Una cosa es la política de rueda de prensa y protesta y otra muy distinta es enfrentarse al combate con políticos curtidos en mil batallas. Martín Vila se estrenó ayer como concejal de IU en el Ayuntamiento de Cádiz, en sustitución de Blanca Marzán, y se convirtió en el principal protagonista de la sesión que tuvo lugar en el día de ayer. Vila recibió una bienvenida 'cálida' por parte de los miembros del equipo de Gobierno, sabedores de que era una presa que no se les podía escapar.

Las formas se guardaron en el acto de toma de posesión. En él, Vila dejó claro su posicionamiento ideológico al prometer "por obligación legal" cumplir la Constitución bajo sus "convicciones republicanas" y luchar por "la justicia, la libertad y la igualdad" de todas las personas. Del protocolo y los abrazos pasó a la realidad tras ocupar el segundo sillón de la bancada de IU, entre Sebastián Terrada y Fernando Vivas.

A partir de ahí, cada participación de Vila en la sesión se convirtió en una sucesión de golpes. Sin haber participado todavía en el debate, ya se llevó el primero por parte de Juan José Ortiz en su defensa de la propuesta municipal para incluir en el Plan de Vivienda en 2015 la segunda fase de Matadero y la rehabilitación de 25 viviendas de la calle Doctor Marañón, en la que aprovechó la mención a la Junta de Andalucía para darle la bienvenida a Vila y recordarle su puesto como asesor de la Consejería de Turismo "ahora que hablamos de recursos".

El siguiente en darle un 'cordial' saludo fue Ignacio Romaní, en una propuesta sobre la creación de una comisión de seguimiento del PGOU. Vila calificó como "oscuras" las negociaciones entre la Junta y el Ayuntamiento sobre los edificios de la Administración autonómica en la ciudad, a lo que Romaní le dijo que era "una incongruencia" y que "usted va a tardar dos minutos en dejar de ser concejal o dos minutos en irse de la Junta". "Va a ser el concejal más corto de la historia de este ayuntamiento", sentenció Romaní.

Otro experto en el enfrentamiento político es José Blas Fernández, que directamente le pidió que aclarara si pertenece a Ganemos o a IU, además de asegurar que había realizado "un cambalache" para poder ser concejal. Mercedes Colombo, por su parte, le atacó por el tema de la igualdad al decirle que "predique con el ejemplo" al señalarle que los tres ediles de IU son hombres.

Por suerte, a su lado tuvo a Fernando Vivas, que le echó un capote y reprochó al equipo de Gobierno su actitud por acusarle cobrar de la Junta de Andalucía al apuntar que hay concejales que llevan cobrando "desde el siglo pasado" del erario público.