A sus 19 años ya tiene más de una decena de antecedentes policiales por robos de motocicletas, delitos contra la seguridad vial y falsedad de documentos. A.R.R. tiene una obsesión con la propiedad privada y no le importa robar a vecinos de su propio barrio de Santa María junto a su cómplice, J.A.M.R., de 20 años y también con antecedentes. Ambos jóvenes han sido detenidos por la Policía Nacional como presuntos autores del robo de dos ciclomotores y del daño a otros ocho tras ser sorprendidos in fraganti por los agentes cuando uno de ellos manipulaba una motocicleta y el otro realizaba labores de vigilancia.

La Policía destaca que los jóvenes robaban motos por simple diversión, y que pasado un breve espacio de tiempo, a veces de horas, otras de un par de días, las volvían a dejar abandonadas. En ocasiones intercambiaban sus matrículas para hacer más difícil la labor policial, en otras ni siquiera se preocupaban por ello.

La última de sus fechorías tuvo lugar durante la madrugada del pasado 20 de agosto. Entonces un ciudadano llamó al 091 para alertar de que unos jóvenes se encontraban en la calle San Juan de Dios manipulando una motocicleta y que habían logrado ponerla en marcha pero no moverla debido a que tenía colocado un candado en una de las ruedas, por lo que desistieron y se fueron a intentar llevarse otra motocicleta.

La Sala del 091 alertó a una dotación policial que patrullaba la zona del Campo del Sur, cuyos agentes sorprendieron a dos individuos manipulando una motocicleta de 125 centímetros cúbicos. Tras ser identificados resultaron ser A.R.R. y J.A.M.R.

Los agentes interrogaron a los presuntos autores sobre los hechos, manifestando versiones contradictorias, y tras realizarles un cacheo de seguridad se les intervino dos varillas metálicas con la punta plana, una llave Allen modificada y un casco de moto, del que no pudieron acreditar su propiedad. Los agentes comprobaron el estado de las motocicletas estacionadas en la calle, observando como una de las motocicletas se encontraba con el motor apagado aunque con el cuadro de luces encendido, con el bloqueo del manillar fracturado, y el contacto del sistema de arranque manipulado. Otra de las motocicletas se encontraba con los mismos síntomas de forzamiento y con el sillón portaobjetos dañado. Después de comprobar todas las motos estacionadas se finalizó la inspección con un total de siete motocicletas que presentaban daños y signos de forzamiento.

El detenido A.R.R. era el encargado de arrancar las motocicletas y el otro vigilaba.

Los agentes adscritos al Grupo de Delincuencia Urbana número dos se hicieron cargo del atestado policial, donde figuraban los detenidos, ya que desde los últimos meses estaban investigando a A.R.R. por un delito contra la seguridad vial y por utilizar un ciclomotor sustraído para moverse por Cádiz sin carnet de conducir.

El detenido y su hermano agredieron el pasado 28 de junio a los investigadores que realizaban gestiones para localizarlo y detenerlo en el barrio de Santa María, lo que propició su huida hasta Chiclana de la Frontera, donde un agente fuera de servicio lo localizó y detuvo a principios de agosto. Después de pasar a disposición judicial fue puesto en libertad con cargos, a la espera de la celebración del juicio, pero el ahora arrestado volvió a ser investigado por su posible participación en las sustracciones de motocicletas realizadas mediante la manipulación de las cerraduras y elementos de seguridad en la capital gaditana.

Los investigadores realizaron las gestiones oportunas para localizar a los propietarios de las motocicletas, que se presentaron en la Comisaría para presentar la correspondiente denuncia sobre los daños sufridos por sus motos.

Tras la toma de declaración de los afectados y reunir las pruebas que incriminaban a los detenidos como presuntos responsables de los delitos de robo, uso de ciclomotor y daños, los detenidos fueron puestos a disposición judicial junto con el atestado instruido y las pruebas y efectos del delito.

La Policía Nacional recordó una vez más que con esta rápida actuación se pone de manifiesto la eficacia del teléfono del 091 y la colaboración ciudadana para la coordinación de toda la fuerza policial que consigue dar una respuesta eficaz al ciudadano ante un hecho delictivo. También advierte lo importante que es asegurar bien las motocicletas y no dejarlas únicamente con el bloqueo del manillar cerrado, ya que este puede romperse con un fuerte golpe.