Cádiz

Aysha se encierra en un baño del Consistorio para "exigir una solución"

  • La okupa de San Severiano, 43 mantuvo un encuentro con la delegada de Servicios Sociales al cabo de dos horas La joven solicita que la atiendan "sin tener que montar un pitote antes"

Serían las doce y media de la mañana de ayer cuando el sigiloso trasiego administrativo de la Casa Consistorial gaditana se vio interrumpido por los golpes que retumbaban en la puerta de un cuarto de baño de la planta baja. Aysha Elmortada se había encerrado para "exigir una solución" a su precaria situación. Y es que desde que fuera desalojada de San Severiano, 43 -donde residió como okupa- lleva casi cuatro meses viviendo en una pensión con su hijo de tres años. "Ya no puedo más". Esa solución, en principio transitoria, se está alargando demasiado en el tiempo, según Aysha. "Es una habitación muy pequeña donde lo único que tengo para cocinar es una plancha eléctrica".

 

Aysha se despertó ayer con la misma incertidumbre de cada día, sin saber qué iba a pasar con ella y su pequeño. Pero esta vez decidió adoptar una medida casi desesperada: encerrarse en un aseo del Ayuntamiento. 

 

Al principio la gente que pasaba por los alrededores pensaba que la puerta se había quedado atascada. Nada más lejos de la realidad. Elmortada se encargó de dejarlo claro a gritos: "Me habéis dado mucha coba ya. De aquí no me muevo hasta que no me paséis un contrato de una vivienda y unas llaves por debajo de la puerta". 

Una funcionaria del Ayuntamiento gaditano así como varios policías locales intentaron dialogar con Aysha (con la puerta de por medio) sin obtener muchos resultados. Lo cierto es que la joven estaba viviendo momentos de gran tensión y rompió a llorar. Quería citarse con la alcaldesa, o en su defecto, con Carmen Sánchez, delegada de Servicios Sociales.

 

Había transcurrido ya una hora. En torno a la una y media de la tarde Elmortada, algo más relajada, recibió la visita de varias de sus vecinas de San Severiano y de Milagros Arzúa, otra okupa gaditana que mantiene un litigio con el Consistorio por haber entrado a vivir en una vivienda social de Guillén Moreno hace ahora casi dos años.

Gracias a la mediación de sus amigas y del buen hacer de los agentes de Policía -que en ningún momento quisieron forzar la salida de Aysha- la joven entreabrió la puerta del baño, no sin antes exigir un encuentro inmediato con Carmen Sánchez, cita que venía solicitando -asegura- desde el pasado mes de octubre sin obtener respuesta.

 

A las dos y media de la tarde, dos horas después de que diera comienzo este encierro exprés, Elmortada y Sánchez llegaron a hablar de un posible realojo en una vivienda de la Junta y confirmaron un nuevo encuentro para este viernes a las once. 

 

"A estas alturas, yo sólo pido que me atiendan tranquilamente. No quiero llegar a estos extremos. Conmigo se puede hablar como una persona normal. Lo que pasa es que sólo me reciben cuando monto el pitote antes".

 

Por su parte, Milagros Arzúa, que cuenta con una orden de desalojo por parte de un juez desde el pasado 24 de marzo, se encuentra a la espera de recibir -por parte de una inmobiliaria-  la documentación pertinente del dueño de un inmueble que está dispuesto a alquilárselo, una vez que el Ayuntamiento se ha comprometido a pagar el 90% de la cuota mensual. "En dos o tres semanas podré trasladarme allí, sólo queda formalizar el contrato de arrendamiento".

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