Andalucía

"Le tiré un muñeco a Mari Luz por la ventana para llamar su atención"

  • Santiago del Valle exculpa a su hermana y a su mujer en una declaración judicial · El presunto pederasta se aferra a la versión de la muerte accidental de la niña

El pederasta Santiago del Valle, principal imputado en la muerte de la pequeña Mari Luz Cortés en Huelva, ha cambiado hasta en tres ocasiones el relato de su actividad, itinerarios y horas en la fatídica tarde del 13 de enero de 2008, fecha en la que desapareció la niña.

El hombre condenado por abusar de su propia hija e inmerso en varias causas por hechos similares con otros menores, ha desvinculado a su hermana Rosa y a su mujer, Isabel García, también imputadas, de la desaparición y muerte de Mari Luz. Así consta en la última de las dos declaraciones que hizo el pasado 27 de marzo ante la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Huelva. Su relato no encaja con el de las imputadas.

Santiago asegura que abordó a la pequeña -"por eso que me pasa con las niñas y que no puedo evitar"- desde la ventana de su casa. Le tiró un muñeco (un osito blanco) para llamar su atención y, según ha podido saber este diario ateniéndose a su declaración, Mari Luz lo cogió y entró en el portal. A partir de ahí, Del Valle se aferra a la muerte accidental. "En ningún momento llegué a tocarla... No me dio tiempo". Desde la puerta de su casa le hizo un gesto con la mano para que subiera pero la pequeña se asustó y se giró, momento en el que, según Del Valle, tropezó, cayó y quedó inconsciente. Dejó a la niña sola y subió a la casa para coger un carrito de compra que tapó con un abrigo negro tras introducir el cuerpo de Mari Luz.

El pederasta asegura que arrojó la niña a una alcantarilla a unos 300 metros de su casa y asegura que no sabe "si estaba viva o no". A la vuelta abandonó el carrito en unos contenedores.

El relato de Rosa del Valle arranca en la casa sobre las 16:45. La mujer cuenta que su hermano le pidió que le llevara al hipermercado Carrefour en el coche a comprar, algo que le extrañó "porque era domingo". Rosa accedió y al bajar las escaleras el pederasta cogió un carrito que había en la escalera y que introdujo en el maletero.

Después lo dejó junto a una parada de autobús y ella se fue a un salón de juegos. Regresó entre las 18:15 y las 18:30 y declara que el matrimonio no estaba. La hermana del pederasta, encarcelada en Albolote (Granada), sitúa la llegada a la casa de la pareja sobre las 20:00. El carrito no estaba y Santiago "nunca dijo nada de la niña".

Isabel García ha ido recuperando la memoria desde la primera declaración en Granada hasta las posteriores en Cuenca y Huelva, en las que fue añadiendo detalles cruciales para la inculpación de su marido y de su cuñada.

Sobre las 15:05 se retiró a dormir la siesta y al cuarto de hora se despertó y comprobó que estaba sola. A las 16:30 volvió su marido, con las botas manchadas de barro, y le comentó que había dado una vuelta cerca de Carrefour. Ambos salieron a dar un paseo y de repente Santiago decidió regresar ("él es el que hace los planes, yo limpio la casa", comenta). En el camino le advirtió: "Si hay algo raro o te pregunta la Policía, tienes que decir lo que yo diga". Y le preparó el guión que debían seguir.

Al llegar a casa Rosa les contó los incidentes con los vecinos y familiares de Mari Luz. Su marido se quitó la botas y dio al menos dos lavados al calzado en la lavadora.

El presunto autor de la muerte de la niña ordenó a su hermana que llamara a la Policía y encerró a Isabel en la habitación para recordar el guión que tenía que seguir.

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