Cádiz

"Cádiz, con su Constitución, fue una gran victoria y una gran derrota"

  • Pérez-Reverte dice que al derrotar a los franceses "se frustró la modernidad"

Arturo Pérez-Reverte pronunció el discurso más apasionado sobre la Constitución de Cádiz de 1812. El escritor, que situó una de sus últimas novelas, El Asedio, durante esos días en que la capital gaditana se convirtió en el último bastión de una España "que se limitó a ser una isla". "No sabía Napoleón con quien se enfrentaba, no sabía que el español es un ser complejo y peligroso", dijo, antes de recordar que tras ocupar otros territorios, el país derrotado se ponía al servicio del emperador, pero aquí no. "Iberia ya era así desde hace 20 siglos, y en la Guerra de la Independencia nadie se ponía de acuerdo".

España se convirtió "en un calvario para el ejército más poderoso del mundo", y por si esto fuera poco estaba Cádiz, "refugio de patriotas, puerta abierta con América, una burguesía comerciante con dinero y cultura, magníficos artilleros e ingenieros, buenos mandos militares y un pueblo dispuesto a defender lo suyo". En ese Cádiz liberal se echaron las bases políticas del futuro, gracias a esos hombres "lúcidos, cultos e inteligentes" que alumbraron la Constitución, que era, "para ese momento histórico, demasiado revolucionaria, aunque leída ahora nos parezca de lo más moderada", continuó.

Con el regreso de Fernando VII "volvió la reacción. La oscuridad. Muchos de los que aquí trabajaron en la Constitución acabaron en el exilio o en la cárcel, pero la obra de Cádiz no se perdió; marcó el camino del futuro", aunque aún le esperaban a España "muchos tiempos de reacción y de oscuridad. Que todavía hoy, a poco que uno se fije, siguen ahí. Afloran, en cuanto pueden", subrayó Pérez-Reverte.

Para el autor de Cartagena "la gran tragedia española fue que, al derrotar a los franceses en la guerra de la Independencia, se frustró la modernidad y se defendió el atraso, la vieja tradición oscura, frente a las luces del futuro".

"Cádiz y su Constitución se revelaron, al cabo, diques insuficientes ante el tsunami, el maremoto de la vieja y siniestra España de toda la vida", aseguró.

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