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La Junta no desvela qué parte pagará del coste de las vacunas

  • En Andalucía se ha extendido no sólo el serotipo 1, muy agresivo, sino también el 4 En 2015 harán falta siete millones de dosis que valen 2,8 millones de euros

Tanto la Junta como el Ministerio han asegurado a los ganaderos de ovino de que se dispondrá de vacunas contra la lengua azul, tanto del serotipo 1 como del 4, que son los dos que se han extendido en las zonas ganaderas andaluzas. Y dicho esto, lo que no se sabe es quien las pagará y en qué proporción.

Hasta el viernes de la semana pasada no había siquiera noticia de que se hubieran encargado las vacunas del serotipo 4 a los laboratorios. Lo único que había era una carta de la ministra García Tejerina en la que respondía a las quejas de Asaja Córdoba -la provincia con mayor censo de ovino de la comunidad autónoma- en la que se aseguraba que el Ministerio estaba en contacto con laboratorios para asegurar la disponibilidad de las dosis necesarias. El mismo viernes, la consejera andaluza de Agricultura, Elena Víboras, aprovechó una visita a Jaén -en donde había habido manifestaciones y protestas por la falta de vacunas- para hacer unas declaraciones en las que reconoció que "en 2015 harán falta siete millones de dosis de vacunas de los dos serotipos", pero no aclaró que las fuera a comprar la Junta. Así, según fuentes oficiales de la Consejería de Agricultura, la idea es que "la Junta no comprará las vacunas pero compartirá el coste con el Magrama y los ganaderos". Parece que la fórmula que quieren emplear es subvencionar a las Agrupaciones de Defensa Sanitaria Ganadera -que están constituidas por los propios ganaderos- para que sean éstas las que compren la vacuna. En definitiva, que la Consejería quiere que el coste de la lucha contra la lengua azul se comparta entre administración y ganaderos, en un porcentaje aún indeterminado. Hay que tener en cuenta que el coste de las vacunas es de 2,8 millones de euros.

Desde Asaja Córdoba, su secretario general, Carlos Molina, recuerda que la Unión Europea (UE) ha venido hasta ahora financiando el 50% de estas campañas de vacunación, ya que con ellas se trata de levantar una barrera que impida que la enfermedad avance por Europa. "Los agricultores andaluces -dice- han de vacunar para que, entre otras razones, no se extienda la enfermedad al resto de Europa pero la sanidad europea no es competencia de los ganaderos andaluces aunque erróneamente la consejera así lo haya indicado recientemente".

En definitiva, desde esta organización piden que la Administración corra con el gasto de vacunación y también que las dosis para vacunas del serotipo 1 y del 4 lleguen a la vez "para evitar gastos innecesarios de tener que manejar el ganado dos veces consecutivas".

El sector ganadero está impaciente por disponer de estas vacunas antes de que llegue la primavera y con ella el mosquito que hace estragos en las ovejas y obliga a inmovilizar el ganado: "Mientras antes estén las vacunas, menos daño a la cabaña".

Hay que recordar que el sector del ovino ha pasado una muy mala racha en estos años pasados -desde 2006 el censo de este ganado ha disminuido en más de un millón de cabezas- debido sobre todo a los bajos precios de los corderos y el alto precio de los piensos. Y justo cuando parecía que el mercado remontaba -ha mejorado algo el precio de la carne- la lengua azul, una enfermedad que contagia un mosquito procedente de Marruecos, está estorbando la recuperación del sector. La lengua azul no es peligrosa en el sentido de que no pasa a los humanos, pero sí la sufren los animales que se debilitan y adelgazan y muchas veces mueren. Además, las ganaderías son inmovilizadas con las consiguientes pérdidas.

Los ganaderos están pues sumamente inquietos al ver que mientras que en 2013 el Gobierno central -con apoyo de la UE- se involucró en el asunto y les proveyó de vacunas, este año nadie se ofrece a sacar la cartera.

La semana pasada, Luis José Romero, jefe del Área de Sanidad Animal del Magrama, reconoció en una reunión sobre ovino organizada por Asaja Córdoba "la evolución de la enfermedad de la lengua azul en España, en un año marcado por la expansión del serotipo 4 y del serotipo 1 por la geografía española". Dijo que en el caso del serotipo 1, el aviso en Tarifa sucedía una semana después de detectarlo en Marruecos, y sobre el serotipo 4, señaló que "ya está presente hasta en los Balcanes y que podría dar sorpresas este año y extenderse por todo Europa".

Respecto a las vacunaciones, que es lo que interesa a los ganaderos, sólo comentó que, "con mucha probabilidad, la UE financiará la mitad de los gastos y que la falta de vacunas, hasta hoy, del serotipo 4 ha sido principalmente porque los laboratorios la dejaron de fabricar por falta de pedidos". Auguró que los ganaderos dispondrán de vacunas pero no dijo cuándo ni quién las pagará. Y como bien dice Antonio Rodríguez, ganadero y responsable sectorial de COAG: "El problema es que no tienen dinero". Pero en este asunto hay unidad en las organizaciones agrarias: "Es una cuestión de sanidad animal que debe costear la Administración".

Otra de las principales reivindicaciones del sector es que se hagan las pertinentes gestiones internacionales para que Marruecos también aborde la erradicación de la enfermedad pues mientras tenga prevalencia en el país vecino es imposible erradicarla aquí, pues los mosquitos "viajan hasta 200 kilómetros en un día".

Por otra parte, los ganaderos de la Sierra Norte de Sevilla esperan que esta vez se les incluya en las campañas de vacunación pues en las anteriores no se hizo y las tuvieron que pagar de su bolsillo, según denuncia José Antonio Méndez, representante de UPA en la zona.

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