Rosario Andújar manda mucho en Osuna. No en vano es la alcaldesa desde 2007, desde 2008 con mayoría absoluta. Pero lo tendría muy difícil para pasar el casting de Juego de Tronos que ayer se inició en su localidad. El Rubio es un pueblo próximo y la rubia una rareza en los dominios de Invernalia. La alcaldesa es medio rubia y, en palabras de una de las que pasaron por la prueba "la serie es el reino de las morenas". 

2.500 personas -mitad hombres, mitad mujeres- están llamadas al casting. Aún no se ha iniciado el rodaje y ya se notan los beneficios. "El turismo ha crecido en agosto un 15% y eso ha sido el efecto Juego de Tronos", dice la alcaldesa. "Se puede decir que nos ha tocado la lotería". Encima, la campaña del verdeo, motor económico de la ciudad, se ha adelantado, y muchos vecinos podrán beneficiarse de las olivas y los euros de la serie, la mejor desde Tolkien según los especialistas en sagas. 

Inma Montilla se lo toma como un regalo de cumpleaños. La Monti, como la conocen, cumplió ayer 35 años. Nació el 2 de septiembre de 1979 en Barcelona, hija de andaluces emigrantes. Hace seis meses abrió la tienda más próxima al polideportivo donde se realiza el casting. "Me ha venido de escándalo". El complejo lleva el nombre de Raúl Carrosa, joven promesa del atletismo local cuyo porvenir se truncó con un accidente de tráfico. 

La demanda del primer día de casting debió ser menor a las expectativas, porque no dejaba de sonar por megafonía la voz de quien solicitaba más voluntarios. "Yo recibí un mensaje de una concejala para que presentara", dice la joven cajera del Cash & Carry. 

En todos sitios se habla de Juego de Tronos. Los niños hablan con propiedad de la serie, aunque el casting, además de las exigencias -ni tatuajes, ni mechas, ni tintes, hombres delgados- excluye a quienes tengan menos de 18 años o más de 60. "Es una historia de espadas y de guerras de ese pueblo...", dicen casi al alimón Ismael, 12 años, y Raúl, 10. Su hermana Rocío, 19 años, ha hecho el casting. También la madre de Rafita, que sólo tiene 11 años y dice que su actor favorito es José Coronado. "¿Es usted el director?", le preguntan al periodista cuando lo ven en un banco repasando las notas. 

Tampoco se habla de otra cosa en el bar más próximo, Recreativos Doblas. "Peneke se ha dejado la media melena para el casting", dice un cliente. Peneke es camarero y uno de los que aparecen en la porra de fútbol en la que Santi Aranda se ha llevado 44 euros. A Gabriel Jiménez, 36 años, medio gitano, "soy primo de los Ketama", lo echaron para atrás por el tatuaje. "Llevo un Cristo y los nombres de mis niños". A María Lizana, 27 años, que llegó desde Lantejuela, donde trabaja para personas mayores, la descartaron por la mecha. "El color del pelo debe ser uniforme", dice el decálogo de la productora. Nada de pelo verde, rojo, violeta, azul, rosa... Es Juego de Tronos, no Reservoir Dogs. 

Alex López ya estaba en las inmediaciones del estadio a las cinco y media de la mañana. Granadino de nacimiento, vive en la población vecina de Gilena, famosa por el Ojo donde buscaban agua en tiempos de sequía. Probaron su nivel de inglés. "Me han preguntado si estaría dispuesto a raparme la cabeza". Se siente a gusto en este medio: presentó un corto al festival de Cannes y está en la posproducción de un largometraje "de bajo presupuesto". 

Ángela Herrera, 21 años, y Blanca Zamora, 23, son las más jóvenes del quinteto de amigos que vinieron desde Sevilla y son las que tiraron del resto. Simona Curci, italiana, trabaja de pizzera en Sevilla y ya hizo de figurante en su país. Adrián Aguilar, 28 años, trabajó de extra en Carmen la de Ronda y cuestiona que las nociones de Simona y Daniel Cano en artes marciales les den ventaja. "He seguido las cuatro temporadas de la serie y no he visto ni una pelea. No es historia para Charles Bronson ni Jackie Chan", dice este camarero en paro. 

Osuna es equidistante entre Sevilla y Málaga. "Está en el centro de Andalucía", según la alcaldesa, que no niega compartir ese honor geográfico con Antequera, donde Madonna rodó unas escenas taurinas con Emilio Muñoz por los remilgos de los maestrantes de Ronda. Francisco Sepúlveda, 30 años, monitor deportivo, y Susana Muñoz, terapeuta-pedagoga, son novios, y vinieron desde Málaga a probar suerte. 

George R.R. Martin (Bayonne, Nueva Jersey, 1948), autor de la saga de Juego de Tronos, podrá presumir de formar parte de la dilatada historia de Osuna, ciudad que contó con Universidad propia, que figura en las Cartas de España de Blanco White y en la que nació gente del calado de Rodrigo de Santaella, el arcediano que fundó la Universidad Hispalense, o Francisco Rodríguez Marín, que fue director de la Academia de la Lengua e ilustre cervantino. Estudioso de una obra, el Quijote, en la que Osuna aparece en varias ocasiones, una de ellas como ilusorio puerto de mar, alucinación que se adelantó en cuatro siglos a lo que la productora Fresco Films habrá visto ahora. 

Junto con Carmona, Osuna es plató preferente de muchas producciones: los vecinos recuerdan series de televisión, el paso del equipo de la Carmen de Vicente Aranda que protagonizó Paz Vega o Callas for Ever, la película que Zefirelli hizo sobre la soprano griega nacida en Nueva York. Osuna dio gente de película, como el poeta Pedro Garfias, uno de los integrantes de la expedición del Sinaia, el barco de exiliados que salió del puerto francés de Sête y fue recibido en México por el presidente Cárdenas. Una historia que llevó a la ilustración Rodolfo Álvarez Santaló, que era un urólogo con destino en el hospital comarcal de Osuna que tendía puentes entre la medicina y el humanismo en la más genuina tradición del doctor Marañón. 

En las inmediaciones del estadio, se mezclaban uniformes que no eran de figuración: los efectivos de la Guardia Civil, de Protección Civil llegados de media docena de municipios de la provincia y de la Policía Local. "Otros compañeros sí la siguen y nos la han bajado por internet", dice uno de los agentes. "Yo no la seguía, pero me estoy iniciando", admite la alcaldesa, que sueña con que este invierno sin fin de la serie de Martin difunda por el mundo entero el nombre de Osuna la próxima primavera. 

Los vecinos de Osuna vieron desde muy temprano a los primeros voluntarios. Dicen que la primera en pasar la prueba fue una mujer de Camas. El municipio desde el que también se desplazó Alegría León. Patricia Carballido, Agustín López y Juan David González salieron de Málaga a las cinco de la mañana. En Recreativos Doblas seguían las bromas con Peneke. Su compañero llenaba las copas de anís y coñac. Sol y sombra, metáfora del cine en blanco y negro, aquel que sintetizó el detective Philip Marlowe con una sentencia, "hay rubias y rubias", que aquí es color prohibido. "Dicen que en los detalles está el demonio", escribe el propio Martin en la introducción de su novela-río. 

El verde del césped artificial del polideportivo que rodean los candidatos a figurantes -por qué no, a figuras- evoca a una leyenda del balompié local, Francisco López Alfaro, ídolo del sevillismo que marcó a Platini en la final de la Eurocopa de hace treinta años. 

Raúl e Ismael confían en que elijan a su hermana y Rafita a su madre. A todos ellos les anima su amigo José Manuel. Si le dan a elegir, es incondicional de la serie La que se avecina. El otoño de Osuna se cubrirá de invierno en octubre. A mitad de camino entre Estepa, en plena pretemporada de los mantecados, y Puebla de Cazalla, cuna de cantaores, arcano de historias que le dejaron como legado el gentilicio de moriscos. "Pero Juego de Tronos es un universo alternativo a la Edad Media", dice el joven que ha seguido las cuatro temporadas. Un universo sin mechas, sin tatuajes, sin rubias. Se oía por megafonía una voz sin cuerpo que desde un Volkswagen Polo pedía "hombres de etnia gitana o rastros morenos entre 30 y 60 años". El perfil del primo de los Ketama sin su Cristo y el nombre de sus niños.