorte de un artículo de Félix Palma; o incluso una efeméride de 1933, "cuando hubo un accidente en el edificio y un cuarto baño cayó en el centro de la sala", explica una de las gerentes, Paloma García, que cuenta que además de lo que se aprecia en las paredes, el negocio dispone de un archivo en el que se guarda todo lo que se va publicando sobre él en estas páginas. "Como gaditana pienso que está claro que tener presencia en el Diario es estar presente en la vida de la ciudad. Y por eso, queríamos dejar constancia de la historia del Pay Pay". Este fue el motivo principal por el que se decidió mostrar estas reseñas periodísticas en las paredes del local de la calle Silencio. Una muestra también de que "el Diario siempre ha apoyado todo lo que ha hecho el Pay Pay", destaca Paloma García.

Es así, como en estos ejemplos expuestos, cómo la hostelería de la ciudad permite también hacer un recorrido por la historia de Diario de Cádiz, a través de algunos recortes o páginas de esos 50.000 números que han visto la luz. Una verdadera hemeroteca entre mostradores, tapas y copas.