Cádiz

La hostelería muestra su preocupación por la baja actividad de este verano

  • Diversos factores están jugando en contra del sector, que confía en que los datos mejoren en estos días de agosto para salvar la temporada

Barras con bastante espacio. Terrazas con mesas libres prácticamente a cualquier hora del día y cualquier día de la semana. Menos clientes. Menos comandas. Menos negocio. El sector de la hostelería en la capital ha mostrado su preocupación, casi alarmante, por los malos resultados que está arrastrando un verano que ha llegado ya a su ecuador. "La gente está muy, muy preocupada. Y la patronal más todavía", afirmaba ayer el presidente de Horeca, Antonio de María, como representante de un sector que está atravesando el que posiblemente sea el peor verano.

Son diversos los factores que señala De María y que de alguna manera inciden negativamente en el negativo balance que hacen bares y restaurantes gaditanos. El primero de ellos es que afronta la hostelería, según su representante en la provincia, el séptimo año de crisis, lo que se traduce en un cada vez menor poder adquisitivo de los clientes.

Relacionado con esto, ha influido también el descenso en el número de pisos y apartamentos que habitualmente se alquilaban en esta época veraniega así como las cifras registradas en los hoteles de la ciudad. En este punto, De María resalta que el pasado fin de semana (primero del mes de agosto y celebración del Trofeo Ramón de Carranza) hubiera habitaciones libres en los hoteles de la ciudad, "algo que no ha ocurrido nunca" y que demuestra la negativa situación que está atravesando el sector. De hecho, los datos del mes de julio han bajado casi seis puntos en comparación con el año pasado (de un 89,05% de ocupación hotelera en Cádiz capital al 83,11%); e igualmente bajan las previsiones tanto para la primera quincena de agosto (de un 86,05% de ocupación frente al 90,37% que se logró en 2012) como para la segunda (que apenas alcanza el 78,16% y que el pasado año se cifró en el 82,16%). Y todo esto, precisa el presidente de Horeca, teniendo en cuenta que hace años las cifras habituales de verano se movían "en un 92, 93 o 94%".

También ha podido influir de alguna manera el fuerte viento de Levante que hizo durante los primeros quince días de julio. "Son pequeños condicionantes que todos juntos provocan esta situación", entiende Horeca.

De esta manera, es lógico que la hostelería se esté resintiendo. Pero la esperanza pasa ahora por que la situación mejore en este mes de agosto que acaba de comenzar. De hecho, De María señala que el pasado lunes ya comenzó a verse cierto movimiento en hoteles y también cierto aumento de actividad en bares y restaurantes. "Confiamos en que agosto mejore", confesaba el hostelero gaditano, que insistió en la preocupación del sector.

De hecho, indicó que los negocios de extramuros creían (o creen) que el casco histórico estaba absorbiendo demasiada actividad y programación en estos meses de verano, donde habitualmente el Paseo Marítimo se convierte en epicentro de la vida social y hostelera de la ciudad, y que esa concentración de celebraciones prácticamente a diario les estaba afectando. "Pero eso no es así", explica De María, que expone que el casco antiguo no podría dar cabida a tantos comensales como en años anteriores ha tenido la ciudad cualquier mediodía o noche de verano.

"El verano siempre sirvió para limpiar algunas deudas del invierno, ganar algo de dinero y guardar también otro tanto para afrontar la próxima temporada. Y si ahora no llegamos siquiera a lo primero, muy mal nos va a ir. La patronal está muy preocupada por eso", concluye Antonio de María, que recuerda además que el sector hostelero tiene que afrontar todavía una paga extraordinaria en el mes de octubre y otra más en diciembre (junto a la que ya ha liquidado en julio).

Por eso, las próximas semanas serán cruciales para valorar la realidad del sector y cómo afronta el final de año. Posiblemente del año más difícil para la hostelería de Cádiz.

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