¿Qué va a pasar el 1 de enero de 2013 con el castillo de San Sebastián? ¿Qué usos se le van a dar? Y, sobre todo, ¿quién va a financiar el final de las obras que aún quedarán pendientes y hacer frente al coste del mantenimiento de este complejo de 40.000 metros cuadrados de superficie?

Convertida la vieja instalación militar en el centro del Bicentenario, el millonario coste de su rehabilitación ha provocado, y sigue provocando, más de un dolor de cabeza a los dirigentes del Consorcio del Doce. Asumido que finalmente ésta no se podrá concluir quedan abiertas para el 2013 demasiadas incógnitas sobre el futuro de este complejo.

Por una parte, hacen falta algo más de 20 millones de euros para completar los trabajos de remodelación, más allá de la recuperación de las casamatas, el arreglo de los accesos y el gran patio central, que sí se harán de cara a los actos del Bicentenario. Lo que queda pendiente afecta a todo el tratamiento exterior del recinto amurallado y a la culminación de la restauración del viejo castillo; igualmente se ha dejado fuera ahora por falta de financiación el derribo de la antigua torre de comunicaciones, que está en un estado casi ruinoso, y la eliminación de la nave de armamento y su conversión en un pequeño salón de actos.

El Ayuntamiento pretende asumir la gestión del castillo y ejecutar las obras pendientes mediante fases, para lo que espera obtener el apoyo financiero del nuevo gobierno central, que supone estará en manos del Partido Popular desde el 20-N. Sin embargo, el Consorcio siempre ha apostado por la creación de una sociedad o fundación que asuma esta labor y que tendría que definirse a lo largo de 2012.

Pero más allá de cómo y cuándo concluirá la reforma el gran problema será el coste del mantenimiento de este complejo cultural a partir de 2013.

Diario de Cádiz ha consultado a especialistas en la dirección y gestión de grandes centros culturales a fin de hacer una aproximación de la inversión a realizar cada año para mantener en uso el castillo de San Sebastián.

Teniendo en cuenta la amplitud del castillo, que forma casi una isla, el desgaste de la piedra, la necesidad de mantener una actividad cultural potente y atrayente para evitar su decadencia y la existencia de maquinaria para servicios de alto valor, se considera que el coste mínimo para dar continuidad cada año a este complejo no bajará de los 2 millones de euros.

Esta cifra se considera incluso muy ajustada pues otros centros culturales, de menores dimensiones que el previsto en el castillo de San Sebastián, dedican esta cantidad únicamente a hacer frente a la programación de cada año, por lo que si se quisiera tener un complejo de primer orden la cifra anual se podría incluso duplicar.

En todo caso, se considera que el castillo necesitará, a partir de su conclusión como equipamiento de referencia para los actos del 2012, una plantilla de no menos de una veintena de personas, siempre aceptando cifras de auténtica supervivencia. Aquí se incluiría el personal de limpieza, mantenimiento, seguridad, control de acceso, así como el equipo administrativo y el director gerente.

Junto a ello se calcula un gasto de unos 7.000 euros al mes en consumo de luz, agua y mantenimiento de la climatización. En este último aspecto, los equipos que se han instalado en el castillo son muy sofisticados a fin de combatir con éxito los problemas de humedad ante la cercanía del mar. Además hay que fijar una cantidad que puede multiplicarse por tres en lo que se refiere a mantenimiento, tanto de los edificios que ya están en uso como los que se vayan levantando a medida que concluya la rehabilitación del castillo, además del cuidado de todo el recinto amurallado.

La tercera gran pata será el dinero que se destine cada año para difusión, propaganda y programación del centro. Para los dos primeros apartados se plantea una cantidad mínima de unos 100.000 euros, dinero que se dispara cuando hablamos de la organización de eventos. Se considera que una buena exposición puede costar unos 300.000 euros. Y que mínimo que dos al año, además de otros actos que se puedan organizar en las restantes dependencias del centro, entre ellas el gran espacio abierto apto para la celebración de determinados eventos al aire libre.

La intención de la alcaldesa, Teófila Martínez, es instalar en las casamatas un museo con la Historia de la Ciudad, utilizando un formato expositivo similar a las muestras que trae a Cádiz la Fundación de la Caixa, lo que supondría un coste añadido.

Todo ello en un momento de duro ajuste económico en las administraciones públicas. Cuando se están recortando en actividades culturales, retrasando obras públicas, y temiendo por la falta de fondos para el pago de las propias nóminas no parece el momento oportuno para que Estado, Junta y Ayuntamiento afronten inversiones millonarias para completar el castillo y garantizar que seguirá abierto tras los actos del Bicentenario.