Sí al debate "duro" entre Gobierno y la oposición, pero no a la falta de respeto al Parlamento. Esa fue la reacción ayer del presidente andaluz, Manuel Chaves, un día después de la bronca montada en la Cámara por los diputados populares por su ausencia y la de otros tres consejeros en la sesión de control al Gobierno y que salpicó de lleno a la presidenta de la Cámara, Fuensanta Coves, a la que acusaron de hacer "trampas" y ser el "mando a distancia" del PSOE por permitirlo.

Chaves pidió a Arenas "respeto a las reglas del juego" para no dañar el Parlamento y a su presidenta,de la que defendió su independencia por "ejercer como presidenta de todos los parlamentarios". Tampoco quiso dejar solos y expuestos a la crítica popular a los consejeros de la Presidencia y Agricultura, Gaspar Zarrías y Martín Soler, respectivamente, por el uso que hicieron de una avioneta para desplazarse desde Almería para poder asistir al Pleno, ya que admitió que él mismo las utiliza con frecuencia y apuntó que estos puede utilizarla "cuando lo necesiten".

Coves también rompía ayer el silencio con el que aguantó la sesión plenaria de esta semana, y calificó de "inauditos" los incidentes protagonizados por la bancada popular . "Este tipo de estrategias no conducen a dar la imagen que queremos dar de la Cámara", aseguró .

El PP no quiso dejar de explotar este nuevo filón para desgastar al Ejecutivo andaluz y dijo que sus protestas no fueron más que para demostrar que éste tiene "pánico" al control Parlamentario, por ser un "gobierno en descomposición".

Pese a compartir el fondo de la queja del PP, IU quiso apartarse tono que emplea y, como afirmó su coordinador regional, Diego Valderas, no van a entrar en el juego de convertir el Parlamento en un tebeo, en el que Chaves y Arenas son "Zipi y Zape", y reducir el debate en la Cámara al espectáculo. No obstante, sí se mostró beligerante con el alto nivel de ausencia de Ejecutivo, y recordó que siendo presidente del Parlamento, hubo hasta tres visitas del Rey a las que Chaves no asistió, por lo que restó credibilidad a su imprescindible asistencia de ahora.