La Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) tramita la solicitud de modificación sustancial de la concesión otorgada en junio de 2006 al Ayuntamiento de Cádiz para la instalación de una piscina de agua salada al aire libre en el barrio de Astilleros para poder construir allí un museo marítimo.

La concesión administrativa otorgada por la APBC hace seis años contemplaba la ocupación de una parcela de 6.411,52 metros cuadrados de tierra y 7.130,3 metros cuadrados de lámina de agua, con destino a la "Construcción de una piscina salada, urbanización, instalación de pantalanes destinados a la pesca deportiva y la construcción de un edificio para piscina cubierta, en la zona de servicio del puerto de la Bahía de Cádiz", según rezaba ayer miércoles en el Boletín Oficial del Estado.

El objeto de la modificación, es decir, el motivo por el que el Ayuntamiento ha solicitado a la Autoridad Portuaria que le tramite un cambio en la concesión es que los términos de ésta contemplen la posibilidad de abrir allí, en el barrio de Astilleros, junto a la piscina cubierta, un museo marítimo que acogería también otras actividades siempre relacionadas con la náutica y el turismo.

Al parecer, en febrero, la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Cádiz expresó su intención de hacer realidad una idea que partía de un grupo de empresarios de la ciudad de construir un museo marítimo sobre el que se conocen bien pocos detalles.

Fuentes cercanas al proyecto indicaron ayer a este periódico que la intención de solicitar la modificación de la concesión del puerto era construir un espacio museístico que contemplaría un edificio permanente que acogería documentos, información y exposiciones sobre temas relacionados con el pasado y el presente de la relación entre la ciudad y el mar.

El proyecto presentado por estos empresarios gaditanos contempla la posibilidad de que el edificio del museo contara con un acceso directo a la Bahía. La idea es que el espacio que inicialmente iba a ser ocupado por una piscina salada al aire libre se acondicionara para que acogiera una serie de atraques para embarcaciones emblemáticas o históricas.

Entre otras ideas, el proyecto habla de amarrar allí de manera permanente un galeón que podría ser visitado por los visitantes del museo. Además, al parecer, este grupo de empresarios ya tienen cerrado un acuerdo con la Armada que le cedería un submarino ya en desuso que también quedaría abierto al público en general y más en concreto a los grupos de escolares que irían pasando por este nuevo espacio museístico.

La Autoridad Portuaria recibía el pasado día 7 la solicitud del Ayuntamiento de ampliar los términos de la concesión y fue ayer, tan sólo siete días después, cuando la tramitación se estaba publicando en el BOE.

La degradación de los fondos marinos de esa zona del saco de la Bahía, por su cercanía con Astilleros, forzó al Ayuntamiento a dar marcha atrás en su idea de instalar en ese barrio una piscina de agua salada al aire libre. Para intentar salvar el proyecto, el Ayuntamiento calibró la idea de poner una especie de dique que controlara la entrada del mar en el recinto cerrado y, además una depuradora para conseguir limpiar el agua de una zona que está muy degradada por la cercanía de la factoría industrial de Navantia.

La concesión contemplaba un espacio para una piscina cubierta, un proyecto que es ya una realidad y que está sólo pendiente de su inauguración que podría ser ya en breve.

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