Patrimonio

Otra Catedral por descubrir

  • El templo 'esconde' rincones de lo más atractivos. El Cabildo trabaja para abrir al público algunos de esos espacios y estudia las posibilidades de utilizar otros

Es uno de los monumentos más visitados de la ciudad. Su arquitectura, la piedra, el mármol, sus capillas o las imágenes que se ubican en los distintos altares son todo un atractivo para la mayoría de visitantes que recalan en Cádiz. El Cabildo -órgano eclesiástico encargado de conservar el templo y mantener el culto en su interior- es consciente de ello, y en los últimos tiempos viene emprendiendo una serie de mejoras para ofrecer un mejor servicio y atención a los que acceden al interior.

Pero al margen de lo que se ve, ya de por sí destacado, el principal templo de la diócesis aún esconde otros espacios de lo más atractivos. Zonas hoy en día inaccesibles para el público en general pero que son un auténtico tesoro tanto por sus condiciones constructivas, como por la belleza que tienen así como por las vistas de la ciudad que ofrecen.

La intención, en algunos casos, y casi la utopía, en otros, es que estas zonas de la Seo completamente desconocidas puedan algún día abrirse al público, para que todo el que acceda tenga la oportunidad de disfrutar de la totalidad del edificio que tantas fases vivió en su construcción y del que precisamente este año se cumple el 175 aniversario de su consagración.

En la escala de prioridades del Cabildo Catedral, el proyecto más próximo es el de la apertura de la Torre del Reloj. Después del cierre de la Torre de Poniente, los canónigos y el arquitecto encargado de la Catedral (Juan José Jiménez Mata, con quien ya colabora su hijo Alberto) vienen trabajando en la puesta a punto de este monumento para permitir el acceso del público hasta la parte superior de la torre, contemplando así las vistas que desde allí ofrece la ciudad y el propio edificio religioso.

El acceso cuenta ya con iluminación y con la barandilla de seguridad para facilitar la subida y bajada a quien lo precise (una subida y bajada mediante una rampa continua, sin ningún escalón salvo en el último tramo de la parte superior, como se construían antes este tipo de torres). También se ha habilitado ya una pequeña habitación para el personal que se empleará cuando el monumento abra al público, así como para la venta de tíquets y el almacenamiento del material que pueda hacerse necesario. Hecho todo esto, el único paso que resta por dar en la Torre de Levante es la colocación de una serie de mamparas de cristal tanto en la parte superior de la torre como en diversos espacios que se abren a lo largo de la subida, como exige la Junta de Andalucía por motivos de seguridad.

El elevado coste de estos elementos acristalados han retrasado algo la apertura de la Torre del Reloj, aunque el Cabildo anuncia que sigue trabajando para poder permitir el acceso del público en su interior lo antes posible. Eso sí, se está pendiente de la autorización de la Delegación Provincial de Cultura, que se está haciendo esperar sobre todo cuando los arquitectos de este departamento ya han dado el visto bueno a los trabajo de acondicionamiento que hay que realizar. En un intento de agilizar los siempre lentos trámites burocráticos, el proyecto se ha remitido también al Ayuntamiento.

El coste se eleva a 18.000 euros, llevándose el pago del vidrio a utilizar la mayor parte de esta cantidad, sobre todo porque tiene un diseño para aminorar al máximo el impacto visual y para que se acople a la perfección a la piedra.

El siguiente espacio en la escala de prioridades de los canónigos es el entrebovedado que recorre toda la parte superior de la Seo. Se trata de un espectacular espacio que divide el techo del templo de las cubiertas. En principio, según los estudios que han podido realizar los arquitectos, parece que esa zona entre bóvedas no se construyó para ser utilizado; pero aún, sorprende la riqueza constructiva y los elementos arquitectónicos que posee (arcos, tragaluces, pasillos...), lo que ha llevado al Cabildo a apostar fuerte por hacer accesible toda esa zona, así como una 'ventana' abierta en el suelo desde la que se divisa parte del interior de la Catedral.

El principal problema para este proyecto radica en la accesibilidad. Una estrecha y larga escalera de caracol es la que comunica con el espacio entrebovedado más amplio -hay dos en la Seo no comunicados entre sí-, lo que plantea problemas para subir al visitante. Esto choca frontalmente con lo que podrían ser alternativas, como la instalación de un ascensor en un edificio con el valor histórico y el grado de protección de la Catedral. En todo caso, para instalar este equipo mecánico (habitual en otras grandes catedrales europeas de gran valor histórico y artístico), se dispone de otro hueco cuya escalera se encuentra totalmente destrozada, lo que facilitaría su instalación. Este posible espacio para un centro de interpretación cuenta con una superficie de 1.200 metros cuadrados.

Atendiendo a esto, la otra opción que se baraja es abrir el otro espacio entrebovedado, al que se accede precisamente desde la Torre del Reloj (en mitad de la subida a la torre). Este es un entrebovedado de mucho menores dimensiones que el otro, pero igual constructivamente y con fácil acceso para el público en general.

En cualquier caso, sea uno u otro espacio, la intención es dedicar esa zona para habilitar un pequeño centro de interpretación de la Catedral, de su construcción, de sus peculiaridades...

Y mucho más difícil, prácticamente imposible, se antoja poder habilitar para que el público pueda acceder y pasear por él otra impresionante zona de la Catedral: sus cubiertas. El arreglo de las azoteas ha descubierto un espacio impresionante desde el que prácticamente se contempla toda la ciudad y parte de la Bahía con unas impresionante vistas, todo ello desde tres niveles diferentes de cubiertas que posee el edificio.

Una vez más, la seguridad y el acceso de los visitantes es el inconveniente que imposibilita su apertura. En este caso, la balanza entre una cosa y la otra dificultan aún más poder llevar a cabo este deseo de mostrar esta zona y permitir las visitas; instalar unas pantallas de cristal alrededor de toda la cubierta no solo es costoso y complicado, sino que podría chocar frontalmente con la catalogación BIC del edificio, motivo por el cual desde el Cabildo no se esconde que sería otro interesante atractivo para los visitantes aunque en principio este proyecto se contempla como mucho más complicado y, eso sí, lejano en el tiempo.

Más allá de estos tesoros escondidos, el Cabildo está potenciando en los últimos meses su Museo, ubicado junto a la Catedral Vieja. Aquí se han realizado diversas obras de mantenimiento, entre ellas la del torreón, que se encontraba en mal estado y que ya había recibido requerimientos por parte del Ayuntamiento. A la vez, aunque este centro ya dispone de piezas de gran valor, se intenta aumentar la oferta como pasó recientemente con la apertura de una sala dedicada a 1812, etapa histórica en la ciudad donde la Iglesia tuvo una participación muy activa.

En la misma Catedral se mantiene el objetivo de ir mejorando las instalaciones de la cripta, uno de los elementos arquitectónico de mayor valor y uno de los grandes legados que dejó con su firma Vicente Acero, el arquitecto autor del proyecto original de la Seo gaditana.

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