Los artesanos situados en el Paseo Marítimo han criticado la reducción repentina de su horario de trabajo impulsada por el Ayuntamiento de Cádiz.

"Nos enteramos el día 28 de junio por el Diario", afirma Mariana, una de las artesanas. El día anterior, el equipo de gobierno municipal anunciaba el cambio en la normativa de mercado artesanal de verano. Esta modificación adelantaba la hora de cierre de los puestos de las 02:00 a la 01:00 horas de la noche.

Los artesanos critican tanto la reducción de horario como el hecho de no haber sido avisados ni consultados ante dicha decisión. "Nosotros firmamos en la licencia unas condiciones sin que nadie nos informase de que se podía reducir el horario" se queja Mariana. Cinta denuncia que "hemos cumplido con nuestra parte del acuerdo. Y ahora ellos nos cambian la licencia sin mediar palabra".

Desde el Ayuntamiento afirman que el motivo de dicho cambio responde a una serie de reuniones mantenidas durante el invierno con los vecinos de la zona, quienes se habrían quejado del ruido provocado por los artesanos. Sin embargo, los afectados se quejan de no haber sido informados de dicha problemática y no haber participado en la búsqueda de soluciones.

"Cuándo nos enteramos del cambio nos reunimos con la concejala, Carmen Sánchez, que nos explicó que había una denuncia de 50 vecinos", explica Mariana. "Durante ese encuentro solicitamos ver la denuncia y preguntamos si se había producido una medición de ruidos, pero no recibimos respuestas", reprocha la misma afectada. "Aún hoy seguimos esperando que la concejala se pronuncie".

Los afectados denuncian que la reducción no se limita solo a la hora estipulada. "La policía nos obliga a retirarnos antes", dice Lupe, que explica que están obligados a tener todo desmontado a la una, "por lo que tenemos que empezar, como mínimo, media hora antes". Algo que implica prescindir de las "horas de mayor nivel de ventas", denuncia esta misma artesana.

"Si me dicen que tengo que cerrar a las doce y media no me hubiese venido a Cádiz", confiesa Cinta. "Esto no es un hobby, es un trabajo", explica esta afectada que ya ha cuantificado las pérdidas producidas por la reducción de horario en un 30%.

Los artesanos califican la situación de "imposición y abuso de poder". Mariana, como el resto de sus compañeros, denuncia que el cambio se produjese una vez habían firmado las licencias y alegando unas denuncias de las que no habían tenido conocimiento previo ni capacidad de actuación. El Consistorio, por su parte, alega que la petición inicial de los vecinos era el traslado de los puestos a la zona del Cementerio, por lo que "se llegó a una medida de consenso" y que "intenta conjugar los intereses de todos".