Andalucía

Educación de andar por casa

  • El 'homeschooling' o enseñanza en el hogar no está reconocido en el sistema español, aunque tanto las familias como algunos expertos solicitan su inclusión.

Lo primero que hacen Mamen González y David Sánchez cada mañana es desayunar con su hijo, de once años, y su hija, de cinco. Con el estómago lleno, el niño retoma su proyecto de robótica realizado con piezas de Lego o se dedica a programar en la plataforma de hardware libre Arduino. Mientras, su hermana realiza manualidades y juegos didácticos. Hasta aquí todo normal, aunque los conceptos informáticos que maneja el primogénito de estos cordobeses sean muy innovadores. La diferencia principal radica en que estos niños se forman en su casa desde que sus padres decidieron unirse al método homeschooling, es decir, educación en el hogar.

"Creemos que podemos conseguir un aprendizaje mucho más personalizado y adaptado al ritmo del niño", apunta González, que conoció el modelo hace ahora seis años a través de una familia que ya lo practicaba. "Nos informamos mucho y leímos a estudiosos como Jean Piaget, María Montessori y Howard Gadner, entre otros, hasta que finalmente decidimos desescolarizar a nuestro hijo mayor cuando estaba en el tercer curso de Primaria", recuerda esta madre cordobesa. Aquello fue hace tres años, cuando la pequeña de esta familia no había entrado en el sistema, por lo que sólo conoce el homeschooling como forma de educación y según cuenta González, siempre que les preguntan sobre el tema, los niños les contestan que prefieren continuar. "Teníamos otra visión sobre la educación de nuestros hijos y creemos que con las posibilidades de la era de la información es factible llevar a cabo este proyecto"

Es factible, pero muy minoritario, puesto que no hay datos de seguimiento a nivel nacional y mucho menos autonómico, aunque se estima que hay unas 2.000 familias en todo el país. Además, la legislación española no permite el método de forma explícita, aunque tampoco lo prohíbe. España se encuentra entre los países que permite que un menor se forme fuera del sistema convencional en casos de enfermedad, pero el cuerpo normativo está lejos del francés -que avala el homeschooling desde finales del siglo XIX con un control muy estricto- y del norteamericano, que da mayor libertad a los padres que optan por educar a sus hijos en el hogar.

La regularización es una de las mayores reivindicaciones del colectivo, que se agrupa en entidades como la Asociación de Libre Educación (ALE), y el catedrático de Teoría de la Eduación Luis Núñez Cubero está de acuerdo con esta tesis. "La ley debe contemplar todas las posibilidades, aunque siempre respetando los principios de equidad", apunta este profesor emérito de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla. Núñez Cubero optaría por el método galo, que establece controles sociales y pedagógicos llevados a cabo por la administración e inspectores de educación, respectivamente.

Con un examen parecido se encontró la familia Sánchez González, aunque en España no exista un protocolo establecido. El mayor de sus hijos dejó la escuela "con previo aviso por escrito justificando los motivos al centro educativo donde estaba matriculado" y posteriormente han mantenido un dialogo "cordial" con el equipo directivo". Sin embargo estos cordobeses siguen a día de hoy bajo el examen de los servicios sociales municipales del distrito donde residen. "En algunos casos se realizan las mismas acciones por absentismo escolar sin causa justificada a las familias que educan de forma responsable a sus hijos en el hogar, considerándonos conflictivos, cuando se trata de lo contrario", señala González, que explica que por este motivo necesitan que se normalice su opción educativa. Además, asegura no estar en contra del sistema convencional: "Si nuestra situación familiar no nos permite cumplir nuestros deseos, volveremos a escolarizar a nuestros hijos sin problemas".

A pesar de que el profesor Núñez Cubero se muestra a favor de la escuela tradicional "porque prepara a los niños para la vida que se van a encontrar después", reconoce que el homeschooling tiene elementos positivos, como la responsabilidad que adquieren estos padres en la educación de sus hijos. "Hay familias que dejan la enseñanza en manos del colegio por falta de tiempo y es positivo que haya gente que se implique de esta forma", apostilla el catedrático, que también considera un beneficio el mayor control a los menores que permite este método de enseñanza frente a una escuela actual que absorbe "los problemas de una sociedad acelerada".

Pero el catedrático de Teoría de la Educación considera que, al igual que el sistema tradicional tiene deficiencias, la educación en el hogar tiene como principal punto negro la falta de socialización. "Hay que tener en cuenta la riqueza que reporta el encuentro y la resolución de conflictos", apunta Núñez Cubero. Las actividades extraescolares y las relaciones con familiares y amigos son la solución que ha buscado la familia Sánchez González a este problema, junto con las excursiones a museos y otras ciudades, que también les permiten conocer otras formas de vida. "Aunque nuestro sistema parte del hogar, donde menos tiempo estamos es en casa", cuenta Mamen González, que incide en que su grupo de amistades ha aumentado desde que desescolarizó a su hijo mayor gracias al contacto con otros padres que también tomaron esta decisión.

Otra de las ventajas que encuentra la familia cordobesa es el componente motivacional del homeschooling. "Aprenden haciendo lo que les gusta y en caso contrario, buscamos un método de que reciba el mismo conocimiento sin aburrirse", detalla González. La postura de Núñez Cubero choca en este punto, pues considera que también se recibe formación a través de las experiencias negativas. "La vida es sancionadora y normativa y creo que este modelo puede ser más blando, puesto que el referente ante el que se responde [los padres] tiene mayor confianza con el menor", señala el experto, que sin embargo insiste en su dictamen positivo respecto a recoger el homeschooling en el sistema educativo español. Una reivindicación que comparten los padres que optan por educar a sus hijos en casa.

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