Andalucía

EEUU se plantea retirar la tierra radiactiva de Palomares

  • El destino final del material contaminado sería un almacén especializado en el Estado de Nevada

Estados Unidos se plantea transportar los residuos radiactivos de las bombas termonucleares que cayeron en Palomares, pedanía de Cuevas del Almanzora, en 1966. Su destino sería el Sitio de Seguridad Nacional de Nevada, según consta en la planificación para 2015 del Departamento de Energía estadounidense.

Como adelantaba ayer El Confidencial, la administración norteamericana está "considerando" una evaluación ambiental para el almacenaje y posterior transporte de los residuos de baja intensidad de Palomares, hasta el almacén de residuos de Nevada. Sin embargo, reconocen que la iniciativa está en una "etapa temprana de consideración" y no se ha tomado aún una determinación formal. Según la planificación estadounidense, el proyecto de traslado y almacenaje oscilaría entre 12 y 24 meses. Fuentes españolas conocedoras de las negociaciones confirmaron que Estados Unidos ha remitido una propuesta para acometer este proyecto.

Por lo tanto, esto significa que, si España y Estados Unidos finalmente llegan a un acuerdo, que podría "cerrarse pronto", los residuos de Palomares podrían ser retirados de Almería en 2017, medio siglo después desde que cayeron accidentalmente al mar.

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ya ha recibido el mencionado informe, que ha sido estudiado y valorado positivamente en el Pleno por parte de los consejeros del regulador atómico español. Sin embargo, se trata de un asunto de Estado que ha sido clasificado como información reservada por parte el Ministerio de Asuntos Exteriores, pero que "sigue su recorrido", aunque en estos momentos es necesario tener "cautela", al tratarse de un asunto "sensible".

El incidente comenzó el 17 de enero de 1966 con una colisión accidental de dos aeronaves estadounidenses en una operación de repostaje en vuelo. Los dos aviones quedaron completamente destruidos y los restos de dos de las cuatro bombas termonucleares que portaba un B-52 que cayeron sobre el litoral y en el mar Mediterráneo en Palomares. Sus restos de plutonio y americio quedaron extendidos en cuatro parcelas que suman unas 20 hectáreas.

Al impactar con el suelo, dos de las bombas deflagraron y parte de su explosivo químico se diseminó. En concreto, quedaron esparcidos buena parte de los 9 kilogramos de combustible nuclear fisionable, en forma de óxidos de plutonio, uranio y americio.

En el informe del CSN Palomares, en el camino de la normalización radiológica', se asegura que desde 1966 los programas de vigilancia "no han mostrado ningún resultado que haga sospechar la existencia de morbilidad inducida por las radiaciones ionizantes y que no hay ninguna patología directamente relacionada con la dispersión de material radiactivo en el medio ambiente a causas del accidente".

Sin embargo, el riesgo radiológico para la población sigue vigente, a través de las partículas contaminantes si se transmiten por el aire o por los alimentos. "La restricción de uso de los terrenos aseguró que la exposición de la población fuese muy baja", valora el documento.

El 7 de julio de 2010, se celebró en Washington una reunión entre el departamento de Defensa norteamericano y el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España, donde se informó al Gobierno estadounidense de la situación de Palomares y se insistió en que "la única solución definitiva es la retirada del suelo contaminado". Poco más de medio año más tarde, entre el 22 y el 25 de febrero de 2011, técnicos estadounidenses y españoles se reunieron en Madrid y también se trasladaron a Palomares para analizar las posibles soluciones. El CSN calificó la reunión como "un avance notable en aspectos técnicos".

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