Sevilla

La necesidad de los abogados de adaptarse a las nuevas tecnologías

Hace unas décadas era imprescindible para un despacho de abogados contar con una buena colección de libros de leyes. Los letrados debían emplear buena parte de su tiempo recibiendo a un cliente tras otro para comunicarle las novedades de su caso y despachando con procuradores y otros colaboradores. Los estudiantes de Derecho debían llevar consigo tomos pesadísimos que debían memorizar y la legislación estatal (autonómica y comunitarias no había) cabía en unos cuantos volúmenes. Hoy un abogado puede asistir a una reunión de su despacho sin estar presente, sólo necesita una dirección de correo electrónico para comunicarse con su procurador y puede atender a su cliente de mil maneras sin la necesidad de hablar con él directamente a la cara.

Ese cambio, esa necesidad de los abogados de adaptarse a las nuevas tecnologías y la revolución que ha supuesto el mundo de internet y la comunicación electrónica para esta profesión fueron objeto de debate de ayer dentro del ciclo Los desayunos de redacción. La sesión, patrocinada por la CEU, llevó por título Los nuevos roles de la abogacía 2.0: retos y oportunidades y en ella participaron el vicedecano del Colegio de Abogados de Sevilla, Óscar Cisneros; el catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Pablo de Olavide y consejero de Montero-Aramburu, Eduardo Gamero; el socio director del bufete Luis Romero y Asociados, Luis Romero; el profesor titular de Derecho Administrativo de la Universidad de Sevilla Miguel Ángel Adame; y la directora del Centro de Estudios Universitarios Cardenal Spínola de la Fundación San Pablo Andalucía CEU, Beatriz Hoster. El moderador fue el director de la asesoría jurídica del Grupo Joly, José Antonio Matz.

Todos los ponentes coincidieron en la urgencia de los profesionales del Derecho de adaptarse a la sociedad de la información, en la que están inmersos. Máxime cuando en unos meses está previsto que entre en vigor una nueva ley que obliga a que las comunicaciones en la administración de Justicia se haga por la vía electrónica. "Mi padre, en el año 1946, se dedicaba a todo. Toda la legislación estatal cabía en un tomo. Ya en 1980 la colección Aranzadi era de ocho tomos y hoy tenemos todo a golpe de clic, sin la necesidad de buscar en un libro", apuntó Óscar Cisneros para abrir la jornada.

Para este ponente, sin embargo, hay algo que las nuevas tecnologías no pueden sustituir, que es el contacto con el cliente. "Hay veces que el abogado es más psicólogo que abogado. Vuelvo a citar a mi padre, que me decía: dale siempre la razón al cliente y luego ya se la vas quitando poco a poco". Cisneros recordó que hay situaciones en las que es fundamental el contacto, como aquel cliente que acude al despacho con una separación dramática o el empresario cuya empresa se ha hundido y está desesperado. "El cliente se pone en nuestras manos, y eso hace crecer al abogado".

Eduardo Gamero coincidió en la necesidad de generar una confianza en el cliente, aunque expuso que no siempre ha de conseguirse mediante el contacto físico. "Los conocimientos no son lo más importante para un abogado, sino que el cliente confíe en él. Que tenga la sensación de que está en las mejores manos, que se descargue del problema y que pase a ser ya un asunto del abogado". Así, en función de cada materia, se podrá requerir la presencia del cliente o no.

"Evidentemente el abogado no le va a mandar un email a un condenado por asesinato preguntándole cómo acontecieron los hechos. Es inhumano. Tendrá que tener la inteligencia de saber cúando se relaciona con el cliente en persona y cuándo por medios electrónicos. Esa confianza puede generarse en una primera reunión y luego ya estar conectado con el cliente vía teléfono móvil o correo electrónico. Hay áreas, como todos los asuntos relacionados con la empresa o los temas fiscales, en los que este contacto no es tan imprescindible para generar confianza".

Gamero, que es consejero de Montero-Aramburu, explicó que él mismo está siempre localizado para su despacho y que puede acceder a todas las fuentes de información o trabajar en tiempo real con otro compañero. "Esté donde esté, siempre estoy dentro del despacho". El catedrático también quiso aportar su visión sobre la formación y la necesidad de cambiar una mentalidad docente del siglo XIX en una sociedad del XXI. Por tanto, es imprescindible apostar por la enseñanza práctica, para que los alumnos "aprendan a saber".

Luis Romero centró su intervención en el modelo de despacho de abogados como empresa. Su bufete, Luis Romero y asociados, tiene sedes en Sevilla y Madrid y próximamente abrirá en Marbella y Barcelona. "La mayoría de las veces que viajo a Madrid voy trabajando en el AVE. Tengo clientes de León, Pontevedra, Murcia o incluso de Serbia y de México. La cercanía se puede suplir gracias a las nuevas tecnologías. El otro día, por ejemplo, mantuve una entrevista con uno de ellos por videoconferencia en Skype". Además, defendió el papel de la web como herramienta de publicidad. "Es nuestra tarjeta de presentación".

El profesor Miguel Ángel Adame, que es abogado colegiado en Sevilla y Nueva York, comparó el fenómeno que ahora se está dando en España con el modelo de EEUU. "Esto que estamos hablando aquí ahora se hablaba en EEUU en los años noventa", aseguró Adame, quien escribió un libro sobre Derecho en Internet en el año 1995 y no pudo publicar en España hasta tres años después. "Por entonces allí había bases de datos que costaban entre 1.500 y 1.600 dólares la hora de consulta. En España he visto 25 generaciones de alumnos y en los diez últimos años sí hay un predominio de lo digital. El salto generacional está cubierto porque probablemente el pasante sepa más de internet y redes que el abogado principal".

Adame describió el trabajo de los bufetes americanos, en los que los abogados pueden pasar 12 o 13 horas sin moverse de la mesa. "En la Corte no hay nadie, van sólo a la vista oral, la mayor parte del trabajo es por internet. Es como Wall Street. Allí no está la Bolsa, la Bolsa está en internet. Eso genera cierta frustración en los trabajadores porque siempre hacen lo mismo. También funcionan a base de subcontratas, por ejemplo, las declaraciones de la renta suelen hacerlas en la India".

La representante de CEU cerró la jornada defendiendo el trabajo on line para el que se prepara a los alumnos de esta Universidad. Destacó la importancia de la formación en inglés y en comunicación verbal. "El leit motiv de nuestros educadores es poner a los estudiantes todas las herramientas para llegar hasta donde cada uno quiera, sin dejar a nadie atrás".

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