Los policías locales cortaban la calle mientras los efectivos del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga se colocaban los equipos de respiración autónoma. El humo que salía de la vivienda hacía pensar que el aviso que habían dado los vecinos era real. Los miembros del servicio antiincendios no lo dudaron. Irrumpieron en el interior del domicilio, pero su sorpresa fue tremenda cuando descubrieron que el origen de la intensa humareda no era ningún fuego, sino la cachimba de un joven magrebí que supuestamente estaba fumando hachís.

Estos hechos, propios de una secuencia de película de parodias, se produjeron la noche del martes en la capital, concretamente en un bajo de la calle Miguel de Molina.

Según informaron fuentes de la Policía Local de Málaga y de Bomberos, sobre las 20:30 se recibieron varias llamadas de vecinos de la zona alertando que salía una gran cantidad de humo de una vivienda. Efectivos de ambos cuerpos se desplazaron hasta el lugar y comprobaron que las informaciones eran ciertas, por lo que comenzaron a actuar.

Los agentes municipales cortaron los accesos a la calle mientras los bomberos, que se habían desplazado en varios vehículos, se ataviaban con el material necesario para no sufrir una intoxicación.

Cuando todo el dispositivo estaba preparado, los efectivos del servicio antiincendios irrumpieron en la vivienda, pero la sorpresa fue mayúscula cuando descubrieron que no había ningún incendio. El origen de tan tremenda humareda era una cachimba en la que un joven de origen magrebí presuntamente estaba fumando hachís.

La situación generó en carcajadas entre los presentes y hubo quien, con cierta sorna, pedía a los agentes si le dejaban sentarse junto a la ventana para tomarse una cerveza.

El joven no fue denunciado porque estaba consumiendo el hachís en su vivienda y, ni él ni los vecinos que dieron la voz de alarma, se tendrán que hacer cargo de los gastos de Bomberos.