El resto del tintero

900.000 votos atrás

  • El PP y el PIB recuperan los ánimos Juanma Moreno, obligado a arrimar a Rajoy algunos de cientos de miles de votos perdidos.

Ala espera de que Mariano Rajoy fije la fecha de las elecciones generales -al día de hoy, es igual de posible el 13 que el 20 de diciembre-, el PP andaluz calentó motores el viernes en los Montes de Málaga con un encargo harto difícil: recuperar algunos cientos de miles de los 900.000 votos que el partido ha perdido en Andalucía desde los pasados comicios nacionales. Se lee pronto, pero es así. Rajoy barrió en Andalucía en 2011, nadie previó que le sacase nueve puntos de diferencia al PSOE, 33 diputados y 1.982.000 votos. Del tsunami azul al resacón.

En las elecciones autonómicas del pasado mes de marzo, el PP apenas sobrepasó el millón de votos, se dejó 900.000 electores en estos cuatro años de recesión, recortes e irrupción de la indignación en forma de dos nuevos partidos políticos. Sin embargo, en casa de Juanma Moreno, el líder andaluz de los populares, comienza a respirarse algo muy distinto al pesimismo de marzo. "Eso no se va a repetir nunca", explican desde el PP en referencia al 2011, pero si hasta ahora se pensaba en sólo 20 diputados andaluces o menos, ahora creen que podrían superarlos. 20 sería un muy mal resultado, fue el que el PP obtuvo en 1996, el último año de Felipe González.

A Rajoy le acompañan las cifras con un crecimiento del 3,1% del PIB. A medida que se acerque la Navidad, el paro bajará debido a la sorprendente reanimación del ladrillo, el aumento de la inversión privada y el consumo familiar, animado también por la recuperación de las pagas extra de los empleados públicos. Rajoy busca el efecto Qué bello es vivir, la magnífica película de Capra que la televisión pública española solía programar por Navidad. Por tanto, mejor el 20 que diciembre que el 13, más dinero en los bolsillos y el cordero, porque volverá el cordero, camino del horno. Si además Rajoy da el golpe en la mesa ante la Cataluña irredenta o cunde el miedo general por la inestabilidad de España, el PP sumará aún más votos. Todos, en casi todos los partidos, dan por hecho una victoria del PP, la incógnita consiste en saber qué diferencia le sacará al PSOE de Pedro Sánchez, porque el secretario general socialista está dispuesto a gobernar con el apoyo de Podemos y de otros partidos como en PNV.

Sánchez ha pasado varios días este verano en Andalucía, y ha dejado claro que no va a hacer ni el intento de mover el patio interno del PSOE andaluz y que, muy a pesar del susanismo, pactaría con Podemos si fuera necesario. O con Ciudadanos, aunque Rivera sólo le apoyaría en caso de que fuese el más votado. Sánchez apenas cuenta con acólitos en Andalucía, el gaditano Rafael Román y el sevillano Alfonso Gómez de Celis, los únicos pedristas reconocidos que, además, están con el diputado madrileño desde la comida fundacional del restaurante Orixe. Hace ahora poco más de un año.

Los socialistas andaluces han abierto la semana con este doble frente: de un lado, el PP; de otro, Pedro Sánchez. No van a cejar en este empeño bifronte. Su portavoz en el Parlamento, Mario Jiménez, dio una rueda de prensa el pasado jueves en la que reivindicó que el PSOE andaluz será el que mejor resultados obtenga en las elecciones, tanto a nivel absoluto como relativo. Hay una reivindicación del poder del sur permanente: si Pedro Sánchez no consigue ser presidente y se queda por debajo de los cien escaños, habrá un segundo asalto de Susana Díaz, en nombre propio o de otros, porque la presidenta andaluza es una mujer cambiada después de su maternidad.

Antes de las elecciones, Juanma Moreno tiene que resolver el problema de las listas. Su compañero y amigo Elías Bendodo se ha tenido que envainar la renovación por la vía del descabalgamiento de Celia Villalobos, que iba a ser condimentado con el de Gabino Puche, entre otros. Hay overbooking en la nómina de Sevilla, donde los provinciales no van a admitir que se eche más atrás a Ricardo Tarno por mucho que Zoido o Arenas compitan por la cabeza de lista, del mismo modo que en Córdoba va aser muy difícil que el ex alcalde José Antonio Nieto pase por encima de Rafael Merino, muy bien considerado en la dirección del grupo en el Congreso.

Y los terceros en discordia son los de Podemos. O no del todo, porque aún no está cerrada la posibilidad de que el partido de Pablo Iglesias acuda a las generales en una coalición donde sí esté IU, tal como ha sucedido en Cataluña con Catalunya sí que es Pot . Es más, como ha aventurado esta semana el podemita Juan Moreno, el resultado de esta coalición en Cataluña decidirá si se exporta a las elecciones generales. También es de esa opinión el coordinador de IU, Antonio Maíllo, que está en este asunto muy comprometido con el malagueño Alberto Garzón. A final, su insistencia, la aparición de Ahora en común y el descenso de Podemos en los sondeos electorales está llevando a la dirección pablista a reconsiderar seriamente su negativa a avanzar en una lista de unidad popular. Al tiempo.

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