Andalucía

Guardia Civil: "El que lo hizo sabía a lo que iba"

La persona que mató a Miguel Ángel Domínguez y a su hija María no lo hizo para robar. "Sabía a lo que iba" y era "conocido" de sus víctimas. Ni la puerta del piso ni del portal fueron forzadas. Esta fue la principal declaración de uno de los agentes de la Guardia Civil que llevaron la primera inspección ocular en la vivienda en la que se produjo el doble crimen de Almonte.

Este agente descartó el robo como móvil del crimen, porque además no había habitaciones revueltas y se encontraron objetos como el móvil y la cartera de la víctima o una hucha con dinero.

El agente situó la primera agresión "a la salida del baño y entrada del pasillo" que sirve de distribuidor a las habitaciones. "Todo apunta a que sorprendieron a la víctima [Miguel Ángel Domínguez] duchándose porque en ese punto la sangre aparece diluida en agua". Sobre los cuerpos, el guardia civil explicó que el del padre se encontró "boca abajo, desnudo y sobre un charco de sangre" en su dormitorio y que "presentaba heridas defensivas, siendo las de las manos bastante fuertes" y otras tantas puñaladas que, a simple vista, daba la sensación de que, con ellas, el autor de los hechos lo que pretendía era "hacer daño, causar dolor y debilitar a la víctima". También tenía "una cruz hecha con un arma cortante que le ocupaba más de media espalda" y que "todo apunta a que se hizo cuando ya no podía moverse".

A la pequeña la encontraron en en su cama envuelta en una manta. El agente dijo que "presentaba muchas heridas que, en principio podían corresponderse con un intento del agresor de apartarla mientras agredía a su padre", pero después concluyeron que no había sido así ya que "tenía dos heridas en el cuello, a la altura de la tráquea, al igual que el padre, cuya intención era causarle la muerte".

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