Cádiz

El Obispado de Cádiz logra cerrar con superávit 2011

  • A pesar de la crisis y la bajada de muchos capítulos en el apartado de ingresos, la Iglesia mantiene la buena salud de su economía San Juan de Dios sigue siendo la gran 'losa'

La Iglesia diocesana de Cádiz y Ceuta sigue capeando el temporal de la crisis y saliendo airosa de los ejercicios económicos. Una misión nada fácil que en los últimos años viene programando y consiguiendo el área económica del Obispado. Así, a pesar de un continuar en progresivo descenso las aportaciones de los fieles, los beneficios del patrimonio que tiene en propiedad o las subvenciones públicas, la diócesis logró cerrar el año 2011 con superávit económico gracias a una fuerte contención en el gasto, logrando reducir también muchas de las partidas habituales. Todo ello, con las obras de transformación del antiguo hospital de San Juan de Dios en residencia de mayores de fondo, lo que sigue suponiendo (y así será durante un tiempo todavía) una verdadera losa económica para el Obispado.

El balance económico del año 2011 -que recientemente ha dado a conocer el Obispado- se cierra con una capacidad de financiación (resultado positivo) de 300.199,12 euros.

Este resultado positivo es posible, a grandes rasgos, por el mantenimiento de los ingresos (aunque levemente inferiores) con respecto a 2010 y por una fuerte reducción del gasto (en más de medio millón de euros respecto al anterior ejercicio).

En el apartado de ingresos, hay varios datos significativos. El primero es que sigue en descenso -y así viene ocurriendo desde que la crisis económica comenzó a hacer mella en el año 2008- la recaudación por colectas parroquiales y para otras instituciones de la Iglesia así como por las suscripciones de fieles. A pesar de ello, los donativos de los católicos diocesanos, ya sea en las colectas o por medio del reparto que la Conferencia Episcopal Española hace del Fondo Común Interdiocesano (lo que se obtiene de IRPF, donde el pasado año se ha ingresado 100.000 euros más que el anterior, hasta alcanzar los casi 2.600.000 euros), suponen más de la mitad, un 55,26% en 2011 concretamente, de los ingresos del año.

También se produce un descenso, lógico en estos tiempos, en los ingresos por patrimonio y otras actividades (que aglutina al alquiler de inmuebles propiedad de la Iglesia, a beneficios financieros y a otras actividades económicas). Y, como no, en el capítulo de subvenciones públicas (donde se pasa de los 665.280 euros percibidos en 2010 a los 86.449,13 euros del pasado año).

En el otro lado, el de los gastos, a lo largo de 2011 se ha conseguido una reducción en la mayoría de capítulos que atiende la Iglesia diocesana tanto a nivel ordinario como extraordinario. Ello comenzando por la retribución y las ayudas al propio clero, que se ha reducido un 9% con respecto a 2010 (lo que supone una cifra total de 1.688.074,25) y no precisamente porque haya descendido el número de sacerdotes.

Además, se han reducido las actividades asistenciales (casi medio millón de euros menos se gastó en este concepto en 2011 con respecto a 2010), las aportaciones a otras instituciones diocesanas, la aportación al Seminario -que en 2010 recibió 101.218,40 euros y el pasado año solo 83.448,72 euros-, o las inversiones en la conservación de edificios y en su funcionamiento (de 4.221.804 euros en 2010 se pasó a 2.505.675,75 euros en 2011). Esto último confirma esa política obligada por la situación actual de limitar al máximo las actuaciones que se ejecutan en los templos para su conservación y correcto funcionamiento, lo que está ocasionando no pocos problemas a párrocos y rectores, que encuentran serias dificultades para hacer obras que son necesarias.

Por contra, las únicas partidas que han tenido que aumentar en el último ejercicio son las de actividades pastorales (que se elevó hasta el 1.128.627,55 euros, de los 759.568,16 euros que se emplearon en 2010 y que ya supusieron una subida con respecto al año anterior); y las ayudas a la Iglesia universal (631.112,90 euros frente a los apenas 163.277,35 euros de 2010).

Al margen de todo este capítulo más o menos ordinario de ingresos y gastos, sin duda el ejercicio económico de 2011 (al igual que ocurriera ya en 2010) ha estado marcado por la fuerte inversión que la Iglesia hizo para hacerse con la titularidad de San Juan de Dios y para afrontar la rehabilitación del edificio y su adaptación a residencia de ancianos. Este proyecto, que desde el Obispado indican que seguirá gravando duramente las cuentas de la diócesis en los próximos años, ha requerido en 2011 de casi tres millones de euros de gastos, que sirven para corresponder esa operación bancaria firmada en su momento.

Así las cosas, y con este balance positivo al cierre de 2011 pero que limita en exceso las posibilidades de acción y de actuación sobre el patrimonio y otras áreas y necesidades de la Iglesia diocesana -entre las que no se encuentra la atención a los necesitados, ya que todo el movimiento de Cáritas no se incluye en el informe económico, al funcionar ésta de manera independiente-, el Obispado sigue haciendo a los fieles un llamamiento de colaboración económica, siendo la aportación de un donativo periódico en las parroquias o templos de cada persona o familia el camino más recomendable.

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