La Junta de Andalucía ha tomado una decisión con respecto al edificio del Olivillo. Ante su estado de ruina y peligrosidad, la Administración autonómica, a través de la Dirección General de Patrimonio, va a proceder a solicitar de forma inmediata la autorización al Ayuntamiento de Cádiz para el derribo de este inmueble, clausurado desde hace 28 años y que la Junta cedió en 1998 a la Universidad gaditana por un período de 50 años. Es por ello que la Administración regional se compromete no sólo a construir un nuevo edificio si finalmente el Consistorio aprueba el derribo del existente; también pretende iniciar un procedimiento administrativo para la concesión, a la institución académica gaditana, de una subvención con carácter finalista que permita el desarrollo de un proyecto -por fases- para albergar en ese futuro equipamiento un Centro de Transferencia Empresarial y/o la sede del Campus de Excelencia Internacional del Mar (Ceimar). Así se lo hizo saber ayer el delegado del Gobierno en Cádiz, Fernando López Gil, al rector de la Universidad gaditana, Eduardo González Mazo, mediante una misiva en la que se especifica también que, a pesar de los "retrasos" e "inconvenientes" que han surgido desde que se produjo la cesión del edificio a la UCA, "es interés de la Junta de Andalucía mantener el compromiso de realizar una actuación conjunta con la Universidad de Cádiz en relación con el futuro de este edificio".

Como bien es sabido, son varios los requerimientos que el Ayuntamiento de Cádiz ha solicitad a la Administración andaluza -como titular del edificio- por la situación de peligrosidad que presenta su estructura. Según el expediente que consta en la Delegación municipal de Urbanismo, se han interpuesto ya dos multas coercitivas y está pendiente una tercera, a la espera de examinar a finales de este mes si la Junta ha cumplido o no con los requerimientos exigidos. A ello hay que añadir también el informe elaborado a raíz de un estudio técnico del inmueble que la Universidad de Cádiz encargó en 2011 y que señala que el Olivillo se encuentra en estado de ruina técnica. Dicho informe se solicitó después de que el Ayuntamiento remitiera a la UCA un requerimiento demandando obras de ornato en el clausurado equipamiento, y la Universidad gaditana aclaró entonces que no era la propietaria del mismo.

El rector, Eduardo González Mazo, se pronunció ayer sobre este asunto. Explicó que días atrás, en una reunión que mantuvo con el delegado del Gobierno en Cádiz y el secretario general de Universidades de la Junta, Francisco Triguero, expuso su intención de llevar a Consejo de Gobierno de la UCA la propuesta de devolución de la cesión del edificio del Olivillo. Esto después de que el pasado mes de febrero la Universidad abriera una convocatoria pública para la presentación de iniciativas dedicadas a la rehabilitación y posterior explotación del inmueble, pero sólo se presentó una empresa y su proyecto no cumplió con los requisitos de la convocatoria al incluir a la propia Universidad como promotora pública del mismo. "El mantenimiento del edificio está suponiendo un coste anual a la UCA que no podemos afrontar, de ahí que nos hayamos planteado devolver la cesión. Pero justo hoy he recibido un escrito del delegado del Gobierno informándome tanto de la solicitud de autorización para el derribo como de la intención de iniciar los trámites para la concesión de una subvención para construir un nuevo equipamiento que pueda albergar la sede del Ceimar y/o un Centro de Transferencia Empresarial. Y ante este anuncio, he parado el tema de la cesión. Sólo esperamos que no pasen los años y siga siendo una posibilidad. Sería muy bueno para la UCA y para la ciudad que este proyecto se pudiera desarrollar en un breve espacio de tiempo". No obstante, el máximo responsable de la institución académica apuntó que cuando exista "una garantía mayor" de su materialización, llevará el asunto al "seno del Consejo de Gobierno" para "presentarlo y decidirnos". Aun así, agregó: "Si esta actuación de la Junta de Andalucía sirve para, de una vez por todas, contar con un edificio con fines universitarios, bienvenido sea". "Sería muy positivo contar con una sede para el Ceimar". "Esta luz final que se atisba es importante".

Por su parte, el máximo representante de la Junta en Cádiz resaltó el "importante esfuerzo económico" que pretende hacer la Administración regional con objeto de "potenciar" la Universidad gaditana, otorgándole una subvención este mismo año para la elaboración del anteproyecto y buscándole financiación en 2014 para la ejecución del proyecto en varias fases. "La edificación del nuevo inmueble podría tardar dos o tres años, pero la intención es construirlo por fases con el propósito de abrirlo por partes y darle así un uso progresivo".

Eso sí, el Ayuntamiento gaditano aún debe pronunciarse sobre la petición de demolición que le llegará de forma oficial en los próximos días. Al respecto, López Gil indicó que se ha consultado a especialistas de la propia Junta que abogan por demoler esta instalación, en estado ruinoso y que supone un peligro. Y asimismo, resaltó el compromiso de la Administración autonómica de reconstruir su fachada. El edificio, obra del arquitecto Sánchez Esteve, es considerado una de las mejores muestras de arquitectura del siglo XX en Cádiz. Aunque está incluido en el catálogo de protección del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y en el Catálogo de Patrimonio Histórico Andaluz, el delegado del Gobierno asegura que su grado de protección es "mínimo", pero al estar catalogado en el PGOU "es el propio Ayuntamiento el que debe autorizar su demolición". "El Olivillo -concluyó- no se puede mantener por más tiempo en la situación en la que está. Mantenerlo así sólo supone un problema y un riesgo para los ciudadanos, así que esperamos que el Ayuntamiento autorice su derribo".