La imagen de la entrada a Cádiz seguirá cambiando a lo largo de 2012. Al impacto visual que supondrá el nuevo puente puede unirse el que significará el nuevo aerogenerador que pretende poner en marcha la Zona Franca.

Según explicó a este periódico el delegado especial del Estado del recinto fiscal, José de Mier, se siguen dando pasos "seguros y lentos" para hacer realidad esta obra de ingeniería, pero que parte de la idea básica de conseguir un nuevo tipo de energía, la eólica, que abarataría costes y supondría ahorro. La última palabra, eso sí, la sigue teniendo el Ayuntamiento de Cádiz, que es quien tiene que otorgar la licencia de obras.

El aerogenerador se instalaría en el muelle de Ribera de la Zona Franca y el último trámite ha sido la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de la autorización de la concesión del suelo. De Mier explicó que el proyecto cuenta con el informe de evaluación de impacto ambiental ya finalizado. Asimismo, se realizó un estudio especial de aves, otro paisajístico y se está tramitando la concesión administrativa de ese suelo y se está trabajando también en un estudio para que el aerogenerador no contamine a los radares de las embarcaciones.

El objetivo de esta idea es claro, según el responsable de la Zona Franca. "Aquí estaba la térmica, hoy está la subestación eléctrica. Toda la alimentación de electricidad que se genera por medios convencionales por la red llegan a Zona Franca. Tenemos placas fotovoltaicas en cubiertas y experimentando con distintos tipos de paneles. El aerogenerador nos permitiría tener energía eólica y, si pudiéramos, habría una parcela pequeña que podría dedicarse a biomasa. La idea es tener en un solo recinto que posee casi todos los tipos de consumo menos el residencial con las diferentes alternativas energéticas. El problema que hay que solucionar es cómo en una misma red se pueden meter varias energías".

De Mier dejó claro que "no pretendemos ganar dinero ni crear un monumento, sino tener cuantas más energías alternativas dentro y seguro que habrá que ir experimentando en ver cómo se lleva esa energía directamente al consumidor en función de su menor costo, que a la hora de ir evacuando eso suponga un ahorro de consumo y sobre todo un ahorro de costo".

Desde el punto de vista de impacto, cree que daría "un aire de modernidad extraordinaria a Cádiz", porque a su lado estarían las dos torres de transportes de energía eléctrica convencional que tienen la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC). También los silos de harineras, que destacan y tienen cierta protección cultural.

Para De Mier, se trata de un proyecto "tomado con la calma necesaria para ir teniendo la documentación posible y no nos aburrimos".