El caso de las preferentes ha sumado en Cádiz una nueva victoria de un cliente que decidió pedir amparo judicial al sentirse primero engañado y después ninguneado por un banco. El hombre que se ha incorporado a la relación de personas que han podido recuperar su dinero se llama José Antonio Martín. Hace menos de un mes presentó una demanda en la que reclamaba que el banco le devolviese los 26.100 euros que tenía a plazo fijo y que un día, tras una recomendación realizada en la propia entidad, vio convertidos en participaciones preferentes. Anteayer mismo, Martín recibió una llamada del banco. No era necesario que un juez estudiase el asunto y se pronunciase. Le devolvían los 26.100 euros y también los intereses no retribuidos.

En total, 28.000 euros ha recuperado José Antonio Martín, quien se llevó el susto de su vida cuando, como le ha ocurrido a otros clientes de bancos, un día se enteró de que ya no podía retirar sus ahorros al cabo del plazo acordado, como él quería, sino que era propietario de unas participaciones preferentes, un híbrido entre bono y acción sin fecha de vencimiento.

A Martín, según explica, le dijeron en su día en el banco que las preferentes eran un valor seguro para guardar su dinero y producirle la máxima rentabilidad. Según recuerda, él no llegó a dar su consentimiento para hacer esa operación. Pero en junio del año pasado, el banco le canceló la imposición a plazo y le contrató 26.100 euros en preferentes.

Comenzó a entender de qué iba aquello cuando, en lugar de un abono de intereses, recibió una carta en la que le comunicaban que su inversión ya había bajado 5.000 euros.

Ahí vino el susto. Y la reacción natural: acudió sin demora al banco a pedir explicaciones. Porque aquello, estaba claro, tenía que ser un error. ¿Cómo iba a perder 5.000 euros si de lo que se trataba era de tener el dinero a buen recaudo y en todo caso ganar algo con él?

En el banco le dieron explicaciones. Pero sólo sirvieron para incrementar el agobio. Le dijeron que su dinero había sido reinvertido en preferentes (con su consentimiento, por supuesto), que lo lamentaban mucho pero los 5.000 euros perdidos estaban exactamente así, perdidos, y que si quería recuperar el resto, pues le ofrecían convertir las participaciones preferentes en acciones subordinadas.

Los siguientes pasos de José Antonio Martín lo llevaron a contactar con el abogado José Luis Ortiz Miranda. Y a continuación, tras comprobar que el banco no estaba dispuesto a admitir, como mínimo, que el cliente no había sido informado adecuadamente acerca del riesgo que corría su dinero si era reinvertido en preferentes, llegó la hora de la vía judicial.

De la misma manera que hace poco le ocurrió al vecino de San Fernando Edmundo López, que recuperó los 50.000 euros que el banco le había reinvertido en preferentes, el camino judicial quedó interrumpido por una llamada telefónica. Era del banco. Que de acuerdo, que le devolvían su dinero.

Como recuerda José Luis Ortiz en la demanda ya retirada, el fiscal jefe del TSJA, Jesús García Calderón, considera que más de 70.000 andaluces, una décima parte de los afectados en toda España, han sido víctimas de "una práctica abusiva, expresamente prohibida y contraria al ordenamiento jurídico".

"La mayoría ignoraba la intríngulis del mundo financiero y el carácter azaroso de las participaciones preferentes", anota Ortiz.