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Andalucía

La dura pugna de la CEA por no caer en la irrelevancia

  • La junta directiva de la patronal aprobará en diciembre el Plan de Acción que incluye un código ético, la reforma de estatutos y la limitación de mandatos

Transparencia, participación, unidad e independencia. Éstos son los principios que el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Javier González de Lara, pretende imprimir a la organización tras la retirada de la primera línea de Santiago Herrero y la generación de patronos que la han gobernado desde su fundación. Pocos habrían deseado la herencia que recibió González de Lara, que incluye una patronal desprestigiada y arruinada. Con la renovación de los acuerdos de concertación social en el aire, la CEA se ha encontrado sin acceso a las subvenciones de los cursos de formación que le proporcionaban razón de ser además de financiación. También se ha visto obligada a desprenderse del 70% de su plantilla en los últimos tres años. A ello se suma la causa judicial relativa a una urbanización inconclusa de Viviendas de Protección Oficial (VPO) en Sevilla Este promovida por una fundación vinculada a la patronal, en la que la antigua cúpula está denunciada por estafa.

La consecuencia de todo ello es la pérdida de impulso de una organización que desde los círculos del poder y la economía de Andalucía ha dejado de ser vista como un referente. Tampoco ayuda el perfil bajo con el que se ha movido en sus primeros meses de gestión el nuevo patrón de patronos, prácticamente desconocido fuera de su Málaga natal hasta su elección el pasado mes de enero.

Meticuloso y con fama de reacio a delegar, Javier González de Lara es poco dado a gestos de cara a la galería y prefiere el trabajo diario en la sombra. No en vano, ha comparado su labor con la ascensión del Tourmalet y en privado repite que no tiene ninguna intención de aferrarse al cargo. En su primer año en la patronal ha dejado algunas muestras de su intención de romper con los modos del pasado, aunque en su junta directiva permanezcan históricos dirigentes como Antonio Carrillo o Manuel Ponce. Un ejemplo fue la celebración de la Asamblea de la CEA en Antequera para acallar las críticas al exceso de centralidad sevillana que se vertían desde las organizaciones provinciales.

En las comparecencias públicas del presidente de la CEA son constantes las referencias a la ética y a la reivindicación del papel del empresario. Pero rara vez incluye palabras más concretas a la actualidad económica y política andaluza que posicionen y den la visibilidad que tenía antiguamente la patronal. Salvo algunas alusiones a la necesidad de recuperar la concertación, apenas se le conocen a González de Lara pronunciamientos de calado en público, lo que puede ser achacado tanto a la prudencia en sus primeros pasos como presidente como a la lejanía de los círculos de poder por su tendencia a hacer de Málaga su centro de operaciones .

Ese perfil bajo se ha mantenido a la hora de encarar las elecciones a la Presidencia de la CEOE, convocadas para el próximo mes de diciembre. Aunque la candidatura de Antonio Garamendi, actual presidente de Cepyme, filtró que contaba con el apoyo de varias patronales territoriales, entre ellas la andaluza, para enfrentarse a Juan Rosell, González de Lara ha evitado postularse en público por ninguno de los dos contendientes. El presidente de la CEA reclama que se reconozca el peso de las 500.000 pymes andaluzas y que en la CEOE se acometa una renovación como la que él pretende llevar a cabo en la patronal regional.

La junta directiva del próximo mes de diciembre debe dar su visto bueno al Plan de Acción, un paquete de reformas al que el equipo de González de Lara ha dedicado la mayor parte de sus esfuerzos en sus primeros meses de mandato y que pretende constituir el pilar sobre el que asentar la regeneración de la patronal. Entre las medidas se encuentra la reforma de los estatutos para incluir la limitación de mandatos y de edad. También se plantea un código ético y de buen gobierno y el establecimiento de un sistema objetivo y transparente de contratación con terceros con el fin de eliminar las acusaciones de "amiguismo" y garantizar el principio de libre concurrencia. El objetivo del presidente es que el plan de acción sea aprobado definitivamente en la Asamblea del próximo mes de enero, coincidiendo con el aniversario de su nombramiento, según fuentes de la patronal. En su mano está que la CEA represente verdaderamente a todos los empresarios andaluces y no únicamente a sí misma.

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