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Cádiz

La crisis también se siente en el Piojito

  • El mercadillo ambulante de los lunes ha notado considerablemente el descenso de ventas Los comerciantes reivindican poder trabajar en agosto

Los lunes en Cádiz son días de Piojito. Ayer, el buen tiempo acompañaba: sol pero no excesivo calor. Había público y buen ambiente, pero las ventas no son lo que eran en este mercadillo. Puede parecer que el hecho de ofrecer sus productos a precios más baratos beneficia a los comerciantes ambulantes en estos tiempos en los que ha descendido el poder adquisitivo de los ciudadanos. Pero, por lo que pudimos comprobar ayer, no es así.

"A nosotros, esta crisis nos trae a maltraer, igual que a todo el mundo", afirmaba ayer José Arriaza, un jerezano vendedor de telas que lleva viniendo al Piojito 32 años. Aseguraba que "ahora viene menos gente que antes".

María Núñez lo tiene claro: "La gente está dejando de consumir y punto. Porque no hay dinero". Esta joven de Lebrija, que vende ropa interior junto a su pareja, Arturo Ibáñez, señalaba que están notando "muchísimo" la crisis, "y este año sobre todo".

Juan Carlos Núñez, quien tiene un puesto de calzado y complementos, contaba que él no llega a fin de mes "porque todo lo que sacamos es para pagos y más pagos de impuestos, porque cada pueblo nos cobra una tasa de ocupación de la vía pública. Además, soy autónomo, tengo un trabajador asegurado y estoy muy asfixiado con los pagos".

Por su parte, Antonia Santiago, quien viene con sus hijos y su nuera todos los lunes desde Sevilla para vender zapatos, apuntaba que "han subido muchísimo las tasas, y con la gasolina, la autopista y el bocadillo que nos tomamos hay veces que no nos merece la pena venir porque los gastos nos comen". Esta sevillana decía que "ahora la gente viene sobre todo por las ofertas y las cosas baratas, porque las empresas también han bajado mucho los precios y allí pueden pagar con tarjeta mientras que aquí tienen que traer dinero".

A esto, Antonia añadía que "encima nos quitan agosto. El único mes que podríamos respirar, porque es cuando viene más gente de fuera, nos lo quitan. Y no entendemos el motivo. A mí no me entra en la cabeza que tengamos que pagar y no nos dejen montar el puesto el mes que podemos desahogarnos un poco. No veo normal que lo cobren".

Esta es una queja generalizada entre los comerciantes que vienen al Piojito. Paco Aragón, un chiclanero que vende ropa, considera "una injusticia que no nos dejen trabajar un día laborable en agosto cuando pagamos muchos impuestos y perdemos muchos días durante el año por lluvia y viento. La gente se cree que no, pero en el mercadillo pagamos más impuestos que en una tienda. Y lo sé porque yo tengo una tienda en Chiclana".

María Núñez afirmaba que algunas de las "excusas" que les ponen para no montar el Piojito en agosto es "porque viene más gente de fuera y no hay aparcamiento. Pero eso es una tontería, porque sólo es un día. Yo creo que es para que las tiendas tengan más beneficios en agosto. Es una putada porque nos lo quitan cuando lo estamos pagando, ¡y a veces son cinco lunes los que dejamos de venir! Es que da mucho coraje".

A todos les gustaría poder vender en el Piojito los lunes del mes de agosto porque, además, según indicaba ayer Paco Aragón, "Cádiz es la única ciudad que quita su mercadillo un mes injustificadamente".

Respecto a la localización del Piojito, hay división de opiniones entre los comerciantes. Los que tienen sus puestos en el exterior de la acera están contentos, porque pueden poner sus vehículos detrás. José Arriaza, que lleva viniendo 32 años y tiene su puesto en ese lateral, afirmaba que la avenida de la Bahía le gusta más que otras ubicaciones.

Pero los que tienen sus puestos en el extremo opuesto, junto a la barandilla que da al mar, no están tan satisfechos. Paco Aragón es uno de ellos. "No podemos meter el coche en la acera y tenemos que descargar en frente. Además, ahora no puedo contratar a nadie que me ayude a descargar porque no se vende nada. La gente va buscando la ropa de los montones, la ropa regalá, porque algunos venden ropa usada de otros países que han comprado al peso y la venden muy barata. Y lo nacional y bueno vale su precio", comentaba.

María Núñez y Arturo Ibáñez también tienen su puesto en la zona interior. "La ubicación me gusta y esto es muy espacioso, el único problema que tenemos es que no podemos poner la furgoneta delante del puesto y tenemos que esperar todos los lunes a que monten y desmonten los de enfrente para hacerlo nosotros", señalaba esta joven, quien decía que, por este motivo, los días de lluvia no viene a Cádiz a vender.

Ninguno de estos vendedores se considera competencia desleal de las tiendas. "El mercadillo existe desde que existe el mundo, muchísimo antes que las tiendas. Así que nosotros no le hacemos competencia desleal a nadie. Más bien sería al revés porque las tiendas abrieron después", afirmaba Antonia Santiago, quien lleva 35 años acudiendo al Piojito y se considera ya "medio gaditana". Además, contaba que ya tiene su clientela fija. "Muchas mujeres vienen a buscarme y algunas conocen a mis hijos desde que eran pequeños".

Antonia se quejaba ayer de las tasas que tienen que abonar: "Es una barbaridad, pagamos más que las tiendas. A nosotros no nos regalan nada. Las horas que pasamos aquí están bien pagadas. No hay facilidades para trabajar".

Por su parte, Paco Aragón se negaba rotundamente a considerarse competencia desleal. Sencillamente porque además de llevar 30 años viniendo al Piojito, tiene su tienda en Chiclana. "Cuando hay mercado la gente sale a la calle y lo que no encuentra en el mercadillo, va a buscarlo a la tienda y lo compra allí", relataba asegurando que a su comercio chiclanero han acudido compradores que buscaban algo en el Piojito y lo encontraron en su tienda.

María Núñez señalaba que "el que va a la tienda va a la tienda y el que va al mercadillo, va al mercadillo. Yo lo que veo es que las tiendas abusan mucho. Pero es que es diferente... Ellos tienen su manera de vender y no creo que seamos competencia desleal".

José Arriaza argumentaba que "nosotros pagamos todo tipo de impuestos, igual que los comercios, y lo sé porque yo he tenido uno durante 15 años".

Juan Carlos Núñez era el único que aceptaba el que pudieran considerarles competencia desleal. "Hay que tener en cuenta que pagamos los mismos impuestos que ellos y vendemos más barato, pero es para poder vender más, simplemente. Lo que pasa es que ahora no se vende más. Ojalá que pase la crisis pronto porque la verdad es que estamos aburriítos", expresaba este jerezano cuyo puesto de calzado y complementos ocupa el mismo lugar que ocuparon sus padres durante 30 años con su comercio ambulante. "Normalmente, cuando se solicita el cambio de padres a hijos suelen concederlo", explicaba.

Estos son algunos de los vendedores ambulantes que cada lunes podemos encontrar en el Piojito y a los que la crisis, como a casi todo el mundo, les está afectando. Al acabar la conversación en el puesto de Juan Carlos, sus palabras de despedida resumían el deseo de todos ellos: "¡Que Dios quiera que vendamos!".

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