La actitud de los adolescentes es preocupante. Cada vez son más numerosas las agresiones entre estudiantes que son grabadas por compañeros y colgadas en internet. Es habitual ver a menores haciendo botellón en la vía pública. Según el estudio La población andaluza ante las drogas X, publicado por de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social, el 55,1% de los menores reconoce haber consumido alcohol alguna vez en su vida, el 21,7% ha sucumbido ante el cannabis y el 31,2% ha experimentado con el éxtasis. Ante este panorama, un grupo de investigación multidisciplinar de la Universidad de Almería, que lidera Adolfo Cangas, trabaja en el desarrollo de una herramienta informática capaz de detectar precozmente conductas de riesgo en adolescentes.

El videojuego simula en 3D unas 15 situaciones conflictivas relacionadas con el consumo de droga o las agresiones físicas y verbales que se producen habitualmente en institutos. Sus usuarios, que previamente han tenido que introducir su nombre y sus características físicas para identificarse con su personaje, tienen que elegir la reacción que más se aproxime a la que creen que tendrían en caso de encontrarse en alguna de las tesituras que se les proponen. Existen dos modelos, uno para chicas y otro para chicos porque, según aclara Cangas, "aunque las situaciones son muy parecidas, a esas edades las relaciones sociales se desarrollan en grupos de iguales; por ello, en las simulaciones, ellas se encontrarán con amigas y ellos con amigos".

Las cuestiones se les formulan de forma "indirecta" de modo que en sus respuestas se reflejen lo que hay realmente en sus mentes. Sus respuestas, "en unos casos son asertivas y en otros dubitativas o introvertidas", comenta el director del proyectos. "Teniendo en cuenta las contestaciones se determina el perfil de riesgo de cada chico".

Las conductas que es capaz de identificar este software están vinculadas al consumo de drogas, el acoso escolar y otros síntomas de trastornos mentales como la ansiedad, la depresión y las alteraciones psicóticas. De cualquier modo, "es un screeing que, en ningún momento, pretende sustituir a un diagnóstico clínico". El paso posterior al reconocimiento de dichas conductas será poner sobreaviso al centro escolar para que inicie las medidas oportunas. La sencillez de este programa, tanto en su componente informática como en la psicológica, lo hace apto para que cualquier persona pueda utilizarlo sin la supervisión de ningún especialista.

El diseño de esta herramienta es la primera fase del estudio. En la segunda, 3.000 estudiantes de 15 centros del país probarán el videojuego y, por último, se redactarán las conclusiones. "Nuestra idea es plantear una continuación de la experiencia", desvela Cangas. Este proyecto ha sido financiado por el Ministerio de Sanidad, dentro de su Plan Nacional de Drogas.