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Cádiz

¿Sirven para algo las cumbres iberoamericanas?

  • Expertos en relaciones internacionales debaten en el Oratorio sobre los aspectos positivos y negativos de la reunión de Jefes de Estado que acogerá Cádiz

La validez, importancia, utilidad o repercusión de las cumbres iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno lleva un tiempo sembrando dudas. La última cita incluso fue objeto de claros mensajes negativos que incluso hizo pensar que no volverían a celebrarse. Finalmente, Cádiz será la sede dentro de tres semanas de la 22 edición de esta Cumbre. Y con motivo de esta nueva cita al más alto nivel institucional de los estados iberoamericanos, un grupo de expertos en relaciones internacionales analizaron ayer el papel de estas cumbres, su sentido o sus resultados.

¿Sirven para algo las cumbres iberoamericanas? Esta podría ser, en definitiva, la pregunta que durante la mañana de ayer revoló sobre el Oratorio de San Felipe Neri, en el marco de las Jornadas Iberoamericanas de Estudios Internacionales. Y en torno a ella, lógicamente, hubo opiniones que se posicionaron de manera muy positiva a este encuentro de jefes de Estado y otras no tan positivas.

En el primero de los bloques se podría situar la opinión del secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Jesús Gracia, quien entendió que las cumbres "son un excelente instrumento que hay que conservar", basando esta afirmación en cuatro puntos: los estados iberoamericanos "reflejan una realidad"; la Cumbre supone un "foro de concertación política, donde caben todos y se toman acuerdos que difícilmente se alcanzan en otros sitios"; es además "un espacio cultural de primer orden", entendiendo que Iberoamérica "es una potencia cultural única"; y la cuarta razón es porque Iberoamérica supone un "espacio de cooperación". Todo ello unido supone una "razón fundamental por la que nos reunimos una vez al año para ver qué estamos haciendo".

También defendió ayer el papel de las cumbres el asesor en Políticas Públicas y Fortalecimiento Institucional en el Gabinete del Secretario General Iberoamericano, Juan Alejandro Kawabata, quien destacó cinco puntos en su argumentario. El primero de ellos es la consolidación del espacio iberoamericano como un foro privilegiado de debate político. "Sostener un espacio de este nivel no es fácil, no hay nada que se le parezca", afirmó, destacando a continuación alguno de los grandes hitos que se han producido en las 21 sesiones anteriores. El segundo punto es la institucionalidad (principalmente por medio de la Segib) que ha ido creando el desarrollo de estas cumbres. En tercer lugar, hizo referencia a las políticas de cooperación en el marco de la Cumbre. A continuación destacó la proyección internacional que la cumbre y esa institucionalización derivada de ella estaban consiguiendo. Y por último, Kawabata se refirió a la construcción de una ciudadanía iberoamericana.

En el lado negativo, el propio Kawabata mencionó que las cumbres podrían tener "más sentido" si se hicieran cada dos años en lugar de anualmente. "Sería mucho mejor", consideró. Punto este en el que coincidía también el embajador de Nicaragua en España, Augusto Zamora. Precisamente, todo hace indicar que este asunto será abordado en Cádiz, y posiblemente para decidir celebrar las cumbres a partir de ahora cada dos años.

Augusto Zamora tiene una visión más negativa sobre las cumbres. En su intervención se refirió a las "limitaciones" que tienen al no abordar asuntos en los que se sabe que "no habría posibilidad de acuerdo o entendimiento". Indicó también Zamora que América Latina mira cada vez más al Pacífico, lo que contradice el objetivo de acercamiento con países como España o Portugal. Y de igual manera, hizo referencia al hecho de que la crisis europea haya "dado al traste con la cooperación", al ser "lo primero que se está recortando". Por tanto, para Zamora la Cumbre es un encuentro que se caracteriza por "muchos acuerdos, pocos recursos y casi nula capacidad para llevarlos a cabo".

En una situación intermedia podría situarse al catedrático de Derecho Internacional Público de la UCA, Alejandro del Valle, quien enumeró algunos aspectos positivos (el hecho de que se vaya a celebrar la cumbre número 22; el marco de referencia que supone o el hecho de que haya sabido adaptarse a la realidad cambiante, lo que demuestra que es una entidad viva) y otros negativos (las reuniones anuales, nuevamente; el sustento retórico o la limitación de este foro para mediar en conflictos). Aún así, Del Valle se decanta por que las cumbres iberoamericanas son "un espacio de negociación útil" que puede ganar en utilidad si se sabe aprovechar la actual situación para "reflexionar cómo puede entrar Iberoamérica en Europa".

La balanza, por tanto, se puede entender que está igualada según la opinión de los expertos, lo que no termina de concretar la validez de la Cumbre que se avecina.

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