Cádiz se vende así: "View the highlights of Cádiz...", "Enjoy an interesting and amusing walking excursion dedicated to the bicentenary celebrations of The Pepa..." . "Vea las maravillas de Cádiz...", "Disfrute de una excursión interesante y divertida en una ruta dedicada a la celebración del bicentenario de La Pepa". Lo primero pertenece al catálogo de la naviera Holland America Line y lo segundo, al de la Silversea. Son dos ejemplos de navieras de las consideradas de lujo. La primera de lujo, pero la segunda entra ya a formar parte de las denominadas de superlujo.

Así venden Cádiz, como un lugar con encanto desde donde es fácil acceder a Jerez o a Sevilla. Sus calles, su luz, su clima... Son elementos que va requiriendo un sector de cruceristas que busca el encanto. Tanto es así, que la Autoridad Portuaria destaca que 21 cruceros de superlujo escalarán en el puerto de Cádiz.

Es cierto que el muelle gaditano se sale de los catálogos de masas, en los que priman el todo incluido, las ofertas de última hora o los niños gratis, propios de navieras como Pullmantur, Royal Caribbean o Iberocruceros, para entrar a formar parte de los de navieras como Silversea, Seabourn o Wind Star Cruises.

Todos ellos son cruceros que llegan cargados de un pasaje con mayor poder adquisitivo. O al menos eso parece. A la vista de las 54 escalas de la Holland America Line, que triplica a las 18 de 2011, hay que destacar que se trata de una apuesta realizada por una naviera de lujo.

Sin ir más lejos, el más "pobre" de los 296 pasajeros que lleguen a Cádiz en abril a bordo del SilverCloud habrá pagado cerca de 3.000 euros. Y qué decir de los más de 7.000 dólares que podría haber pagado el turista que llegue en 2012 a bordo del Seabourn Pride.

Eso sí, puestos a pedir, más que pedir, exigen. En el catálogo de Silversea dicen que "los paseos por Cádiz no están recomendados para turistas con movilidad reducida o para aquellos que utilicen silla de ruedas". Esa es la contrapartida.