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Cádiz

Una semana y unos 15.000 euros costará reflotar el Vapor

  • Autoridad Portuaria confía en tener en su poder en un par de días un informe del armador sobre sus planes de recuperación del buque · La Ley exige a la empresa que lo retire con la máxima celeridad

La casi fantasmagórica imagen del Adriano III surcando las aguas de la Bahía podría ser posible en cuestión de una semana. Más complicado resultará su recuperación para la travesía que mantiene desde hace años entre Cádiz y El Puerto de Santa María.

Reflotarlo es ahora la prioridad que impone el artículo 107 de la Ley de Puertos. Y tanto es así que el presidente de la Autoridad Portuaria, Rafael Barra, confesó ayer que espera que en cuestión de una semana el barco esté ya, o bien sobre tierra, o bien flotando, y en dirección a un dique, en el que habría que evaluar con exactitud los costes de su reparación o de su rehabilitación.

Conseguir que el Adriano III emerja será una tarea que los propietarios deberán dejar en manos de especialistas en este tipo de operaciones. Aunque se trata de una nave de tonelaje menor (110 toneladas), sacarlo a la luz requiere unos pasos delicados, y más si lo que se desea es preservar al máximo este buque, considerado por la Junta como Bien de Interés Cultural.

Este Diario contactó ayer con Daniel Macpherson Snyder, gerente de la firma Macpherson Servicios Subacuáticos, una de las empresas que está moviendo todos los hilos posibles para hacerse con la delicada tarea de reflotar el Vaporcito de El Puerto. Este representante de la familia Macpherson confirmó que las labores de reflotamiento podrían estar liquidadas en una semana aproximadamente y que el coste de los trabajos puede rondar los 15.000 euros. "Todo depende de muchos factores que aún desconocemos y que una rigurosa evaluación de daños podría desvelar", según el gerente de la citada empresa. Según estos resultados, el coste de poner de nuevo a flote la histórica y señera motonave podría incluso alcanzar la cifra de los 100.000 euros.

El procedimiento lo describía ayer Rafael Barra, minutos después de mantener una reunión urgente con Andrés Fernández, uno de los socios de la firma Motonave Adriano S.L., propietaria del Vapor. "El armador contactó ya con el seguro, que se ha mostrado muy receptivo en todo momento". A partir de ahí, Autoridad Portuaria y Capitanía Marítima le exigen tener en su poder, en uno o dos días, un informe sobre el plan de reflotamiento, en el que se deberá describir las medidas de seguridad que se tomarán y el método elegido para la emersión. Una vez que se apruebe el plan será ya cuestión de horas que el Adriano III salga de nuevo a la luz.

De todas formas, técnicos del ente portuario afirman que "no merecerá la pena" rehabilitar la motonave, dado que los motores han quedado ya inservibles y la naturaleza del casco, todo de madera, hacen bastante complicado que pueda salir sin más daños que los que ya tiene.

En cuanto al método para reflotar el barco turístico, todas las fuentes consultadas coincidieron en que existen dos métodos posibles. O bien submarinistas taponan todas las posibles vías de agua antes de salir a la luz o bien se recupera su línea de flotación y, ya sobre la superficie, recibe el tratamiento necesario para flotar por sus propios medios sin necesidad de ayuda exterior. A partir de ahí, se contemplaría, o bien que fuera remolcado hasta el lugar en el que se trataría de resucitarlo, o bien sería puesto sobre tierra para su traslado en camión. Esta última opción sería, según Macpherson más complicada que su remolque sobre la mar, por lo costoso que resultaría encontrar un medio para trasladar sus más de cien toneladas (su peso aumentará copiosamente puesto que la madera saldrá embotada de agua).

Cualquier compañía que se ofrezca a reflotar el Adriano III necesitará antes una informe sobre la posición que ocupa ahora mismo el barco bajo el agua, así como de los daños aproximados que posee. A raíz de estas características se decidiría en qué puntos se embragaría el barco.

Y serían dos grúas de gran potencia las que se requerirían para, primero, adrizar la nave y, luego, elevarla hasta la superficie.

Es por eso que son muchos los factores que influyen a la hora de calcular, a día de hoy, el coste real de la operación de rescate del Vaporcito de El Puerto.

La burocracia y su condición de Bien de Interés Cultural puede ser lo que finalmente ralentice el proceso, según temen, sobre todo, por parte de la citada empresa especializada y experimentada en el este tipo de delicados trabajos

En cuanto a la reconstrucción de los hechos, es de suponer que el seguro exigirá un informe en el que se esclarezcan las responsabilidades del siniestro, aunque todo apunta a que un fallo mecánico provocó la colisión y la consiguiente vía de agua.

De momento, el testimonio que obraba ayer en manos de Rafael Barra indicaba que el Adriano III colisionó contra el espigón de La Sato, justo enfrente del de San Felipe, lo que le provocó un agujero en la proa. En un principio, se desconoce si el patrón conocía o no la dimensión de la situación, dado que desde Salvamento recibía un ofrecimiento de auxilio que fue contestado con un "no es necesario, no tengo problemas", cuando el casco tenía ya una herida mortal que terminó por lleva al Vaporcito al fondo del muelle comercial gaditano, junto al cantil del Marqués de Comillas.

Así, al parecer, denegó el auxilio de Salvamento y requirió la presencia, a su llegada a puerto, de Bomberos y Policía Nacional, un cuerpo que precisamente no suele actuar en suelo portuario. De todas formas, todas las fuentes consultadas por este periódico, incluyendo a Barra y al Capitán Marítimo, Pedro de Frutos, destacaban ayer la brillantez y la efectividad de la operación protagonizada por el patrón del Adriano III que, al fin y al cabo, evitó una posible tragedia en la que llegaron a estar en juego más de 80 vidas.

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