Cádiz

"Existe una imagen de esta provincia que es unidimensional y simplista"

  • John Carlin, que hoy recibe el premio Agustín Merello, proyecta escribir del potencial de Cádiz.

"Vengo a la provincia de Cádiz cada verano desde hace 14 aqños porque, como soy medio español, soy hombre de costumbres. Veraneo en Sancti Petri, que es el lugar donde suspendo mi actividad cerebral, por lo que sería una temeridad aventurarme a hacer un análisis de qué sucede aquí". Con este argumentario inicial, John Carlin, uno de los periodistas más influyentes del globo, biógrafo -quizá no sea muy exacto el término- de una figura tan determinante como Nelson Mandela, se ponía en guardia ayer por la mañana ante la solicitud de que cincelara alguna sentencia sobre un lugar del sur del que sabe que "el paro que soporta sería insostenible en casi cualquier lugar de Europa y todo el mundo se pregunta cómo es que aquí no se produce un estallido social". Por eso, en el encuentro con periodistas del periodista que hoy recibe el premio Agustín Merello se produjo un intercambio de información.

Carlin -se lo dicta su oficio- sabe que las cosas no son como parecen: "Existe fuera una imagen de la provincia de Cádiz unidimensional y simplista". Con la excusa del premio Agustín Merello, Carlin ha buscado un hueco para pasar 48 horas en Cádiz, dentro de un programa diseñado por la Asociación de la Prensa de Cádiz y el Consejo Social de la UCA. Reuniones con emprendedores y una visita al Campus del Mar le han servido para descubrir otra cara de la provincia. Contando con que proyecta secretamente venirse a vivir a Cádiz, baraja al mismo tiempo hacer un gran reportaje que muestre la otra cara de la moneda, la cara dinámica, la cara que se sacude el tenebrismo del mal fario, la otra cara de la paguita del Estado. Él no sabe tanto de Cádiz como para adentrarse en esos terrenos, pero sí huele que aquí hay una historia -"soy un contador de historias"- de "interés global".

También es cierto que Carlin hablaba desde el agradecimiento por la recepción de un premio que se suma a unos cuantos que ya tiene, entre ellos el Ortega y Gasset, y con la resaca de un día de escritura en el que, mirando desde el Parador el Atlántico, terminó el primer borrador de su próximo trabajo, el libro sobre Pistorius, el atleta paralímpico que fue olímpico y que ahora se encuentra en las televisiones del mundo aceptando su sentencia por haber matado a su novia a tiros. "Es una historia que si la planteas como ficción no te la publica nadie. Su verosimilitud se halla en eso, en que no es ficción". Tendría que haber estado en Pretoria, pero estaba en Cádiz.

Carlin reconoce que le agota escribir libros, "es como subir un Everest, se parece tanto escribir un artículo a escribir un libro como levantar una choza o una catedral. La arquitectura es totalmente distinta". Lo que le gusta es el proceso de recabar información, como cuando escribió sobre el Real Madrid o sobre Rafa Nadal, o, sobre todo, acerca de Nelson Mandela y aquella inolvidable final del Mundial de Rugby: "Fue un privilegio y la gran fortuna de mi vida. No sólo conocí a Mandela, sino que él me conoció a mí. Fueron muchas horas hablando y hablando, conociendo a uno de los líderes políticos más brillantes de la Historia".

Hubo un poco de tiempo para la recurrente materia del obituario del oficio periodístico, que no es tal: "Existe una ancestral necesidad humana de escuchar historias. Los periodistas las contamos. Lo que pasa ahora es que nadie tiene la bola mágica acerca de cómo traducir esa necesidad en un negocio, en crear el dinero que lo sostenga".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios