La terminal de cruceristas gestionada a día de hoy por la empresa Cádiz Cruise Terminal participó en días pasados en un simulacro de emergencia en el que se planteaba un supuesto incremento del nivel de protección de todas las instalaciones portuarias.

Junto a la estación marítima participaron tanto los espacios gestionados por la propia Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) como el resto de espacios concesionados a firmas externas ubicadas en la dársena de Cádiz o bien en la Zona Franca o en La Cabezuela. A su vez, en el ejercicio se implicaron también los astilleros de Navantia de Cádiz y Puerto Real, la terminal de contenedores de Concasa, la terminal roro de Acciona Trasmediterránea, la planta de Dragados Off-Shore y los depósitos de graneles líquidos de Interpec Ibérica y Puma Energía de la Cabezuela.

El Código Internacional de Protección de los Buques y las Instalaciones Portuarias (PBIP) establece un nivel de protección para cada puerto. El de Cádiz siempre ha sido de nivel 1, que es el menor de los tres que existen, según establece el propio Ministerio del Interior que es el organismo competente a este respecto.

En el ejercicio, en el que participaron de manera muy activa tanto Policía Portuaria como Guardia Civil, se simuló un hipotético cambio de nivel del 1 al 2.

A partir de ese momento se adoptaron las medidas organizativas y los procedimientos de control y vigilancia establecidos para dicho estado.

Asimismo, se integraron en el ejercicio todos los buques que se encontraban atracados o fondeados en las distintas instalaciones portuarias y que, en cumplimiento de lo que establece el código PBIP, también disponen de un plan de protección específico y deben adoptar el mismo nivel de protección que la instalación en la que se encuentran.

Este ejercicio ha permitido obtener conclusiones acerca de las medidas de coordinación entre las distintas entidades implicadas.