Andalucía

Los municipios disponen de un año para 'apagar' la polución lumínica

  • El Consejo de Gobierno aprueba el martes el reglamento que salvaguardará la calidad del cielo nocturno · Medio Ambiente delimita las zonas 'ciegas' · Los ayuntamientos eligen los espacios saturados de luz

Más cerca del cielo. Las estrellas están ahí, pero no se ven. Según diversos estudios astronómicos, el 99% de los europeos no pueden observar la Vía Láctea desde sus hogares.

Existen unas 6.000 estrellas visibles a simple vista. O existían. El desarrollo urbano ha reducido esta observación a unas pocas docenas. Un ejemplo. El halo lumínico de una ciudad como Sevilla es perceptible en la noche a unos 200 kilómetros de distancia.

Andalucía va a apagar el interruptor. El Consejo de Gobierno tiene previsto aprobar este martes en su reunión semanal un reglamento para la Protección de la Calidad del Cielo Nocturno frente a la Contaminación Lumínica y el establecimiento de medidas de ahorro y eficiencia energética.

La norma no sólo intenta paliar el estrés de los observadores astronómicos. Una saturación de luz que afecta a los observatorios de alto nivel científico en Calar Alto y Sierra Nevada con los que cuenta Andalucía y a otros profesionales, divulgativos o de aficionados. También por las alteraciones que conlleva en los ciclos vitales y comportamientos de animales y vegetales. La fatiga visual, ansiedad o molestias en el sueño de las personas. O el consumo energético innecesario.

El nuevo reglamento pretende salvaguardar la calidad del cielo nocturno, y en tiempos de crisis, promover el uso eficiente del alumbrado.

Será la propia Consejería de Medio Ambiente quien delimite las zonas de mayor protección, denominadas áreas oscuras o E1. Lo hará teniendo en cuenta la compatibilidad de los intereses municipales y empresariales con los científicos, ecológicos y de ahorro energético, expone el borrador del reglamento.

Otras tres categorías de áreas lumínicas quedarán a elección de los ayuntamientos (zonas que admiten flujo luminoso reducido, medio o elevado). En las zonas ciegas, los municipios podrán colaborar en los próximos seis meses con sus solicitudes a Medio Ambiente, responsable de la última decisión. Y en un año, apagón total de las zonas saturadas.

Los ayuntamientos andaluces tendrán este plazo para determinar sus espacios contaminados de luz y elaborar su propia ordenanza municipal en un año. Contarán con la asesoría de la Junta si lo requieren. Y si Medio Ambiente durante el procedimiento delimita una nueva zona ciega, al año tiene que estar completamente oscura.

Otra de las obligaciones que incluirá el reglamento será el de la revisión y actualización del catálogo de zonas lumínicas cada cinco años. Medio Ambiente se compromete a hacer antes de 2014 un completo mapa del territorio andaluz.

Para conseguir otro de los objetivos de la iniciativa, el ahorro energético, el alumbrado público de las ciudades tendrá que modularse a un menor consumo.

Según las previsiones de Medio Ambiente, con esta medida se ahorrarán 87 millones de kilowatios al año, casi el 11% de los que Andalucía consume en la actualidad. Esto supone 37.000 toneladas de CO2 menos.

Se establecen con carácter general restricciones de uso lumínico, que sólo se podrán vulnerar por motivos de seguridad, operaciones de salvamento o emergencia.

Se restringe el uso de leds, láseres y proyectores convencionales que emitan por encima del plano horizontal con fines publicitarios, recreativos o culturales; la iluminación de playas y costas, a excepción de aquellas integradas en los núcleos de población; el uso de lámparas no monocromáticas en la zona de influencia del punto de referencia y en la zona de influencia adyacente; o el uso de aerostatos iluminativos con fines publicitarios, recreativos o culturales en horario nocturno. En festivos y Navidad, rige la prudencia.

¿Cómo se mantienen a raya estas obligaciones? Medio Ambiente ha adquirido dispositivos que se van a integrar en estaciones fijas y móviles que ya vigilan la calidad del aire. La información se incorpora a un sistema de información geográfica para comprobar si los municipios cumplen con los parámetros de luz. Una prueba menos técnica sería la visual: mirar al cielo y buscar las estrellas.

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