Andalucía

Susana Díaz no desembalará las urnas hasta la primavera de 2019

  • La fecha de las elecciones autonómicas se traslada al próximo año

  • La estabilidad política en la comunidad gracias al acuerdo con C's y la moción de censura terminan por convencer al PSOE-A

Susana Díaz, el pasado día 9 en el debate sobre la comunidad en el Parlamento.

Susana Díaz, el pasado día 9 en el debate sobre la comunidad en el Parlamento. / raúl caro / efe

Antes de que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se decidiese a presentar la moción de censura, la presidenta del Gobierno andaluz, Susana Díaz, había descartado convocar las elecciones andaluzas el próximo otoño. Ni siquiera a finales de 2018, la fecha se acercará al próximo mes de marzo, aunque el día exacto quedará a la espera de otros requerimientos. En cualquier caso, no será más que un adelanto técnico, unas semanas, uno o dos meses a lo sumo. La razón: por mucho que lo hayan buscado, el Ejecutivo autonómico no encuentra argumentos para justificar un adelanto. Ni lo desea.

El Gobierno de Díaz tiene un aliado que es tan estable como el titanio, Ciudadanos; cuenta con un Presupuesto que debe desarrollar e, incluso, está en condiciones de negociar el siguiente, el de 2019. Pero es que, además, el PSOE andaluz cree que es ahora cuando comienza a llenar la bolsa de votos; es decir, que el viento le está entrando de popa. O, al menos, se está volviendo muy agresivo para sus contrincantes del PP y de Podemos-IU, que este fin de semana han acordado la unión electoral.

El paso del líder del PSOE no ha hecho más que consolidar una decisión previa de DíazEn esta ocasión nadie en la dirección del PSOE-A marcará líneas rojas a Sánchez

Pero si ésta era la reflexión del miércoles pasado, la presentación de la moción de censura por parte de Pedro Sánchez no ha hecho más que consolidar la decisión previa, el calendario nacional, incierto, ha fijado el andaluz. Hasta febrero o marzo no habrá elecciones a la Junta.

Díaz nunca tuvo claro lo del adelanto electoral, aunque la cercanía de unas elecciones en marzo con las municipales de mayo aconsejaba un mayor distanciamiento. El PSOE andaluz no deseaba ver relacionada su posible negociación para formar Gobierno en Andalucía con lo que pudiese ocurrir en los grandes municipios y otras comunidades autónomas. Según un miembro del actual Ejecutivo, las relaciones con Ciudadanos están tan consolidadas que se pueden prolongar a la próxima legislatura, por lo que no cree que otros territorios condicionen una futura negociación.

Ciudadanos no quiso entrar en el Gobierno andaluz, porque así lo había acordado hace tres años, pero la política de alianzas de los naranjas ha cambiado: donde puedan, entrarán en los ejecutivos. Y ese será el caso de Andalucía si le dan los escaños necesarios. Al día de hoy, el único partido con un crecimiento electoral seguro es Ciudadanos.

Así que, por explicarlo de algún modo, el PSOE confía en Ciudadanos, incluso más allá de las elecciones. Con ese aliado y con un Presupuesto aprobado, no hay argumento posible que justifique un adelanto electoral. En la anterior cita, la presidenta Susana Díaz forzó una ruptura con los socios de IU, después de que este partido decidiese someter a referéndum su permanencia en el Gobierno.

Pero todo este conjunto de argumentos han cobrado mayor peso después de la presentación de la moción de censura a nivel nacional. Ni Susana Díaz ni su partido quieren hacer coincidir unos comicios andaluces con los generales, que además carecen de fecha, aunque ésta puede estar cercana. Si el líder socialista consiguiese ganar la moción, los comicios se celebrarían no más allá del otoño, aunque él preferiría hacerlas coincidir con las municipales y europeas de finales de marzo de 2019. Y si no logra imponerse a Rajoy, éste va a tener que adelantarlas presionado por Ciudadanos, cuyo apoyo sólo depende ya de que el presidente convoque comicios.

El panorama actual español es de una enorme incertidumbre, así que Díaz seguirá con su legislatura con la vista puesta en marzo. A Ciudadanos también le viene bien, mientras que el PP andaluz sufre la misma crisis que sus compañeros nacionales. El clima entre los populares es de desazón. Y Podemos e IU han elegido una fecha muy poco propicia para anunciar su alianza electoral, el mismo fin de semana en el que las bases podemitas tienen que solventar un problema casero de sus dos jefes.

Díaz no ha puesto problemas a la presentación de la moción de censura de Sánchez, aunque la decisión del secretario general no ha pasado, esta vez, por el filtro de los barones. La dirección socialista acordó presentar la moción el jueves pasado, horas después de conocerse el fallo del caso Gürtel que considera probada la existencia de una caja B en el PP. Ese día sí hubo comunicación con distintos líderes territoriales, pero Sánchez y su equipo sorprendieron a todos, también al Gobierno, cuando registraron la moción el viernes por la mañana. Antes, incluso, de celebrar la reunión de la ejecutiva. De este modo, Sánchez conseguía quedarse con la iniciativa, ya que el registro impide al presidente del Gobierno una convocatoria anticipada. La moción debe desarrollarse, posiblemente la próxima semana.

En la dirección socialista de Andalucía se han quedado tan sorprendidos como en el Gobierno, pero esta vez nadie marcará líneas rojas al secretario general. Tiene libertad para buscar los votos en todos los partidos, incluidos los independentistas. El comité federal del PSOE se reúne esta tarde, y no se espera ninguna oposición. La contundencia de la sentencia de Gürtel obliga a los socialistas a apoyar la estrategia de su secretario general y no caer en el riesgo de volver a verse como aliados de Mariano Rajoy y del PP por simples asuntos internos.

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