La iglesia de San Antonio está desde ayer cerrada al culto. Pero la noticia, en esta ocasión, tiene una motivación positiva. La operación puesta en marcha por la parroquia para rehabilitar el edificio, que empezaba a mostrar un preocupante deterioro en las cubiertas y la nave central, ha conseguido su objetivo y las correspondientes obras se van a iniciar ya, gracias a la colaboración de un grupo de feligreses que van a contribuir mensualmente al pago del crédito bancario mediante una aportación voluntaria a la que se han comprometido. A lo largo de esta misma semana esperan en la parroquia que empiecen a llegar los materiales de la obra y los primeros trabajadores.

La rehabilitación de San Antonio se centrará, principalmente, en la consolidación de la cubierta, que está provocando que la nave principal se esté abriendo en dos progresivamente. El estudio de arquitectura encargado del proyecto, Jiménez Mata, ya explicó en su día que las cubiertas a dos aguas realizadas en madera se encuentran en un avanzado estado de pudrición que está ocasionando que la cubierta se esté abriendo.

Para corregir este problema, se ha planteado atirantar de nuevo la cubierta mediante unos cables de acero inoxidables, reforzar aquellas zonas donde se haya perdido la madera con elementos metálicos y realizar un tratamiento específico a la madera para evitar que prosiga su deterioro en el futuro. Las obras continuarían con el resanado del exterior de las cubiertas, para evitar filtraciones cuando llueva y asegurar una correcta salida de ese agua sin afectar al inmueble. Y en el interior del templo, se procedería a resanar las grietas localizadas y a repintar la iglesia.

Para llevar a cabo toda esta actuación, la obra inicialmente prevista ha sufrido un notable cambio de planes. El plazo inicial de obras, que se había fijado entre seis y nueve meses, se ha acortado hasta uno o dos meses. Es decir, que prácticamente San Antonio podrá volver a estar a pleno rendimiento de cara al inicio del nuevo curso. Y, lo que es más importante, la actuación en el templo habrá concluido para cuando llegue la época de lluvias.

Estos cambios responden, según indica el párroco, Óscar González, a la colaboración que desde el Obispado se ha ofrecido con este proyecto. Así, en Patrimonio han actuado como asesores en todo momento, correspondiendo a la Iglesia diocesana la negociación del préstamo bancario necesario para hacer frente a las obras así como el correspondiente aval.

La empresa Bauen, con una amplia experiencia en la rehabilitación de edificios históricos a lo largo de todo el país, será la que se haga cargo de estos trabajos, que se quieren comenzar este misma semana y que con el cambio de planes se realizarán de manera integral y no repartidos en diferentes fases como inicialmente estaba previsto.

Mientras se desarrollen estas obras de rehabilitación de San Antonio, el culto y la actividad parroquial podrá seguir desarrollándose gracias a la amplitud del edificio. Así, las misas se celebran desde ayer en el patio parroquial, al que se accede por la calle Zaragoza y que ha sido adaptado para este período de obras. Además, el Santísimo ha sido colocado en la capilla del Patrocinio, por lo que -como destaca el propio Óscar González- "se ha vuelto a como estaba la parroquia cuando fue reabierta por el padre Gaona".

Conviene recordar que el de San Antonio es el segundo cierre de una iglesia de la ciudad que se produce en las últimas semanas. El otro caso es el de La Pastora, en la calle Sagasta, donde se está a la espera de que la parroquia (San Lorenzo) obtenga la financiación necesaria para hacer frente a las obras de mayor urgencia, que en ese caso se centran en el sistema de abastecimiento eléctrico. Por tanto, la reapertura de este templo no tiene fecha, mientras que la de San Antonio se espera para el mes de septiembre.