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Cádiz

Un año de kilómetros y kilómetros por la diócesis

  • Balance de los primeros 365 días del obispo Zornoza

"Ha sido un año muy intenso. Estoy muy satisfecho pero, más que por lo que he hecho, por conocer lo que hay, las realidades". Este podría ser un primer y general balance que Rafael Zornoza hace del primer año al frente de la diócesis de Cádiz y Ceuta. 365 días en los que el obispo ha hecho "kilómetros y kilómetros" por la parte de la provincia que corresponde a la diócesis y por Ceuta. Y ciertamente, da muestras de un profundo conocimiento de la diócesis tanto a nivel geográfico como social o cultural. Con tan solo un año residiendo en ella. "Geográficamente la provincia me ha sorprendido, es muy bonita. Y cada sitio tiene su peculiaridad", comenta sobre la impresión que se ha llevado en este tiempo.

La realidad que ha conocido en estos doce meses, que es muy profunda según demuestra Zornoza en sus intervenciones, le permitirá ahora afrontar con más seguridad aquellos proyectos que entiende son más prioritarios de cara al futuro.

También refleja Zornoza un amplio conocimiento del clero diocesano. Sus nombres, sus ocupaciones, sus virtudes, su biografía... Él dice ser como un padre para los sacerdotes, y como tal quiere actuar y conocerlos. "Me aconsejan que como obispo esté cerca, y es verdad. No se entiende el sacerdote sin el obispo, ni el obispo sin los sacerdotes", explica.

¿Pero además de conocer la realidad de su diócesis, se ha notado un año después el cambio de obispo? ¿Ha influido la llegada de Zornoza? ¿Qué ha hecho el obispo en estos doce meses?

Uno de los aspectos que más ha llamado la atención en el inicio de la era Zornoza ha sido la transformación de buena parte de la cúpula de la Iglesia gaditana. En estos meses, el obispo ha sustituido prácticamente a todos los cargos de importancia en el organigrama del Obispado. El vicario general de Ceuta, el vicario de Pastoral, el responsable de Juventud, el de Pastoral Universitaria, el ecónomo diocesano... A ellos se han unido también -aunque en estos casos por motivos obligados- otros cambios destacables como el de algunas parroquias (San Antonio o San José, en el caso de la capital) o el del deán de la Catedral de Cádiz después de quince años.

Esta mutación de los cargos de mayor responsabilidad, al igual que los cambios menores de sacerdotes al frente de parroquias u otras responsabilidades de menor calado, ha tenido una característica destacable que rompe además con la tónica habitual en la etapa de Antonio Ceballos. Todos se han hecho de manera paulatina, sin grandes sobresaltos. Se anunciaba un cambio una semana, un par de cambios dos o tres semanas después... así sucesivamente hasta ahora. Por contra, la costumbre en la diócesis es que las renovaciones o sustituciones entre sacerdotes tuvieran lugar habitualmente en junio (final de curso) o en septiembre (inicio del siguiente curso).

También hay que destacar de este inicio de la labor pastoral en Cádiz y Ceuta de Zornoza su implicación y preocupación con el seminario diocesano. El obispo ha querido estar muy encima de los futuros sacerdotes que actualmente se están formando en la calle Compañía -él fue fundador del seminario en su etapa en Getafe y siempre ha tenido una estrecha vinculación a esta institución religiosa, perteneciendo a la Comisión de Seminarios de la Conferencia Episcopal Española- y son frecuentes sus visitas y encuentros con los seminaristas.

Y vinculado de alguna manera a esto, ha destacado igualmente su preocupación por los jóvenes, con quienes ha compartido diversas actividades a nivel diocesana y, a nivel particular, también con diferentes grupos parroquiales, de colegios o de hermandades. Zornoza llegó a Cádiz con la etiqueta de prestar mucha atención a los jóvenes, y en este primer año se ha notado bastante esta cualidad del obispo.

Estas son las principales características que en líneas generales han marcado los primeros doce meses de Zornoza en la diócesis. Un año intenso, como él mismo destaca, en el que asegura que se ha llevado "muchas satisfacciones" y que también ha visto "cosas que no me han gustado".

De alguna forma, se puede decir que con el clero renovado -aunque el cambio de sacerdotes se prevé que seguirá en los próximos meses- y con el terreno de su dominio (la diócesis) perfectamente conocido y controlado, Zornoza ha asentado de manera extraordinaria las bases para iniciar a partir de ahora su labor en Cádiz y Ceuta de manera más decidida, afrontando los proyectos que se consideran más necesarios y atendiendo aquellos frentes más urgentes o importantes, los cuales ya conoce a la perfección Rafael Zornoza, que destaca una última cosa de la diócesis que desde el 22 de octubre de 2011 le toca liderar: "es muy gratificante el cariño de la gente".

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