Uno de los argumentos en los que se basa la denostada batalla del puerto y de sus industriales por una conexión ferroviaria para la Cabezuela se basa en las palabras de uno de los más recientes presidentes de Puertos del Estado. González Laxe dijo que todo aquel puerto que no contara con conexión ferroviaria estaba condenado a morir por asfixia.

De ahí, la lucha sin tregua de Cádiz por conseguir algún día que un tren entre o salga con carga desde la Cabezuela de Puerto Real.

Pero, según parece, a la hora de elaborar el proyecto del nuevo puerto de contenedores, en ésta su primera fase, alguien olvidó las palabras de González Laxe y planteó un modernísimo muelle pero sin salida o entrada por tren.

La excusa podría ser que sí se contempla un ferrocarril en una segunda fase del proyecto, pero que esta segunda fase queda a expensas de que funcione la primera. O sea que ningún visionario se atrevería a apostar nada por esa conexión por tren.

Así, el proyecto no dibuja vías de tren en este nuevo muelle, lo que limitará mucho su amortización y su venta con vista a encontrar clientes.

Si a esto se le uniera el hecho de que esta nueva terminal estará lista a finales de 2015 pero no, hasta unos meses después, el único vial de acceso, el subterráneo, mal inicio.

Y puestos a ir eliminando piedras caídas sobre el camino y pensando en positivo, de aquí a diciembre, José Luis Blanco deberá tener en la caja fuerte del muelle de Cádiz, los millones que están aún por llegar desde Bruselas y los que deben también llegar desde el Banco Europeo de Inversiones, vicepresidido por la ex consejera Magdalena Álvarez.

En cuanto a los pecios, el pasado 18 de octubre, José Luis Blanco expresó sus esperanzas de que las operaciones con los pecios aparecidos en la zona en la que se construye el nuevo muelle de carga terminarán en estos días. Pero todo apunta a que los trabajos arqueológicos con el denominado pecio 2 se prolongarán al menos durante un mes más, lo que podría provocar, ya de manera inevitable, retrasos en la entrega de la obra.

Los dos pecios reposan ya en sus ubicacioens definitivas (uno fuera del recinto portuario y otro dentro). Cuando terminen ya los bosquejos arqueológicos centrados ya en el interior del buque, el pecio será recubierto con una capa geotextil y arena, de manera que la presión superior nunca recaiga sobre los restos.