Cádiz

El restaurante junto a la Catedral estará ambientado en el siglo XVIII

  • El emplazamiento integrará importantes restos romanos hallados y aparte contará con un bar chill out Ambos abrirán en Navidad

La torre de Levante en un primer plano, la cubierta de Santa Cruz, las decenas de torres miradores que perfilan el cielo gaditano o la imagen de la propia Bahía gaditana en toda su amplitud flanquean las vistas panorámicas que ofrece el nuevo emplazamiento hostelero que se está construyendo junto a la Catedral gaditana y cuya apertura al público está prevista para Navidad.

Se trata de la finca enclavada en callejón de los Piratas, 1, del que se ha conservado la fachada del siglo XV, y que a su vez ha quedado dividida en dos establecimientos independientes. Por una parte, en un restaurante ambientado en el siglo XVIII, que integrará a su vez los importantes restos arqueológicos de época romana que han ido aflorando durante los sondeos previos, y por otra, un bar cafetería chill out. Un singular emplazamiento que formaría parte del denominado Completo Hostelero Turístico el Pópulo, cuyo promotor es Servicios Integrales y Proyectos 2012 S.L.

La actividad es vertiginosa en este edificio de tres plantas, provisto de dos terrazas en azotea y que a su vez incorporará tanto la terraza de la misma calle que asoma a la plaza de la seo gaditana, como la de la zona trasera del edificio, que se abre paso hacia la plaza lateral que hay junto a la Catedral, y que a su vez comunica con la calle de la Casa del Obispo, con un total de 600 plazas en total.

Así lo asegura Germán Garbarino, uno de los socios del proyecto cuya inversión asciende a los 2.440.000 euros, que explica la distribución y el estado actual de las obras, "que está pendiente del revestimiento". Concretamente, mientras que la planta baja, la entreplanta y el primer piso pertenece al restaurante dieciochesco, la segunda planta, y las dos terrazas en azotea forman parte del bar chill out.

En la zona de restaurante, la planta baja está dispuesta en tres estancias o salones conectados, en uno de los cuáles se podrá observar a través de suelo de cristal los importantes restos romanos que han aparecido en el subsuelo del edificio y que "parecen ser la continuidad de la Casa del Obispo", puntualiza Garbarino.

Como curiosidad, la barra, ya construida a la derecha del vestíbulo de entrada, estará diseñada con parte del mobiliario de la trastienda de una farmacia antigua también del siglo XVIII, "concretamente la que se ubica en la calle Sagasta, entre Cánovas del Castillo y la calle Ancha, cuyos restos adquirimos para su restauración", señala de este local también concebido como sala de celebraciones, en el que se han cuidado cada uno de los detalles, todos en consonancia con la época.

Entre otros vestigios del Gades romano también se encuentra en la última sala de la planta baja el pozo romano de época republicana, en el que ya han alcanzado los 15 metros de profundidad. Un salón que cuenta con otra barra, que también contará con mobiliario de la farmacia.

En la entreplanta, un espacio amplio y diáfano, se encuentra la cocina, mientras que en la primera planta del edificio se ubican el resto de salones del restaurante.

En total son tres los espacios de esta planta distribuida en dos alturas, donde empieza a deleitarse las magníficas vistas de la plaza de la Catedral desde el salón principal, con cuatro huecos a la calle. Un espacio que conecta desde amplios ventanales antiguos con el segundo y tercer salón, concebido este último a modo de reservado.

En la zona central del edificio se puede ver el hueco del ascensor, que comunicará ambos establecimientos con puertas independientes, además del montaplatos.

Por otra parte, el bar cafetería chill out ocupa la segunda planta del edificio, dispuesta igualmente en un amplio salón con una barra central, donde se dispondrán mesas y sofás. En la planta ático se ubica otra barra, aparte de tres estancias al aire libre, que continúa con una de dimensiones más reducidas en la cubierta, con impresionantes vistas de Cádiz, apenas interrumpidas por una mampara de 1.20 metros. La guinda de un pastel con sabor a historia por el que se han interesado importantes empresarios de la hostelería gaditana y madrileña, tanto para el alquiler del edificio en su conjunto, como en cada uno de los establecimientos independientes.

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